Chile registra 52 muertes diarias debido al tabaco y es número uno en su consumo en América: ¿Qué se puede hacer?

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El tabaquismo, en la actualidad, continúa siendo la principal causa de muerte prevenible en el mundo. La mitad de los fumadores adultos a nivel mundial morirá prematuramente por una enfermedad relacionada al tabaco. La última Encuesta Nacional de Salud (2016-2017) muestra una prevalencia de consumo de tabaco en Chile de 32,5%.

Diariamente mueren en nuestro país 52 personas por alguna enfermedad relacionada con el tabaco, con una pérdida promedio de 10 años de vida. En términos económicos, Chile gasta el 1,7% de su producto interno bruto y el 9,1% de su presupuesto en patologías producidas por el consumo de tabaco.

Desde el punto de vista del medio ambiente, las colillas de cigarro acumuladas en el suelo permanecen y lo contaminan durante unos doce años. Adicionalmente, los terrenos empleados para la producción de hojas de tabaco no pueden ser utilizados para otros cultivos, a raíz del daño producido por los químicos y pesticidas utilizados.

Lo anterior demuestra la importancia de entregar a la población herramientas para hacer frente a esta problemática, en el marco de la Salud Pública de nuestro país.

El tabaquismo es definido por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad crónica y adictiva, por lo que requiere un tratamiento formal y validado por la evidencia científica.

En esta materia, el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente, uno de los 29 a nivel nacional, es un buen ejemplo. Ofrece a los habitantes de las siete comunas que comprenden su territorio (Puente Alto, San José de Maipo, Pirque, La Florida, La Granja, La Pintana y San Ramón) un programa de tratamiento para el tabaquismo, el cual funciona en las dependencias del Hospital Dr. Sótero del Río, en la comuna de Puente Alto.

Esta iniciativa está a cargo de un equipo de profesionales de la salud, cuyas labores terapéuticas se centra, entre otras, en el uso de la entrevista motivacional y terapia cognitivo conductual. Estas técnicas buscan lograr la cesación del consumo en aquellas personas que se encuentran motivadas a dejar de fumar, pero que debido a su gran dependencia a la nicotina no lo consiguen por sí solas y requieren de ayuda profesional.

Los beneficios de dejar de fumar son ampliamente conocidos. Desde los primeros 20 minutos sin fumar se observan cambios positivos en el organismo, tales como la disminución de la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Al año de haber suspendido el consumo, disminuye a la mitad la probabilidad de tener alguna enfermedad en las arterias coronarias (Ej. infarto agudo al miocardio). Además de lo anterior, se reduce la probabilidad de tener algún tipo de cáncer causado por el efecto nocivo del tabaco.

A pesar de lo importante que es contar con programas a nivel nacional para el tratamiento del tabaco, las alternativas disponibles en el sector privado son muy costosas y en el ámbito de la Salud Pública muy eficaces, pero limitadas en número. De hecho, en la Región Metropolitana contamos únicamente con un programa del Instituto Nacional del Tórax y otro del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente.

Es muy importante concientizar a la población sobre las negativas consecuencias que provoca el consumo de tabaco en la salud y el medio ambiente, lo que se explicita claramente en las distintas campañas preventivas que se lanzan anualmente en Chile y resto del mundo. Pero también es imperativo incrementar la oferta de programas de Salud Pública que brinden apoyo y tratamiento efectivo a quienes padecen esta adicción, pero no han logrado superarla, a pesar de sus esfuerzos.

* Dra. Sonia Bassa Tapia, médico familiar y referente técnico del Programa de Tabaquismo del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente.

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