Lucía Santa Cruz, historiadora: "Piñera tendrá que buscar acuerdos desde la humildad"

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La académica sostiene que entre los desafíos del nuevo Presidente está que esta vez surjan liderazgos para sucederlo.




"Vienen tiempos mejores, pero se vienen tiempos muy difíciles. Ese sería mi eslogan", dice Lucía Santa Cruz al analizar el triunfo de Piñera y los años que vienen para la coalición política a la cual ella pertenece desde el mundo intelectual.

La historiadora -que acaba de lanzar su último libro, La igualdad liberal-, sostiene que Piñera debe "invitar a ser partícipe de las políticas que se vayan adoptando" al porcentaje que estuvo con Guillier. "El Presidente no tiene mayoría en el Congreso, por lo que va a tener que llegar a muchos acuerdos y tiene que hacerlo desde la humildad", plantea.

Pero a la vez considera que "la holgura del triunfo, el hecho de que haya obtenido más votos incluso que la Presidenta Bachelet en 2013, es muy auspicioso y va a ayudar al próximo gobierno a cumplir su compromiso principal, que es hacer una obra de reconstrucción de la amistad cívica, de avanzar en los muchos puntos en que hay acuerdos y lidiar con las diferencias con tolerancia y respeto".

En esta campaña hubo un ambiente muy adverso a Piñera. Hay gente que decidió su voto anti-Piñera más que a favor de Guillier.

Creo que es un antiderechismo más que un antipiñerismo. El voto del Frente Amplio es contra la derecha; Guillier se paró frente a la derecha. Efectivamente, ha habido muchos prejuicios y odiosidades que antes estaban latentes, pero que en campaña salieron a la luz. Pero creo que si no somos capaces de lograr cierto mínimo común denominador respecto del sistema político y el sistema económico, este país no solamente no va a llegar a tiempos radicalmente mejores, sino que se va a estancar. La próxima etapa requiere de consensos, de acuerdos.

Piñera planteó el tema de los acuerdos en su campaña.

Así es, y es un elemento positivo, porque en su ánimo no está imponer un modelo, sino buscar acuerdos. Tengo una teoría, sobre la base de pura intuición, de que esta mayoría que votó por Piñera es una mayoría que es partidaria de la economía de mercado, de la democracia representativa y de la meritocracia. Pero lo que falta es encarnar en una fuerza política más institucionalizada esta mayoría, de manera de poder entregarle a este país un gobierno de centroderecha como alternativa a los gobiernos de centroizquierda.

¿Y ve preparado a Chile Vamos para eso? El tironeo constante entre una derecha dura y una de centro marcó la campaña.

Así es. Pienso que si la Concertación pudo aunar a fuerzas tan disímiles en un proyecto convocante, con habilidad política también se puede lograr.

Pero la Concertación tenía una razón de ser muy potente detrás, como era restablecer la democracia.

Por supuesto, en los inicios sobre todo. No quiero ser escéptica, pero el poder aglutina, eso es un dato. La derecha chilena históricamente ha tenido dos vertientes, pero creo que en esta campaña se han enfatizado las divisiones, más que aquello que nos une.

Si quiere abrirse a otros sectores y ser contrapeso del Frente Amplio, ¿puede seguir solo administrando las diferencias internas, o más bien debe tomar un camino hacia una centroderecha liberal?

Yo sería partidaria de un camino de centroderecha. Siempre digo que le tiene que molestar mucho a Andrés Velasco que yo diga que no tengo una diferencia sustantiva con él, así como tampoco con Mariana Aylwin. Entonces, creo que lo que hay que buscar son los puntos de acuerdo, que son esenciales: la economía de mercado, con una discusión en el margen respecto de cuán solidario el Estado debe ser, o cuánta regulación debe tener. No es un Estado social de derecho, sino economía social de mercado.

Eso no va a ser fácil que lo acepten en la izquierda.

No, si aquí hay una izquierda dura, y una de las cosas que se vieron es que los partidos que integraron la Concertación se han izquierdizado muchísimo, y el estado de la DC lo demuestra. Por supuesto que va a haber enfrentamiento entre mayorías y minorías, pero la cosa es poder fraguar una mayoría moderada, de centro, pero que mantenga los rasgos esenciales del modelo que nos ha permitido salir de la pobreza, desarrollarnos, mejorar en todos los índices.

¿Le pareció que Piñera se derechizó en la campaña?

No, para nada. Y él no ha variado en nada en sus posiciones frente a los temas valóricos. Al revés, considero que se ha abierto.

¿Debe acercarse a una centroderecha liberal o solo a una centroderecha sin apellido?

La derecha debería dejar en el refrigerador esos temas que la dividen tanto, que no son realmente los más relevantes a la hora de votar, y que tienen más que ver con las conciencias individuales. Creo que hay un compromiso en eliminar lo que signifique una discriminación, por lo que puede haber ciertas iniciativas que tomar. Pero yo soy partidaria de que mientras no afecten la libertad de las personas, las pongan entre paréntesis. Siempre está la posibilidad que el Parlamento impulse esos proyectos.

¿Va a ser capaz Chile Vamos de cuidar la unidad que ha logrado?

Creo que en los gobierno se da con mayor facilidad que en la competencia que hubo en la campaña. Pero claro que es un equilibro precario por el cual estarán siempre velando. Tiempos difíciles.

Uno de los líos que Piñera enfrentó es que nunca logró formar un delfín. ¿Tiene ahora el desafío de impulsar un sucesor?

Tiene dos desafíos. El primero es buscar una forma de institucionalizar esta mayoría que cree en los elementos fundamentales, y eso debería ser posible. Eso, de modo que la próxima elección se pueda enfrentar en conjunto. Y creo que hoy el Presidente Piñera no tiene problemas de reelección personal, y eso le va a dar mucha mayor libertad para permitir que surjan liderazgos a su amparo.

¿Porque ya no va a tener edad?

Yo pienso. Tenemos problemas en el Parlamento, equilibrios políticos y la sucesión. Pero hay otras que son una ventaja gigantesca. Una es la elaboración del programa, en que vi cómo cientos de personas trabajaron buscando acuerdos en cada una de las políticas que se tienen que adoptar. Segundo, creo que tiene gente muy capacitada y dispuesta a dejar sus actividades privadas para integrarse al gobierno, y tiene una serie de políticas que son las que histórica y probadamente han permitido a los países llegar al desarrollo. Si a eso lo acompaña un clima de mejor concordia nacional, hay elementos dentro de la receta para que el soufflé sea muy exitoso y no se baje.

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