Senadores recurren a antigua fórmula de cuoteo binominal para destrabar nombramientos institucionales

Los senadores Coloma y Huenchumilla y el ministro Cordero.

Este lunes expone ante la Comisión de Constitución la jueza Jéssica González, quien es carta del oficialismo para llegar a la Suprema. Su nominación tendría los votos de parte de la derecha. A cambio, las fuerzas de gobierno darían su consentimiento para que haya compensaciones en futuras designaciones para el máximo tribunal. El martes, en tanto, se votan dos candidatos al Tribunal Constitucional. Sin embargo, la gran incógnita de ese día es la votación del nombre de Rosario Martínez como nueva defensora de la Niñez.


Los llamados “30 años” (concepto para referirse a los rostros y las lógicas políticas que predominaron entre 1990 y 2018) no sólo están de moda en el gobierno.

En vista del complejo nudo político que implicaba resolver una seguidilla de nombramientos este año, las principales bancadas del Senado resolvieron ceñirse al antiguo modelo de equilibrios políticos que imperó en los primeros gobiernos de la Concertación y en las administraciones de Michelle Bachelet y Sebastián Piñera (el vilipendiado “cuoteo”) para destrabar designaciones que se avecinan en el Tribunal Constitucional (TC), la Corte Suprema y tribunales ambientales.

Si prospera esta nueva política de acuerdos, también podrían sumarse los nombramientos para la Defensoría Nacional de la Niñez y para la Contraloría General de la República (a fines de 2023), tal vez la designación más trascendental que queda para este año. Estos dos nombramientos -que tienen una complejidad adicional por ser designaciones uninominales y no pueden ser cuoteados- igualmente pueden facilitarse si impera un clima de entendimientos.

La decisión de explorar un gran acuerdo para las próximas nominaciones se tomó en la reunión de comités del 30 de mayo, a la que asistieron representantes de todas las bancadas. Ese día se acordó aplazar las votaciones, que estaban programadas para el miércoles 31, de los nombramientos de Manuel Núñez y Alejandra Precht como ministros del TC, y de Rosario Martínez como nueva defensora de la Niñez.

Aunque estas designaciones ya llevaban varias semanas pendientes, en la nueva postergación pesó el ánimo de no arriesgar un rechazo, ya que se trata de nominaciones que requieren de los dos tercios del Senado (33 votos), es decir, ninguno de los principales bloques políticos del Congreso puede imponer sus nombres sin el consentimiento de gran parte del otro conglomerado.

Uno de los problemas que tenían las tres designaciones pendientes, es que el oficialismo no tenía un especial interés en ellas. Precht es promovida por la DC, Núñez fue propuesto por los diputados de RN, y Martínez era una candidata auspiciada por los senadores de Chile Vamos, especialmente de Renovación.

Por ello, fueron los senadores del Socialismo Democrático (una de las coaliciones de la alianza gubernamental) los que pidieron aguardar las proposiciones del gobierno de una nueva carta para la Suprema y los reemplazos para los tribunales ambientales de Santiago y Antofagasta, lo que finalmente ocurrió en las últimas dos semanas.

Para el máximo tribunal del país, el Presidente Gabriel Boric propuso el 6 de junio a la jueza Jéssica González, a quien se le asocia un perfil cercano al mundo socialista, aunque algunos senadores de derecha señalan que la magistrada está más a la izquierda del PS.

En el caso de los integrantes de los tribunales ambientales, cuyos nombres ingresaron el martes pasado, Boric solicitó un acuerdo del Senado para Marcela Godoy y Cristián López en Santiago y para Marcelo Hernández y Alamiro Alfaro en la capital de la Segunda Región. No obstante, en una jugada repentina, al día siguiente La Moneda retiró el oficio y reingresó uno nuevo, pero sólo con los nombres de Godoy y Hernández. ¿La razón? En el Senado y en el gobierno explican que hubo errores formales que obligaron a corregir la propuesta, pues uno de los cupos iba tener un mandato de sólo un mes y medio.

Con todos estos nombramientos en proceso, esta semana será decisiva para medir si hay piso para posibles entendimientos.

En el caso de la nominación a la Suprema de González (quien expondrá este lunes ante la Comisión de Constitución del Senado), el camino está más despejado, pues al menos Chile Vamos daría al oficialismo los respaldos necesarios. Ello tiene una contrapartida, pues en los próximos meses deben renovarse dos cupos más de ministros de la Suprema, además del fiscal del máximo tribunal. Por lo tanto, en esta situación, es más fácil la repartición equitativa de cupos: dos para nombres que agraden a las fuerzas de gobierno y dos que sean de preferencia de la oposición.

Para los cuatro reemplazos en tribunales ambientales, la ecuación sería similar.

Sin embargo, el cuadro se complica para las votaciones de Núñez y Precht al TC y de Martínez a la Defensoría de la Niñez.

Estas designaciones se votarán el martes en la sala de la Cámara Alta.

En el caso de los nuevos ministros del Tribunal Constitucional había disconformidad en la misma derecha respecto del perfil de Núñez, quien es la carta del sector.

No obstante, hasta el viernes la gran duda era Martínez -quien fue directora del Servicio Nacional de Menores (Sename) en el último gobierno de Sebastián Piñera-, ya que aún no tiene los votos para ser ratificada en sala.

Además de ser una designación que es compleja de compensar con otra -de hecho se evaluó amarrar esta votación con la de la postulante a la Suprema-, hay resistencia especialmente desde el PS.

Como alternativa, hay voces desde el oficialismo que promueven la idea de apoyar a la exdirectora del Sename como gesto de buena voluntad para que la derecha se allane a reponer la tramitación de la reforma tributaria, que también requiere de dos tercios del Senado.

El esquema de cuoteos, en todo caso, genera ciertas resistencias entre algunos senadores, especialmente los que son parte de bancadas más pequeñas.

La senadora independiente Alejandra Sepúlveda, quien integra el comité de Apruebo Dignidad, dijo que veían estas negociaciones “con distancia”. “Esto es algo absolutamente arcaico, que sigamos en la lógica del binominal, cuando ha cambiado absolutamente la realidad política en el Congreso. Espero que se considere la voz de quienes tenemos derecho a voto y que podemos marcar la diferencia”.

“En el Senado todavía existe una lógica de acuerdos transversales, sobre todo porque hay nombramientos que requieren un quórum muy alto. Ahora yo no soy partidario de andar cruzando negociaciones. Por ejemplo, la Defensoría de la Niñez con la Corte Suprema. Cada una tiene su mérito, su propia conversación, pero entiendo que en la propuesta de Jéssica González ya habría un principio de acuerdo transversal”, comentó el senador Juan Ignacio Latorre (RD), también integrante de Apruebo Dignidad.

“No me parece bien que exista cuoteo político en cargos institucionales. No tiene nada que ver la naturaleza de designación de una defensora de la Niñez con una ministra de la Corte Suprema. Retrasar nombramientos (para encontrar las debidas compensaciones) no corresponde”, manifestó el senador del Partido Demócrata Matías Walker.

Sin embargo, también hay quienes defienden el modelo para destrabar las nominaciones.

“Aquí hay un sistema que ha funcionado. Cuando necesitas un quórum de dos tercios, tiene que ser consesuado”, expresó el senador y jefe de bancada de la UDI, Gustavo Sanhueza, quien agregó que el problema detrás de las críticas “ha sido la falta de diálogo del gobierno con su propio sector, que tiene bancadas más pequeñas”.

La senadora UDI Luz Ebensperger, quien preside la Comisión de Constitución, también desestimó los cuestionamientos a la lógica de distribución equilibrada de nombramientos. “Es una buena fórmula, que ha funcionado correctamente hasta ahora y no veo razones para cambiarla. El problema está en cada sector, que debe hacer el trabajo respectivo e incorporar a los representantes minoritarios”.

“En el Senado siempre se construyen grandes acuerdos para las nominaciones. Uno tiene que construir una mayoría”, señaló el jefe de bancada del PS, Alfonso de Urresti, quien descartó que haya grupos excluidos y añadió que en las conversaciones han participado los senadores de Apruebo Dignidad (Frente Amplio y PC), que hoy tienen menos representantes que el Socialismo Democrático (PS y PPD).

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