Religiosa tibetana muere en undécima inmolación del año en el oeste de China

El hecho se produjo en la provincia de Sichuan, vecina al Tíbet.




Hoy se produjo el undécimo caso de inmolación en China, luego que una religiosa tibetana se quemara a lo bonzo en la provincia de Sichuan, vecina al Tíbet.

La monja, de 35 años y de la quela agencia  Xinhua facilitó la traducción al mandarín de su nombre (Qiu Xiang), se prendió fuego en la localidad de Dawu, en la prefectura autónoma tibetana de Garze, donde este año se están registrando fuertes tensiones.

El gobierno local ha señalado que las causas del suceso aún están siendo investigadas y que todavía no se sabe la razón por la que Qiu se prendió fuego, si bien los casos anteriores fueron para pedir el retorno al Tíbet del Dalai Lama y el fin de la represión de la religión y cultura de esta etnia.

Según grupos tibetanos en el exilio, cinco de los diez inmolados con anterioridad fallecieron. No obstante, ONG que antes han hecho un seguimiento de estos casos, como Free Tibet o el Centro Tibetano para los Derechos Humanos y la Democracia, no han informado de éste último suceso por el momento.

En los últimos años, y especialmente desde las revueltas de 2008 en la ciudad de Lasa y otras zonas de población tibetana, se han producido numerosos episodios violentos, no sólo en el propio Tíbet sino, sobre todo, en provincias que marcan la frontera entre esta etnia y los chinos han, especialmente Sichuan.

En esa provincia, donde se han producido todas las inmolaciones de 2011, las tensiones giran en torno al monasterio de Kirti, uno de los más sagrados de la zona para el budismo tibetano y que tras la primera inmolación de un monje de ese lugar, en marzo, fue sometido a un férreo control de las fuerzas de seguridad.

El monasterio llegó a ser rodeado de alambradas y muchos de sus monjes enviados a centros de reeducación, lo que no hizo sino aumentar las protestas.

El gobierno chino califica las inmolaciones de "actos terroristas" y acusa al Dalai Lama y organizaciones tibetanas en el exilio de promoverlas o incluso "glorificarlas". China asegura que el Tíbet es desde hace siglos parte inseparable de su territorio, mientras que los tibetanos argumentan que la región fue durante mucho tiempo virtualmente independientemente hasta que fue ocupada por las tropas comunistas, en 1951.

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