La ruta de la chatarra: dónde van a parar los viejos televisores, refrigeradores y lavadoras

La ruta de la chatarra: dónde van a parar los viejos televisores, refrigeradores y lavadoras. Foto referencial: Photography Maghradze PH / Pexels.

En medio de un escenario en el que instituciones como el Banco Mundial han advertido que los desechos en todo el globo podrían crecer en un 70% para 2050, distintas organizaciones privadas y estatales han desarrollado estrategias para reducir la huella medioambiental. Acá, un recorrido por una planta que se encarga de reciclar electrodomésticos, para así evitar que terminen en un vertedero.


Son las 10 de la mañana cuando varias decenas de trabajadores operan en una planta de reciclaje ubicada en Quilicura, Santiago, en la que abundan contenedores con artículos como cables, cargadores electrónicos, tóners y pedazos de plástico trizado, entre una extensa lista.

Equipados con elementos como guantes, lentes y reductores de ruido —similares a unos audífonos— algunos de ellos toman sus taladros y desarman aspiradoras con una precisión quirúrgica, encontrando los tornillos metálicos que unen a las piezas en solo unos segundos.

Planta de reciclaje. Foto: Cortesía.

En las afueras de la zona techada del recinto, otros sostienen herramientas parecidas a unas sierras eléctricas y separan las distintas partes de productos como refrigeradores y lavadoras.

Una vez que terminan de desunir las paredes más grandes, las meten en una maquinaria pesada que se encarga de aplastarlas, para luego generar un cubo de tamaño considerablemente menor, casi como el de un microondas.

También, justo enfrente se sitúa una trituradora, en la que se introducen los componentes por la parte superior, para unos minutos después convertirlos en pequeños pedazos irreconocibles si se comparan con su forma original.

Así es por dentro la planta de Degraf, una empresa que hace aproximadamente 40 años se dedica al reciclaje de productos eléctricos y electrónicos, para después enviar las distintas piezas a otras compañías para su reutilización, según detalla a La Tercera la gerente general Gabriela Pérez.

Planta de reciclaje. Foto: Cortesía.

Luxon Eltime es uno de los trabajadores que participa en este proceso desde hace 7 años. Nos cuenta que cuando llegó a la sucursal se demoraba “menos de 10 minutos” en desarmar un televisor, pero que ahora invierte “unos cuatro o cinco”. En el caso de las aspiradoras, solo tarda “unos dos” en separar las piezas con el apoyo de su taladro.

“Es casi siempre el mismo proceso”, responde ante la pregunta de cómo varían las estructuras de los productos en función de su marca o modelo, “aunque depende de la habilidad de quien esté desarmando”.

Dónde van a parar los viejos televisores, refrigeradores y lavadoras

Si haces el ejercicio de recordar momentos que hayas vivido durante tu infancia, es probable que muchos de ellos hayan ocurrido en tu hogar. Desde los dibujos animados y programas que veías en tu televisor antes de que existiera el streaming hasta las instancias en las que sacabas comida del refrigerador para más tarde disfrutar de una cena en familia.

Las imágenes y los casos pueden variar, pero hay un punto común que comparten esas remembranzas: en todas hay productos tecnológicos que facilitan la vida cotidiana.

Con el tiempo y los acelerados avances de las industrias, los artefactos de este tipo han ido presentando nuevas características que los hacen aún más cómodos y sencillos de utilizar, lo que también facilita que sean más atractivos en el mercado.

Es aquí cuando surge otro punto fundamental: ¿cuántos de estos todavía siguen en el espacio en el que creciste? ¿A dónde fue a parar ese antiguo televisor frente al que esperabas ansiosamente para ver tus programas favoritos?

Probablemente, algunos todavía se mantienen en funcionamiento, pero en la mayoría de los casos son reemplazados por otros de distintas generaciones que presentan capacidades superiores.

Aspiradora. Foto referencial: Adobe Stock.

Distintas organizaciones estatales y privadas han manifestado su preocupación en torno a la agudización de la crisis medioambiental, por lo que se han buscado estrategias para evitar que artículos como electrodomésticos y ropa —entre muchos otros— terminen abandonados en basurales y áreas naturales como, por ejemplo, el Desierto de Atacama.

Uno de los informes más preocupantes sobre este ámbito fue presentado por el Banco Mundial a finales de 2018. En él, se alertó que los desechos en todo el globo crecerán en un 70% para 2050, un factor que se vería influenciado por el aumento de la urbanización y el crecimiento de las poblaciones.

“La mala gestión de los desechos está perjudicando la salud humana y los entornos locales, agravando al mismo tiempo los desafíos que plantea el cambio climático”, declaró ese año la entonces vicepresidenta de Desarrollo Sostenible de la institución, Laura Tuck.

Restos de televisor. Foto referencial: Photography Maghradze PH / Pexels.

“Desafortunadamente, los más pobres de la sociedad suelen ser los más perjudicados (...) pero las cosas no tienen por qué ser así. Los recursos que tenemos deben usarse y reutilizarse continuamente, de manera que no terminen en los vertederos”.

Otro reporte compartido por el Ministerio del Medio Ambiente reveló que solo en 2020, en Chile se generaron cerca de 20 millones de toneladas de residuos, cifras aún más alarmantes si se considera que el país tiene actualmente cerca de 19.5 millones de habitantes.

Es por esto que medidas como la Ley REP (siglas de Responsabilidad Extendida del Productor) buscan la transformación a “un nuevo modelo que sea circular, en el que los productos y todo lo que se necesita para elaborarlos conservan su utilidad y valor”.

Entre los que se ven incluidos de manera prioritaria por la norma, se encuentran aceites lubricantes, baterías, pilas, neumáticos, y aparatos eléctricos y electrónicos. Estos últimos son los mismos que son desarmados en la planta de Degraf.

Planta de reciclaje. Foto: Cortesía.

Una alternativa para reducir la huella medioambiental

La gerente general de la empresa, Gabriela Pérez, asegura a La Tercera que han visto un creciente interés en el reciclaje de estos productos, hasta el punto en que hoy están recibiendo “entre 200 y 300 toneladas mensuales”.

A pesar de que los servicios que ofrece Degraf van dirigidos específicamente a compañías que producen grandes volúmenes, dice que también “hay personas naturales que entran en nuestra página web, llaman por teléfono solicitando retiro o incluso vienen a dejar sus artefactos acá”.

“Si alguien viene a dejar una lavadora, lo recibimos sin costo”, añade.

Pero junto con ello, Pérez insiste en que la forma de llegar al público general es a través de alianzas con firmas que producen este tipo de artículos.

Planta de reciclaje. Foto: Cortesía.

Una de ellas es Samsung, la cual estrenó recientemente una nueva iniciativa dirigida a quienes quieran renovar su televisor, refrigerador, aspiradora, lavadora o secadora, entre otros.

La campaña en colaboración con Degraf consiste en que los usuarios pueden entregar estos productos y recibir un descuento de hasta $375.000 al comprar uno nuevo.

De la misma manera, ambas empresas se encargan de retirar los equipos en desuso en un tiempo máximo de 48 días hábiles desde la entrega, para posteriormente reciclarlos, sin costo para los consumidores.

Asimismo, con un plazo de máximo 15 días, Degraf entrega un certificado que explica el aporte al medio ambiente que significa la reutilización de estos componentes.

No es necesario que sean de dicha marca para que sean aceptados.

Planta de reciclaje. Foto: Cortesía.

Según cifras entregadas por Samsung, desde 2021 hasta la fecha han conseguido reciclar 540 toneladas en Chile, solo en televisores, refrigeradores y lavadoras, a través de distintas campañas como esta, la cual fue nombrada “Recicla y ahorra”.

“Queremos sumarnos al llamado del Ministerio de Medio Ambiente e incentivar el manejo responsable de residuos electrónicos. Ese es el objetivo de esta campaña, la cual busca sacar productos de este tipo de los vertederos”, asegura el Encargado de Cumplimiento Medioambiental de la firma, Álvaro Palma, quien también destaca que recientemente recibieron la certificación “Sello Azul de Producción Limpia”.

Desde la empresa esperan lograr cero emisiones netas de carbono —directas e indirectas— para 2050 en todo el mundo, un objetivo que planea reducir el equivalente a cerca de 17 millones de toneladas de dióxido de carbono a nivel global.

Conoce los detalles de la campaña en este enlace.

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