A sangre fría: la historia tras el manuscrito del asesino

Truman Capote

El crimen que inspiró la novela más célebre de Truman Capote tuvo otra versión. Richard Hickock, uno de los asesinos de la familia Clutter, narró los detalles en un libro que nunca se publicó.




Fue el 16 de noviembre de 1956 cuando un titular de The New York Times llamó la atención del Truman Capote: "Asesinados un granjero adinerado y tres miembros de su familia". Viajó entonces hasta Holcomb, el pueblito de Kansas que se volvió noticia por el asesinato de los cuatro miembros de la familia Clutter. Allí, el escritor inició una investigación que se extendió por cinco años y que cambiaría el rumbo de su obra.

El resultado fue A sangre fría (1965), novela que en más de 300 páginas narra el brutal asesinato de los cuatro miembros de una familia campesina de Kansas: Habert Clutter, su esposa Bonnie y sus dos hijos adolescentes, asesinados por Richard Hickock y Perry Edward. Ambos fueron declarados culpables y sentenciados a pena de muerte: fueron ahorcados el 14 de abril de 1965.

A sangre fría es la obra maestra de Truman Capote y con ella se instaló para siempre como el mayor referente de la novela real.

Pero Capote no fue el primero ni el único en escribir un libro sobre el caso. En una investigación reciente, The Wall Street Journal dio a conocer que Richard Hickock, uno de los asesinos, escribió su propia versión del asesinato en una obra titulada The high road to hell. En la época de los hechos, la existencia del texto llegó a los oídos del autor de A sangre fría, quien buscó la forma de evitar su publicación.

En el manuscrito, que se mantuvo inédito y al cual accedió el periódico estadounidense, se puede leer un crudo relato del crimen cometido por Hickock y su compañero: antes de asesinarlos, apagaron las luces y apuntaron con una escopeta a los aterrorizados Clutter. Eso sí, el autor deja en claro que no era él quien jaló el gatillo. Fue Smith el encargado de disparar, mientras él observaba con cierto gozo: "Me hubiera gustado ver al embalsamador rellenar esos agujeros en sus cabezas", anotó en el texto.

Versiones enfrentadas

Si bien en ambas versiones se narran acontecimientos similares, hay una diferencia sustancial entre ellas: los motivos del asesinato. Mientras en el bestseller A sangre fría se hace referencia a un robo que se salió de control, en el manuscrito de Hickock se insinúa que fue un asesinato por encargo de un hombre llamado Roberts.

"Teníamos poco tiempo", dice el fragmento. "Eran casi las 2 y nuestro encuentro con Roberts estaba a una hora de distancia. No queríamos perderlo, cinco mil dólares es mucho dinero".

Para Ralph Voss, estudioso de la obra de Capote y autor del libro Truman Capote y el legado de A sangre fría (2011), la versión de Hickock no es muy creíble: "El se caracterizaba por ser mentiroso, fanfarrón y un fabricador", dice a La Tercera. "Además, Hickock nunca fue muy considerado por Truman. La persona más interesante para él siempre fue Perry Smyth, por ello le dedica mayor atención en A sangre fría. Hickock siempre desconfió de Capote y es probable que cuando se dio cuenta de que no los iba a ayudar a salir de la cárcel, decidió escribir su propia versión para conseguir dinero", agrega.

El secreto de Capote

El asesino escribió en la cárcel unas 200 páginas manuscritas con ayuda de un periodista llamado Mack Nations. "Hickock identificó a Nations como un escritor que podía dar a conocer su historia", cuenta Ralph Voss. Y no se equivocó: Nations trató de conseguir un acuerdo con la editorial Random House, pero el sello rechazó la propuesta, pues ya tenía un contrato firmado con Truman Capote para publicar A sangre fría.

La investigación de The Wall Street Journal sugiere que Nations y Hickock terminaron su manuscrito antes que Truman Capote. El policía Alvin Dewey, principal investigador del caso de los Clutter y quien aparece como un héroe en A sangre fría, habría informado a Capote de las intenciones literarias de Hickock. Al ver amenazada la exclusividad de su obra, Capote buscó impedir la publicación del texto.

"Es posible que lo haya hecho, su historial no le juega a favor. Truman consiguió varios informes y testimonios de los asesinos a través de sobornos, también enfatizó en unos detalles que le convenían para una buena historia y otros definitivamente los ocultó por completo. Estas son sólo algunas de las faltas éticas que cometió el autor, en la producción de lo que es, pese a todo, un libro notable", reflexiona el experto Ralph Voss.

"Además Capote siempre se preocupó del lado comercial de su obra. Por ejemplo, no se refirió a la posible relación homosexual entre los asesinos, porque leyó muy bien los códigos culturales de la época: sabía que los temas sobre homosexuales no eran los libros más vendidos en los años 60. Quizás eso mismo lo llevó a tratar de evitar una competencia a su obra", concluye.

Capote contrató a los mejores abogados para conseguir entrevistar a los asesinos, ya condenados a muerte y con la prohibición de hablar con periodistas. Tras las entrevistas, Capote les ofreció a Hickock y Nations comprarles el manuscrito. Su oferta no fue aceptada.

Al mismo tiempo, Nations fue obligado a entregar una copia del texto a las autoridades de Kansas. Envió el material con una carta: "No puedo dejar de sentir que el fiscal general hizo una preferencia política al abrir la penitenciaría a Truman Capote mientras que a todos los demás reporteros se nos prohíbe hacer esas visitas", escribió el periodista.

Hickock cumplió su pena de muerte en abril de 1965 y Nations, tras ser acusado de evasión de impuestos, falleció en un accidente de tránsito en 1968. A sangre fría se convirtió en una obra de fama internacional, mientras que The high road to hell formaría parte de uno de los más grandes secretos de Truman Capote: nunca hizo mención de su existencia.

Hoy, el único manuscrito está en manos de Kurt Hoffman, hijo del abogado que recibió la copia enviada por Nations a las autoridades en 1962. Hasta ahora no hay intenciones de publicar la obra.

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