Alcohol, balas y martillazos: la trágica historia del primer carabinero asesinado en servicio

Alcohol, balas y martillazos: la trágica historia del primer carabinero asesinado en servicio

En junio de 1927, a meses de fundarse la actual policía uniformada, se registró el primer fallecido de sus filas en un acto de servicio. Todo ocurrió tras un procedimiento en que se desató un incidente con resultado fatal. Aquí la historia.


Parecía una diligencia como cualquiera otra. Pasadas las 11 de la mañana del domingo 12 de junio de 1927, dos funcionarios del recién formado cuerpo de Carabineros, el subteniente Oscar Garat y el vicesargento 1°, Guillermo Aguilera Pastene, llegaron hasta un negocio ubicado en la calle 5 de Abril, esquina Edwards (hoy en la comuna de Estación Central), para cursar una multa por infracción a la ley de alcoholes. Un procedimiento que nada tenía de extraordinario.

El cuerpo de carabineros, la actual policía uniformada, había sido creado tras la firma del Decreto con Fuerza de Ley N° 2.484 del 27 de abril de ese mismo año. En su artículo primero, el documento rubricado por el presidente Carlos Ibáñez del Campo, estableció: “Fusiónense los servicios de Policías y Carabineros, formando con su personal, dependencias, armamentos y demás elementos, una sola Institución que llevará el nombre de ‘Carabineros de Chile’”. Es decir, lo que se hizo fue refundir en un solo cuerpo los servicios policiales de la ciudad y la zona rural. Una idea que venía rondando entre los pasillos del Congreso y los salones de los clubes, desde al menos 1916.

Carlos Ibáñez del Campo

Así, se había formado el nuevo cuerpo policial y la sociedad comenzaba a acostumbrarse a su presencia. Los nuevos carabineros se desplegaban por la ciudad para desarrollar diversos procedimientos. Por ello, el subteniente Garat y el vicesargento 1° Aguilera Pastene, llegaron hasta el negocio de menestras (es decir, un restorán donde se servían legumbres) que pertenecía a José González Fernández y Magdalena Pérez de González, ambos españoles. Con ellos, detalló la prensa de la época, vivían sus dos hijos, Fidel y Clotilde, de 17 y 16 años, respectivamente.

Los españoles recibieron a los efectivos de carabineros en su local. Estos les informaron de la multa por expender alcohol de forma ilegal, lo que comenzó a enardecer los ánimos. De pronto, un estruendo le dio un giro a los hechos. “En los instantes de que se hacía la notificación, se acercó el muchacho González con una pistola e hizo fuego en contra del viceprimero, causándole la muerte en el acto. En seguida le dieron de golpes con un martillo”, detalló la crónica publicada en las páginas policiales de La Nación el 13 de junio.

Entre la confusión y la sorpresa de todos al ver al carabinero abatido, el joven González logró escapar del lugar. Minutos después llegó al sitio del suceso un escuadrón de carabineros que se encontraba en faenas de servicio cerca de allí. “Se recogió el cadáver de la víctima, que fué trasladado al cuartel y se practicaron enseguida varios allanamientos en la manzana donde está la casa del negocio”, señala la nota publicada en La Nación.

El culpable del asesinato del carabinero es capturado

Tanto los españoles dueños del negocio, como la hermana del acusado por el crimen, fueron detenidos por carabineros y conducidos al cuartel. Mientras, se dio aviso al grupo de investigaciones, los que acompañados por un funcionario del nuevo cuerpo policial, decidieron efectuar allanamientos en la misma manzana. Pensaron que el responsable del crimen no debía estar lejos y probablemente buscó un escondite en las cercanías de su hogar.

Pese a las protestas de los vecinos, que reclamaron por los nuevos allanamientos, los detectives empezaron una revisión casa por casa. En eso gastaron la tarde, hasta llegar al inmueble ubicado en Edwards 358, donde residían dos sujetos identificados como Héctor Astorga y José Luis Astorga. Según La Nación, estos se opusieron con vehemencia al allanamiento, e incluso agredieron a uno de los efectivos.

Carabineros delante de una ventana con barrotes. Fotografía Archivo Nacional Digital, 1920.

Los detectives forcejearon con los sujetos, hasta que uno de ellos logró entrar a la casa. “Subió a la azotea y allí descubrió el escondite del autor de la muerte del vice primero Aguilera, donde estaba acurrucado. En el acto se fué sobre González y lo redujo a la impotencia después de algún esfuerzo”, detalló La Nación.

Tras el operativo, González, los dos Astorga y los sujetos que se opusieron a los allanamientos, fueron detenidos y conducidos al cuartel, donde aún permanecían retenidos los padres del culpable y su hermana. En el mismo lugar yacía el cadáver aún tibio del vicesargento Aguilera.

La prensa detalló que el detenido tenía otros hechos de sangre a su haber. “Ya en diversa ocasión había dado muerte a otra personas sufriendo en consecuencia una detención ordenada por los tribunales de justicia”, señaló la nota publicada en La Nación.

Vicesargento 1°, Guillermo Aguilera Pastene, primer carabinero muerto en acto de servicio. Foto: Museo de Carabineros

Al día siguiente los detenidos comparecieron ante el juez del crimen, señor Oyarzún. Se recopilaron además las declaraciones de testigos que habrían presenciado los hechos, los que señalaron que “el carabinero Aguilera se habría trabado en lucha con Magdalena Pérez de González, dueña del negocio, y en este momento habría sido cuando el hijo de esta se abalanzó sobre el malogrado policía, ultimándolo a balazos”, señala La Nación.

Esta misma versión fue la que contó González al juez cuando fue interrogado. Señaló que “el Vice Aguilera agredió a su madre” y esta última también declaró la misma historia. Sin embargo, el juez Oyarzún no se convenció y declaró reo a González y a los Astorga, por darle escondite al culpable y haberse negado a ayudar a la policía.

Según la información del Museo de Carabineros, Aguilera era oriundo de Coquimbo y había sido ascendido a Vicesargento 1° el 30 de mayo de ese año, solo días antes de su muerte. Servía en el 3er Escuadrón del Regimiento de Carabineros N°4. Era el primer funcionario muerto en acto de servicio de la nueva institución y fue sepultado en el Mausoleo policial, en una ceremonia que contó con la presencia de autoridades y jefes institucionales.

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