Papa Francisco celebra 200 años del reestablecimiento de los jesuitas

Durante la ceremonia, el pontífice pidió a los miembros de la Compañía de Jesús del que él mismo es parte, que "remen" al servicio de la Iglesia.




El papa Francisco pidió hoy a los jesuitas que "remen" al servicio de la Iglesia, durante la homilía que pronunció en la Iglesia del Gesú, en Roma, con ocasión de una celebración por los 200 años de la restauración de la Compañía de Jesús, la orden a la que pertenece el pontífice. 

Francisco recordó la historia de los jesuitas y explicó que "la barca de la Compañía (de Jesús) fue zarandeada por las olas que llegaban de todas partes", y ante ello añadió que también la "barca de Pedro puede ser hoy zarandeada" pues "la noche y el poder de las tinieblas están siempre cerca".

"Es cansado remar. Los jesuitas deben ser remeros expertos y valientes. Remad, Sed fuertes también con el viento en contra. Rememos juntos al servicio de la Iglesia, también el papa rema en la barca de Pedro", agregó Francisco.

El papa, que como jesuita ha acudido a esta Iglesia en el centro de Roma en varias ocasiones, celebró hoy las vísperas para recordar que La Compañía de Jesús fue suprimida en 1773 por el papa Clemente XIV, fue expulsada de muchos países, y Pio VII la restauró en agosto de 1814. 

Francisco recordó que ante "la confusión y ante la humillación y antes de la pérdida de todo, incluso de su identidad pública, no opusieron resistencia a la voluntad de Dios, no opusieron resistencia al conflicto, tratando de salvarse a sí mismos".

"La Compañía vivió el conflicto hasta el final, sin reducirlo: vivió la humillación con Cristo humillado, obedeció. Nunca se salva uno del conflicto con la astucia y con estratagemas para resistir. La Compañía prefirió vivir el discernimiento de la voluntad de Dios, sin buscar una salida al conflicto de modo aparentemente tranquilo", elogió el papa.

Tras describir la historia de la Compañía, el papa explicó como tras su rehabilitación, la orden "comenzó su actividad apostólica con la predicación, la enseñanza, la investigación científica, la acción social, las misiones y el cuidado de los pobres, los que sufren y los marginados".

"Hoy la Compañía afronta con inteligencia y laboriosidad también el trágico problema de los refugiados y se esfuerza con discernimiento en integrar el servicio de la fe a la promoción de la Justicia conforme con el Evangelio", aseveró.

El papa hizo suyas las palabras de Pablo VI en las que explicaba que "en los campos más difíciles, en los cruces de las ideologías, en las trincheras sociales (...) allí están y han estado los jesuitas".

Francisco recordó que "la identidad jesuita es la de un hombre que adora sólo a Dios y ama y sirve a sus hermanos, mostrando con el ejemplo".

"El jesuita quiere ser un compañero de Jesús, uno que tiene los mismos sentimientos de Jesús", subrayó.

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