De armas tomar

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La tiradora chilena en la modalidad skeet, o tiro con escopeta, Francisca Crovetto (26) es la competidora de esta disciplina tradicionalmente masculina que más lejos ha llegado en el país. En agosto representará a Chile en los Juegos Olímpicos de Rio, después de haberlo hecho en Londres en 2012 y salir octava. Acá, explica de dónde nació esta pasión por las armas y cómo se prepara para la competencia más importante de su carrera.




Paula 1200. Sábado 21 de mayo de 2016.

"Cuando mi mamá se embarazó de mí, pensaron que era hombre. Quizás por eso, de 4 hermanas, yo soy la regalona de mi papá y como el hombre que nunca tuvo. A los 5 años me empezó a llevar todos los sábados al club de tiro que hizo con sus amigos aficionados a la escopeta y a la caza deportiva, en Calera de Tango. Dice que me llevaba a mí para que mi mamá le diera permiso. Yo era feliz saliendo con él y desde ahí que siempre me gustaron las armas".

"Cuando crecí, fui yo la que quiso intentar disparar. A los 10 disparé mi primer tiro con una escopeta y me dolió mucho. El retroceso de la escopeta, que pesa tres kilos y medio, te da un golpe en el hombro con 1,2 toneladas. Para una niña de 10 años, flaquita, es mucho. Así que seguí acompañando a mi papá –me encantaba anotar los resultados y entregar los premios–, pero esperé hasta los 13 para volver a disparar. Y de ahí no paré más. A los 15 comencé a competir y a retirarme temprano del colegio para ir a entrenar".

"Soy como un caballo de carrera cuando me propongo algo: quería estudiar Ingeniería en Biotecnología Molecular en la Universidad de Chile. Y lo logré. Pero fue muy difícil compatibilizar, porque mi deporte es diurno, necesito la luz del día. No puedo salir de la universidad a las 7 de la tarde e irme a entrenar. A mi mamá le costó aceptar que dejara la carrera, porque es médico y viene de una familia de puros profesionales. Y quería lo mismo para mí".

"El talento no basta. Hay que entrenar hasta el cansancio. Y siento que eso fue lo que marcó la diferencia en mi carrera. La capacidad de trabajo. Yo quizás no era tan talentosa, eran mucho más talentosos mis compañeros de tiro, pero yo perseveré".

"Me provoca un placer indescriptible romper un plato. Al contrario de lo que se piensa, no es una técnica agresiva, sino que muy fina y delicada. Es pura precisión en movimiento. Tienes que estar bien consciente, súper pendiente de tu cuerpo. Casi como en el yoga o la meditación. El papel del trabajo del ojo, como dice mi entrenador, es súper importante. Cómo yo logro ver en cámara lenta. Ahí está el juego".

"Cuando Fernando González y Nicolás Massú ganaron medalla de oro, lloré igual que Solabarrieta. Ese día supe que quería ser parte de esa historia. Y lo decreté: 'voy a clasificar a los Juegos Olímpicos'. Después de pasar por los Juegos Panamericanos de Rio en 2007 y terminar cuarta, supe que lo lograría".

"El deporte de alto rendimiento no es sinónimo de salud. Yo recibo un impacto de 1,2 toneladas 200 o 250 veces al día. Son microtraumas. Mi kinesiólogo dice que es como que yo tuviera un esguince cervical 200 veces al día. Trabajo con él y con un preparador físico para que, post carrera deportiva, mi cuerpo no quede mal".

"La actual campeona olímpica de tiro con escopeta tiene 30 kilos de sobrepeso. El tiro da para todos los fenotipos. Alto, chico, flaco, gordo. En lo personal, me cuido con la alimentación, porque creo que, como atleta, tengo que llevar una vida acorde al deporte".

"Las armas están ligadas a los hombres y a la guerra. Pero yo las veo por otro lado. Me encanta mirar fotos de principios de 1900: las mujeres vestidas con sus trajes de la época, portando armas para ir a cazar. Además de encontrarlas lindas, las armas me hacen sentir segura".

"Muchas veces en los clubes de tiro no hay baño para mujeres. Es un deporte de tradición masculina. Yo soy la primera chilena en romper este paradigma y en ganar competencias internacionales importantes. Y la única, tanto en hombre como mujeres, que ha clasificado a los Juegos Olímpicos".

"Soy capitana de Team Chile, la selección chilena de todos los deportes. Tengo reuniones con la ministra del Deporte, o el IND para ayudar en la mejora y creación de políticas públicas deportivas, que no existen. Se ha avanzado desde que tenemos un Ministerio del Deporte. Pero falta harto aporte de la empresa privadas. Si el Estado no es capaz de financiar la salud de los chilenos, pedirle que financie el deporte en su totalidad, es mucho. A mí me encantaría, porque yo soy deportista, pero antes de ser deportista soy ciudadana y soy consciente de que hay otras necesidades".

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