La historia de las estatuas que volvieron al Museo de Bellas Artes luego de casi 50 años

El gladiador herido o Gálata Morente, ca. 1910. Ernesto Gazzeri (Copia romana del original griego atribuido a Epígonas).

Seis esculturas que se encontraban en la Escuela Militar, y que pertenecían al Museo de Bellas Artes, retornaron a su lugar de origen. Se trata de copias de obras clásicas, de gran valor patrimonial. Fernando Pérez, el director del museo, en charla con Culto, comenta los detalles de este particular hito.


El 29 octubre de 1973, un mes después del golpe de Estado que depuso al Presidente Salvador Allende y que puso en el poder a la Junta Militar, seis esculturas salieron del Museo de Bellas Artes. Sobre el motivo exacto que detonó el traslado de las piezas, solo queda un acta de recepción de préstamo con la fecha citada.

“Ese es todo el dato que teníamos -explica a Culto Fernando Pérez Oyarzún, director del Museo de Bellas Artes-. El Museo siempre supo de la existencia de las esculturas. Los técnicos, los encargados de colecciones tienen inventarios”. Y añade: “El Ejército quiso tener piezas de gran calidad como ornato del edificio, y esa función la cumplía”.

Fue entonces gracias a una exposición internacional llamada “El Canon Revisitado”, en octubre de 2021, que comenzó gestarse el retorno de las piezas a su lugar de origen. “Pensamos en la utilización de dos de esas esculturas en esa exposición -comenta Pérez-. Por eso, me puse en contacto con la Escuela Militar y posteriormente con el Ejército para solicitar la devolución de esas dos. Luego, estudiado el caso, y vista la importancia que tienen, hicimos las gestiones para recuperarlas”.

Se trata de seis esculturas, copias de obras clásicas, y que pesan entre una y tres toneladas. Son parte de la colección original de Museo, de hecho, se exhibieron en el hall del edificio, recién inaugurado en 1910 con motivo del Centenario de la República. Así, tras gestiones que incluyeron la colaboración de la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Julieta Brodsky; y de la ministra de Defensa, Maya Fernández, se logró finalmente que las obras fueran devueltas al Bellas Artes.

Damoxenos, ca. 1900. Autoría sin identificar. Copia de escultura de Antonio Canova.

“La recuperación de estas seis esculturas de la colección fundacional del Museo Nacional de Bellas Artes, después de 49 años de permanencia en la Escuela Militar, significa un acto de reparación muy importante para el Museo, para el patrimonio y al alma de nuestro país” aseguró la ministra Julieta Brodsky.

En concreto se trata de las estatuas El gladiador herido o Gálata Morente, ca. 1910, de Ernesto Gazzeri (Copia romana del original griego atribuido a Epígonas); Damoxenos, ca. 1900. Autoría sin identificar. Copia de escultura de Antonio Canova; Creugas, ca. 1900. Autor sin identificar. Copia de escultura de Antonio Canova; Apolo Musageta o Apolo Citadero, ca 1900. Ernesto Gazzeri, at; Venus de Médici, siglo XIX. Autoría sin identificar; y Laocoonte y sus hijos, copia del siglo XIX.

“Algunas de estas esculturas son copias de copias. Porque de las esculturas griegas clásicas se conserva muy poco, casi todas son copias romanas. Casi todas las originales se conservan en los museos de El Vaticano, salvo el caso de la Venus de Médici. Tienen mucho valor estético y fueron hechas por copistas muy calificados”, explica Fernando Pérez.

Estas esculturas se produjeron en la primera etapa del Museo, cuando funcionaba a la par como academia de Arte y tenía un Museo de Copias. “Eso fue plan del gobierno de la época, para traer masivamente arte clásico al país, era algo que se hacía en la época. Fue iniciativa de Alberto Mackenna, quien consiguió los recursos. Entonces, estas obras tienen importancia en la historia del arte, cultural y de las mentalidades del país”, explica Pérez.

Para poder ver estas nuevas estatuas, se realizarán visitas mediadas de martes a jueves, a las 11:00 hrs., entre el 22 de diciembre y el 31 de enero, previa inscripción en la página web del Museo www.mnba.gob.cl. “Se ha hecho una instalación efímera donde situamos las esculturas -añade Fernando Pérez-. La idea es ir viendo de qué manera se puede hacer más definitiva, vamos haciendo pruebas museográficas. Pensamos ubicarlas en una instalación contemporánea para darles un nuevo telón de fondo. Pero van a permanecer en exhibición permanente del Museo”.

Sigue leyendo en Culto

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.