El dinero sí es cosa de mujeres




La mexicana Liliana Olivares, autora del libro Maldita pobreza, sal de este hogar, es de origen 100% humanista. De hecho su sueño era ser actriz, así que si alguien le hubiera dicho que a sus 30 años fundaría una empresa de educación financiera, probablemente se hubiera reído. Pero la vida toma a veces rumbos opuestos a los que soñamos. A sus 17 años quedó embarazada y se fue de la casa de sus padres sin ningún apoyo económico. Debido a su nulo conocimiento financiero fue cayendo con los años en un pozo de deudas que la dejaron llegando a penas a fin de mes.

El día en que murió su padre y no tuvo dinero suficiente para pagar el entierro que hubiera querido, se dijo a sí misma: no quiero que el dinero me vuelva a faltar. Así fue como, a porrazos, fue saliendo de sus deudas. Y no solo logró salir, encontrar estabilidad y ordenar su vida; aprendió a ahorrar, a invertir y con eso a relacionarse de manera más plena y libre con el dinero. Fuera de culpas, de inseguridades o de prejuicios aprendidos, un tipo de relación que a las mujeres en particular nos cuesta tener. “Pareciera que no es correcto que nosotras pidamos más, porque entonces eres “demasiado” ambiciosa, o muy frívola… Yo me pregunto por qué no estamos ambicionando las mismas cosas que ellos (los hombres) si las necesitamos por igual. (…)” dice en una entrevista que dio al podcast feminista “Más allá del Rosa”.

Una reflexión que deja mucho que reflexionar: ¿Cómo nos relacionamos las mujeres con el dinero? ¿Nos permitimos ser ambiciosas? ¿Nos atrevemos a invertir? ¿Cómo nos procuramos una independencia económica?

Fue tanta la experiencia que Liliana ganó sobre finanzas que, sin haber estudiado, a sus 30 años, creó Adulting –que en Estados Unidos significa “el dolor de crecer”- una empresa que se dedica a educar financieramente a millennials, mayoritariamente a mujeres. Y no porque ella fuera separatista, sino porque, como fenómeno, las mujeres fueron las que comenzaron a contratarla en masa precisamente porque se sentían muchísimo más seguras aprendiendo de otra mujer y no de un hombre que las juzgara. Hoy, les enseña no solo a ordenar sus finanzas y procurarles una independencia económica, sino a que se empoderen con el dinero, se atrevan a ambicionarlo y rompan ese mito de que las finanzas son cuestión de hombres.

En Chile hay un caso muy similar al de Liliana, se trata de Romi Capetillo, hoy especialista en finanzas personales, y autora del libro Del desorden al orden. Comenzó a relacionarse con el mundo de las finanzas en 2015, tras una crisis financiera donde llegó a deber hasta 40 veces su ingreso solo en deudas de consumo. El estrés en el que vivía por sus deudas la obligó a abrir los ojos y a educarse. “Me di cuenta ahí de la nula educación financiera que había en general. Trataba de buscar contenidos sobre este tema para poder entender el sistema financiero, para saber cómo podía salir de las deudas, para saber cómo gestionar mis ingresos, cómo ahorrar, invertir… no encontraba nada. Eso me desesperaba, de hecho me acuerdo que cuando estaba en esta crisis le decía a mi esposo “algún día yo voy a dar charlas sobre esto”. Y así terminó.

Cuando por fin logró ordenarse y pagar sus deudas se motivó a abrir un canal de Youtube, en plena pandemia, para enseñarle a otros a lograr esa estabilidad económica. “Al principio sentía mucha vergüenza, sentía que hablar de plata era mala educación. En 2019 subí mi primer video y me dio tanta vergüenza, que no volví a subir más. En 2020, me lancé con todo, y me sorprendí para bien al darme cuenta de que había muchas personas que querían aprender sobre el tema”. El motor principal para Romi era ayudar a las personas. “Siempre he tenido un lado social súper desarrollado, cuando chica yo era de las que iba con mis hermanas a las fundaciones, a hogares de niños, a hacer actividades, a ayudar; en algún momento quise estudiar trabajo social. Siento que de alguna manera desde la educación financiera hoy puedo servir a otros, entregando la ayuda que a mí me hubiese encantado tener en plena crisis”.

¿Cómo es la relación que tenemos las mujeres con el dinero?

“Creo nosotras nos restamos inconscientemente”, dice Capetillo. “Esto sucede porque nunca ha sido nuestro espacio, nunca ha sido nuestro terreno. Si yo te pregunto cómo te imaginabas o quiénes son los que trabajan en una corredora de bolsa, una automáticamente va a tener la imagen de muchos hombres de camisa. Entonces, el mundo de las inversiones y el mundo financiero siempre ha sido un espacio y un terreno de hombres. Obviamente eso ha ido cambiando con el tiempo y yo creo que también es responsabilidad de nosotras las mujeres de cambiarlo, de atrevernos a preguntar, de atrevernos a meternos en estos nuevos espacios, porque las finanzas no tienen género. O sea, todos tenemos que lidiar con nuestro dinero mes a mes. Por eso tenemos la responsabilidad de autoeducarnos. Para mí la educación financiera es para todos y todas, tenemos que aprender a gestionar nuestros ingresos. Y sobre todo las mujeres tenemos que educarnos financieramente para también sentir esa independencia y ese empoderamiento de administrar nuestro propio dinero.

¿Somos más temerosas con el dinero?

Algunos datos lo confirman: Una encuesta realizada por BlackRock reveló que de todo el patrimonio que manejan las mujeres, un 71% está en sus cuentas corrientes y solo un 29% invertido. Los hombres, a su vez, invierten el 40% de sus activos. Y no solo invertimos menos, sino que también lo hacemos más tarde. Según Forbes, solo la mitad de las mujeres millennials ha comenzado a invertir, versus el 61% de los hombres. En otro estudio realizado por Morningstar, los hombres declararon invertir con mayor frecuencia, tenían más confianza en sus conocimientos sobre inversiones y eran más proclives a realizar cambios en sus portafolios y más propensos a considerarse inversionistas.

Romi también lo piensa: las mujeres son más miedosas. Sin embargo, cuando nos atrevemos a invertir por ejemplo, obtenemos mejores rentabilidades que los hombres. “Justamente, como somos un poquito más temerosas, tendemos a hacer caso a la tendencia, a la sugerencia, no tratamos de buscar ganarle al mercado, sino que en el fondo, como somos más conservadoras en ese sentido, hay más probabilidades de tener mejores rentabilidades futura”. Capetillo asocia nuevamente esa falta de riesgo o ser más conservadoras a que nunca nos han incluido o hablado de finanzas. “El miedo que tenemos, es también por simple desconocimiento”, dice Capetillo. “Si yo le tengo miedo a lo que hay detrás de la puerta que estoy mirando, es porque no sé qué es lo que hay al otro lado o porque creo que lo que hay detrás es muy grande o me puede atacar, ¿verdad? Pero generalmente es desconocimiento. El temor de la única manera en que lo podemos combatir es con información.

Liliana, en su entrevista, también coincide con este miedo sobre las financias, y su teoría al respecto también tiene que ver con un ámbito cultural, distinto a los hombres. “La conversación entre hombres es más de hablar del dinero, nosotras nunca hablamos de cuánto estamos ganando, si estamos ganando bien o no, donde estás invirtiendo. Los hombres invierten más, son menos miedosos, su nivel de autoestima es diferente. Nosotras decimos, wey, me costó tanto trabajo conseguir este trabajo que no quiero incomodar pidiendo aumento de sueldo. Estamos tan estresadas de perder lo poquito que hemos ganado que somos muy celosas de dejarlo ir”.

¿Dónde educarse?

Hoy en día hay muchos cursos e información en redes sociales. “El Banco Central está haciendo una pega enorme para educar, el Central en tu vida. La CMF, tiene la CMF educa, la BIF, que es la Asociación de Banco de Instituciones Financieras, tiene Mi barrio financiero. Son tres espacios donde uno se puede educar financieramente de una manera súper amigable”, dice Capetillo.

El podcast de Spotify dirigido por la ex animadora de televisión Margot Kahl, “Hablemos” es un ciclo de conversaciones diseñado para acercar a las mujeres a las diversas dimensiones del dinero y las finanzas, precisamente buscando dejar atrás esa convicción popular de que es un espacio masculino. Cuánto se gana, cómo se invierte, qué son las pensiones o cómo emprender, entre otros temas

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