Palestino fue capaz de conquistar Barinas con mucho esfuerzo

Los árabes le ganaron por 1-0 al Zamora y lograron su primera victoria en la fase de grupos de la Copa Libertadores.




Palestino tenía una dura tarea. Visitar a un equipo dominante de la emergente liga venezolana, en su cancha. El Zamora, si bien no pertenece a una competencia poderosa o a un país con gran tradición, era un rival respetable. En su campeonato, es siempre candidato. Desde su fundación, bajo el alero de la familia de Hugo Chávez. Por eso, en Barinas, los mismísimos pagos del fallecido comandante, el plantel de Pablo Guede debía demostrar, una vez más ese espíritu indómido del cuadro árabe. Y así lo hizo. Cumplió con creces, rebelándose y conquistando un importante triunfo por 1-0 en su paso por el estadio La Carolina.

Si hay algo que caracteriza el proceso de Guede en la banca tricolor es, precisamente, la impronta. Un carácter salvaje, indócil, fiero. Hasta indoblegable, si se puede usar el término en un deporte donde la derrota es parte de las posibilidades. Pero, si este Palestino ha de caer, siempre lo hará de pie, luchando, entregando todo. Y así lo hizo, en Barinas, donde la revolución de Chávez se fraguó.

En la previa, se dudaba del rendimiento de un equipo que dejó en Chile a su referente ofensivo, como Leonardo Valencia. El DT lo dejó en Santiago. Según cuentan, la decisión de Guede sólo pasó por una lección al volante, para que se realineara con los proceptos del estratega. Así, parecía algo más difícil que los árabes recuperaran como forasteros los puntos resignados en casa, ante Boca Juniors, en el arranque de la fase.

En el primer tiempo, en todo caso, a ratos pareció que iba a sufrir ante un Zamora que salió a la cancha reflejando un profundo conocimiento del sistema de los tricolores. A ratos, el duelo se veía bastante parecido, si no calcado, a lo ocurrido en Santa Laura cuando Palestino recibió a los argentinos. Incluso, el palo salvaba a Darío Melo, tras un cabezazo, cuando apenas iban diez minutos.

Recién pasada la media hora, Renato Ramos retrucó, con una palomita que se fue cerca del palo derecho del arco local. Anunciaba así, tibiamente, que la apuesta no era sólo a buscar un empate. Nunca lo es para este equipo.

Así fue como, justo antes del descanso, Esteban Carvajal avanzó por la derecha, centró y un generoso Tiburón tocó hacia atrás, a la medialuna del área, donde apareció un solitario y determinado Alejandro Márquez, quien con un derechazo seco y rasante puso el único gol del encuentro.

En el segundo tiempo, el local buscó revertir su suerte. Otra vez el palo ayudó a los árabes. Y, sobre el final, una mala salida de Melo, fuera del área, casi hace que Zamora logre un empate que no era, precisamente, muy merecido. Es cierto que el local buscó igualar y revertir el compromiso. Pero tampoco estuvo tan cerca.

Al final, sufriendo, pero poco, Palestino se trajo tres puntos de un reducto que no era sencillo. Suma, para igualar en puntos a Montevideo Wanderers, ambos con tres unidades tras dos fechas pero con mejor diferencia de gol para los uruguayos, en el Grupo 5 que lidera Boca, con 6. Zamora, en tanto, queda de colista.

El escenario, en una zona accesible, sigue viéndose promisoria para un equipo tricolor que, aunque su técnico lo niegue un poco, tiene una cara optimista para lo que viene en la Libertadores.

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