Inversionista de Silicon Valley: “Los consumidores jóvenes tienen una preferencia por compañías que apoyan algo bueno y sustentable”

Como financista de empresas de la talla de Twitter, Wish y Zoom, Bill Tai conoce bien hacia dónde apunta la brújula de las nuevas startups. Por eso fue parte del jurado del último GlobalPitch 2021, organizado por MeetLatAm. Según su opinión, la sustentabilidad y la inteligencia artificial son el actual y próximo foco de los emprendedores.


Para Bill Tai hablar del ecosistema emprendedor o de venture capital es algo de décadas. Él mismo ha estado financiando startups como capitalista de riesgo desde 1991, de las cuales 22 se han convertido en grandes empresas.

Originalmente formado como diseñador de chips, se unió a LSI Logic, una empresa emergente de Silicon Valley formada por el director ejecutivo de Fairchild Semiconductor. Además, fue cofundador de Treasure Data (adquirido por ARM / Softbank) como presidente y se encuentra entre los primeros inversores en Twitter, Wish.com, Zoom Video, Canva y Color Genomics.

Se ha desempeñado como director de la junta de ocho empresas que cotizan en bolsa, que crecieron a partir de startups que él financió en sus etapas formativas. Esto es solo parte de su currículum. Por eso no es menor que haya sido parte del jurado del GlobalPitch 2021, organizado por MeetLatAm que se realizó en mayo. El evento, eligió de entre 10, a las startups BioElements, The Live Green Co y Kilimo.

El foco de esta nueva versión fue desarrollos tecnológicos que apuntarán a solucionar alguno o varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (17 ODS) establecidos por las Naciones Unidas.

La preselección se hizo sobre un universo de más de 40 startups de todo el continente. “Hoy en día estamos en un punto donde los mercados de capitales mundiales reconocen que existe una necesidad crítica de la sustentabilidad. Y las compañías que pueden lograrlo, al mismo tiempo que llevan un negocio viable comercialmente, están siendo muy recompensadas”, comenta Tai.

¿Cómo los inversionistas resuelven esa combinación entre sustentabilidad y rentabilidad?

- Ambos están relacionados naturalmente por los mercados. Los consumidores jóvenes tienen una preferencia de marca por compañías que apoyan algo bueno y sustentable. Y si es que apoyas algo malo, no solamente la gente no comprará tus productos, tendrás protestas en frente de tus sedes por el resto de tu vida. Por ejemplo, la empresa Patagonia fue pionera en esta ola y ha cambiado el carácter distintivo de su sector.

¿En qué ha afectado un mundo en pandemia a las propuestas de las startups?

- La pandemia ha hecho que sea mucho más fácil empezar una compañía con recursos distribuidos por el mundo. Antes de la pandemia la gente sentía que tenía que tener a toda la gente que necesitaba en un edificio, y ahora se han dado cuenta que ese no es el caso. Eso ya se daba en ciertas compañías como las de software, que tienen desarrolladores alrededor de todo el mundo y los coordinan online. Pero las otras funciones que no eran desarrollar software, se distribuyeron en gente que trabaja desde su casa en pandemia. Así que la barrera para empezar una compañía se hizo mucho más baja, porque sus recursos pueden estar en todos lados y los equipos de administración se acostumbraron a trabajar de esa manera.

¿Cree que las startups de América Latina piensan desde un inicio en escalar globalmente o prefieren limitarse únicamente a su país?

- Las tres compañías que ganaron tenían ambiciones globales en sus planes y todas demostraron que podían conseguir clientes fuera de Chile.

¿Cuál debería ser el sector o industria de startups que tendría que crecer más en Latinoamérica?

- Las tres compañías ganadoras trataban acerca de la conservación de los recursos naturales. Obviamente, esto era un concurso de sustentabilidad, pero creo que esto es una tendencia. Creo que la historia del capital de riesgo ha invertido en diferentes olas de innovación. La primera fue la que creó Silicon Valley. Hablaba acerca de más eficiencia y de mover átomos. La segunda ola fue la de la creación de internet, que hablaba acerca de mover bits. Luego, esta tercera ola es acerca de mover moléculas. Así que ahora se centran más en hacer comida, en el plástico o en cómo asegurar las moléculas de agua. Hacia allá estamos yendo.

Existen críticas sobre que las grandes empresas familiares en América Latina no invierten mucho en startups o en sustentabilidad. ¿Qué opina al respecto?

- Creo que eso va a cambiar. Las compañías en Estados Unidos tuvieron que recibir golpes para darse cuenta que una startup de dos personas, como Bill Gates y Paul Allen, podían convertirse en Microsoft o en Google. Hace 30 años, la única compañía de tecnología existente era IBM. Creo que las economías están siendo transformadas. Es solo cosa de tiempo para que las grandes compañías se den cuenta del valor de las startups. Así que es mejor que inviertan, de lo contrario, podrían convertirse en un Kodak o en un General Electric. Empresas aún significativas, pero ni emocionantes ni de un gran valor.

¿Cree que los unicornios son necesarios para incentivar el ambiente de las startups latinoamericanas?

- Realmente se trata de inspiración. Cuando era adolescente, veía un artículo acerca de Steve Jobs cuando Apple aún era una compañía joven. En ese tiempo, tenías una economía dominada por compañías gigantes con un montón de tipos en trajes. Ver una foto de este niño de pelo largo en una de las compañías más valiosas de América, hizo que todo niño o joven pensara: “Tal vez yo también pueda hacer eso”. Se necesitan ejemplos.

Hay muchas startups que están trabajando con inteligencia artificial (IA). En Chile está NotCo por ejemplo. ¿Es la IA el nuevo “oro” en las startups o en la economía para el futuro?

- Creo que lo es. Tal como dije: primero fue mover átomos, luego bits y ahora nos estamos moviendo en las moléculas. Los motores de la IA permiten mover los tres para ser más eficientes.

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