Schalper vs. Undurraga o la pugna entre RN y Evópoli que dejó la fallida acusación contra el ministro de Educación

Cuando se presentó la acusación constitucional en contra del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila (RD), el lunes 19 de junio, el jefe de bancada de Evópoli, Francisco Undurraga, reaccionó con molestia al enterarse que uno de los integrantes de su comité, el independiente Christian Matheson, aparecía firmando la presentación.

Hasta ese minuto, si bien el mismo Undurraga había expresado ciertas señales a favor del libelo acusatorio, su bancada había preferido mantener una postura cautelosa. La principal demanda que tenía el grupo que lidera Undurraga era que la presentación no se centrara exclusivamente en las críticas a los programas de educación sexual, que a juicio de las legisladoras evangélicas, Francesca Muñoz y Sara Concha (ambas del Partido Social Cristiano), vulneraban el derecho preferente de los padres para educar a sus hijos.

Distintas fuentes de la oposición, señalan que Undurraga se quejó con el diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, a quien culpó de haber gestionado la firma de Matheson a espaldas del comité de Evópoli. Schalper, quien primero se plegó al libelo a título personal, había sido clave para convencer a las fuerzas opositoras de la necesidad de apoyar la arremetida de las legisladoras cristianas.

Si bien algunos dirigentes de derecha relatan que la firma de Matheson en realidad fue gestión de la diputada Muñoz, las sospechas contaminaron el proceso de deliberaciones antes de la votación, en la que finalmente los dos diputados militantes de Evópoli (Undurraga y Jorge Guzmán) decidieron rechazar el libelo, mientras que los otros dos legisladores independientes de ese comité (Matheson y Hotuiti Teao) se pronunciaron a favor.

El voto en contra de Undurraga y Guzmán fue resentido especialmente por Schalper, quien incluso llegó a decir que ello era una “puñalada” al corazón de Chile Vamos. Incluso, a partir de la molestia del secretario de RN comenzaron a sumarse voces de la UDI y de Renovación pidiendo sanciones a Evópoli. Por ejemplo, intentar destituir a Undurraga de la presidencia de la Comisión de Defensa o quitarle las firmas de diputados de la UDI y RN que le permiten a Evópoli tener la calidad de “comité” (se requieren siete parlamentarios para tener representación, voz y voto en las reuniones de jefes de bancada).

No obstante, al cierre de esta edición, eran más los diputados que estaban tratando de poner paños fríos para que no prosperaran aquellas represalias.

La pugna entre Undurraga y Schalper, sin embargo, también tenía un trasfondo de carácter estratégico respecto del rol opositor y el futuro de la derecha.

Detrás de la decisión del diputado de Evópoli de votar en contra de una acusación -que el oficialismo tildó de homofóbica, debido a la orientación sexual del ministro Ávila- también había un clara señal política de esa colectividad -que promueve un ideario liberal y tolerante con la diversidad sexual- de diferenciarse con sectores más conservadores como los republicanos y los grupos evangélicos del Congreso.

Por su parte, Schalper, dentro de la oposición, ha sido un ferviente partidario de acercarse a esos sectores conservadores y acoger las demandas de ese electorado (en su mayoría fieles católicos o evangélicos), que aparentemente se sienten abandonados por Chile Vamos. Por esa misma razón, varios se explican la motivación que tuvo Schalper en salir a respaldar rápidamente el libelo de las diputadas cristianas, que contaba también con el apoyo de Karen Medina (PDG), Eduardo Durán (RN), y Stephan Schubert (independiente republicano), todos ellos parlamentarios del mundo evangélico.

Esta diferencia de carácter estratégico, que lleva a los personeros de derecha a tomar posturas distantes o más cercanas con el gobierno, tenía, además, otra manifestación concreta. El próximo 24 julio, la Cámara de Diputadas y Diputados debe elegir a su nueva mesa directiva.

Según algunas fuentes parlamentarias, Undurraga ha sido partidario de buscar un gran acuerdo entre fuerzas opositoras y del oficialismo para un pacto administrativo que dé gobernabilidad y mejore el clima político en la Cámara.

Schalper, por el contrario, ha sido promotor de que las fuerzas opositoras tomen distancia del Ejecutivo, asuman un discurso más severo y que idealmente construyan una mayoría con grupos no alineados para tomar el control de la Cámara, pero sin el oficialismo.

“No voy a entrar en polémicas personales con ningún miembro de partidos aliados”, dijo Undurraga, quien defendió el derecho a disentir dentro la coalición y expresó que la decisión que tomaron los diputados de Evópoli fue respaldada por su directiva y sus senadores.

El diputado Schalper, por su parte, manifestó que “yo puedo entender que ciertos capítulos fueron hostiles para la mirada de algunos diputados de Evópoli, pero lo que no acepto es que digan que faltaba fundamento jurídico (en toda la presentación). Si quería hacer un punto conceptual, que lo digan derechamente”.

Tras la evidente tensión que dejó el fracaso de la acusación, en Chile Vamos se espera que el tema se converse a nivel de directivas.

El presidente de RN y senador, Francisco Chahuán, hizo un llamado en el grupo de WhatsApp que comparte con las mesas de la UDI y Evópoli para una reunión formal de este lunes.

De todas maneras, en la coalición dicen que no habrá mayores repercusiones como bloque y que Evópoli se mantendrá en Chile Vamos. En las directivas sostenían que sería un error marginarlos.

De todas maneras la tensión entre RN y Evópoli podía escalar al Senado, según comentaban algunos parlamentarios. De hecho, el episodio podría ser usado como argumento de RN para pedir que no se conceda la presidencia de la Cámara Alta a Evópoli durante el 2025.