Manifiesto: Roberto Ampuero, escritor




Dejé de ser comunista porque empecé a desear democracia y libertad. Fue por mi experiencia en Cuba y Alemania Oriental. Vi que el Chile que se había hundido el 11 de septiembre del 73 era mucho más democrático y respetuoso de la libertad que todos esos países que sí habían logrado instaurar el comunismo. En ninguno de esos sistemas podía resistir la independencia. Me fui dando cuenta de que la democracia liberal era muy valiosa. El cambio es parte de la vida. Qué triste nacer y morir con las mismas convicciones.

Tengo ganas de seguir escribiendo, hay historias que no me dejan tranquilo. Tengo una rutina establecida. Me levanto a las 6 y media a escribir durante horas. En general, lo hago acompañado de un café. El lugar donde escribes es muy importante para tu obra.

Tuve profesores que fueron soldados nazis y otros que pertenecieron a la juventud hitleriana. Habían estado en la guerra, habían perdido la guerra. Estudié en un colegio alemán y todos teníamos eso muy presente. Cuando estudiamos historia, la materia se detenía en 1929 y se retomaba cuando Hitler ya había abandonado Alemania. Se guardaba silencio sobre el tema y eso se notaba en las aulas.

El mundo de la cultura está cambiando por errores de la izquierda. Ves artistas que antes se identificaban fácilmente con la izquierda que ahora mantienen cierta distancia. No tuve problemas por ser un ministro de derecha. Cuando llegué el Consejo Nacional de la Cultura estaba en Dicom y logramos sacarlo adelante.

He vivido menos de un tercio de mi vida en Chile. Me fui a los 20 años y he recorrido el mundo. Ahora vivo en Estados Unidos. De todas maneras, nunca he dejado de sentirme chileno. Cada vez estoy más viejo y estoy pensando seriamente en volver. Cada día siento más que esta tierra me llama.

Ser de Santiago Wanderers es una forma muy profunda de ser chileno. Soy hincha de club desde chico. Es un equipo que no siempre gana, igual que la Selección chilena. No somos un país ganador, y en eso Wanderers representa mejor al pueblo chileno que cualquier otro equipo.

"Algunos ministros le tenían miedo a Piñera".

En Estados Unidos me preguntan cómo pude haber creído en el comunismo. En cambio, en Chile me cuestionan mucho cómo llegué a ser neoliberal. Son mentalidades distintas. Debemos aprender a ser más abiertos con el mundo.

Estamos en un buen momento para que haya una renovación política. Mi generación no logró sacar de la discusión la dicotomía entre Salvador Allende y Augusto Pinochet. Hay que resignarse sabiendo que moriremos con esa etiqueta puesta. Hemos cometido el error de transmitir estas divisiones históricas. Espero que las juventudes que vienen puedan superarlas.

Escribí la única novela sobre la dictadura sin hablar de Pinochet directamente. Se trata de la Guerra del Durazno, salió el año 1993 y sigue siendo la única obra que se hace cargo de esa atmósfera. Me prohibieron en varios colegios, porque era muy crítica al régimen. Sin embargo, el libro se sigue imprimiendo y vendiendo.

Sebastián Piñera le pidió a un ministro salir de una reunión por no saber responder sus preguntas. Lo que más recuerdo de mi paso por su gabinete era la intensidad del trabajo. Era súper estresante, algunos ministros le tenían miedo. Piñera pedía informes de lo que se iba a hablar en una reunión y luego te interrogaba. Si no te preparabas bien se notaba. Era como rendir un examen de grado.

A mis plantas las trato como a un amigo. Son mi hobby y les dedico mucho tiempo. Tengo una relación con cactus, árboles plataneros y guayabas. Me gusta cuidarlos y reproducirlos.

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