Economista de Rojas y Asociados: “A todas luces es imposible que se cumpla el escenario de mediano plazo del gobierno”

Entrevista

Patricio Rojas pone en cuestión los supuestos para 2021-2024: ”En cuanto a ingresos el gobierno está siendo bastante voluntarista”. ”No está claro que esta economía vaya a retomar crecimiento”, asegura el economista.


Bastantes interrogantes generó en el economista Patricio Rojas el último Informe de Finanzas Públicas que actualizó las cifras del cierre de 2019 y las proyecciones hacia el futuro, hasta 2024. El socio principal de Rojas y Asociados se mostró preocupado por las estimaciones a mediano plazo que no dudó en calificar de optimistas, a diferencia de las proyecciones para 2020 que catalogó de realistas.

"Corrigieron el crecimiento a 1,3%, y una demanda cayendo en torno al 1,1%; posiblemente el tipo de cambio promedio podría ser un poquito más alto que $750 y el precio del cobre un poquito más bajo del US$2,8, pero son números que están en línea de lo esperado y que sinceran el panorama que ya se veía complicado".

¿Será posible terminar el año con un alza del gasto público de 8,5%?

-Estimábamos un gasto sobre el 9%, y ellos hablan de 8,5%, con un déficit fiscal efectivo de 4,5%, el cual claramente debiera ser un número techo, ya que uno esperaría que empezaran a reducirse los déficits hacia delante...

¿Cuáles serían los riesgos para que efectivamente se cumpla y no termine siendo más abultado ?

-El Ejecutivo considera gastos comprometidos por proyectos de ley, pero el contexto actual es que el gobierno está con una agenda social que todos los días se le puede abrir y sorprender con gastos adicionales más allá de 8,5%. Entonces, la posibilidad de tener un déficit mayor al 4,5% es bastante alta.

¿Y hay posibilidades de que suban los ingresos?

-Creo que lo único que hoy sabemos es que el 1,2% de crecimiento de los ingresos sería el techo, ya que la única posibilidad de que éstos crezcan es que tengamos un precio del cobre más alto, cosa que se ve relativamente compleja.

¿Cómo afectaría eso la calificación soberana?

-Para ello hay que mirar la sostenibilidad de las cuentas fiscales, e ir no sólo al 2020, sino al escenario de mediano plazo. El Fisco entregó proyecciones hasta 2024, que contemplan una reducción del déficit estructural hasta terminar en 1% de déficit en 2024.

¿Qué le pareció esa proyección?

-El escenario de ingresos en el mediano plazo es bastante optimista porque está suponiendo que la economía chilena terminará creciendo en 2024 en torno al 3,5% y, por tanto, los ingresos crecerían entre 2020 y 2024 en promedio 4%, y los gastos por debajo del 2%, en torno al 1,5%. El gobierno está considerando sólo los gastos hasta hoy, sin nada adicional que pudiera aparecer de aquí al 2024. En base a eso las clasificadoras dirán el gobierno de Chile está haciendo la pega, pero la pregunta es qué tan sostenibles son los supuestos y ahí surgen muchas dudas.

¿Dudas en qué sentido?

-Proyectar que el crecimiento será 3,5% hacia los últimos años del período es fuerte, porque estamos frente a un escenario en que los costos salariales van a aumentar (pensiones, reducción de jornada), vamos a tener una situación tributaria que irá colocándose más compleja, porque las grandes empresas no volvieron a la integración y, por tanto, no está claro que esta economía vaya a retomar un crecimiento en torno al 3%-3,5% en régimen. Para retomar un crecimiento más alto, la economía debe ser más flexible con mayor modernización del mercado laboral y del Estado, y no hay nada de esas reformas estructurales.

¿Cómo ese pronóstico incide en los ingresos?

-El gobierno estima que la Modernización Tributaria recaudará cerca de 1 punto del PIB, y sabemos que en esta materia siempre hemos sido muy optimistas. En cuanto a ingresos el gobierno está siendo bastante voluntarista: si en 2019 los ingresos cayeron 1,1%, y para 2020 se estima crecerán 1,2%, proyectar que entre 2021 y 2024 subirán en promedio 4,3%, es fuerte. Y la posibilidad de que la deuda siga subiendo es bien alta si no se dan los supuestos de ingresos.

Si no se obtienen los ingresos, el gasto tampoco sería financiado.

-Uno podría decir que la actual agenda social está financiada pero con supuestos de ingresos optimistas. Se supone un crecimiento de gasto de 2,6%, 1,2%, y 1,6%, que son tasas relativamente bajas; pero en 2022, cuando venga un nuevo gobierno, es difícil pensar que va entrar y va a gastar sólo 1,5%. No se puede hacer un ejercicio pensando que el gasto permanente se acaba hoy cuando no cabe duda que en 2020 se van comprometer nuevas medidas. A todas luces es difícil que se pueda cumplir este escenario a mediano plazo, porque los gastos tenderán a subir y los ingresos a bajar.

¿Cuál sería un supuesto realista para el mediano plazo?

-Estos escenarios de mediano plazo debieran hacerse con criterios conservadores. El gobierno debió haber estimado un escenario mucho más prudente con un crecimiento entre 2,5 y 3% , con un cobre US$ 2,6 y no US$2,90. Si gana la opción de modificar la Constitución vamos a tener dos años de alta incertidumbre, por tanto, mi percepción es que la estimación de mediano plazo debió ser más conservadora y haber mostrado que la situación estaba bastante ajustada, lo cual le da una cierta señal a los parlamentarios de que no se pueden seguir pidiendo cosas porque no existe plata infinita.

Pero el gobierno habla de US$7.000 millones de holgura.

-Es una señal que no está bien dada, porque al hablar de holgura alguien podría pensar que todavía hay espacio para seguir gastando.

¿Que le pareció la alerta que levantó el Consejo Fiscal Autónomo?

-La preocupación del Consejo es bastante válida. Estoy alineado con lo que está pensando el CFA, y creo que hay que colocar las luces naranjas en las proyecciones de ingresos, porque esto sólo puede terminar con comportamiento de deuda más acelerado.

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