La UC, por la victoria que valide todo

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El cuadro cruzado se juega esta noche su futuro internacional obligado a derrotar al Atlético Paranaense. Ganar le asegura la Sudamericana; para avanzar en la Copa depende además de qué haga San Lorenzo. Tras desentenderse del torneo local, los de Salas llegan con bajas al último examen de su obsesión.




Noventa minutos de lucha. Dos canchas. La propia de San Carlos, con Atlético Paranaense de visita; la ajena del Nuevo Gasómetro, donde San Lorenzo recibe a Flamengo. A ese doble cartel se reduce de repente el semestre de Católica. De ese cartel doble depende su futuro internacional, su objetivo, su gran obsesión. Fue por lo que hoy está en juego por lo que la UC entregó y validó todo, incluso desentenderse de esa competición local que peleaba (o debía pelear) como bicampeón vigente. Las rotaciones, los resguardos, la dejadez consentida ya son historia, un asunto menor al lado del descomunal desafío. San Carlos de Apoquindo será una caldera. Se agotaron los 14.000 boletos que la Intendencia autorizó, se anuncia un recibimiento especial, con pirotecnia incluida, inolvidable. El día D de Universidad Católica.

Hoy igual pierde sentido la pretemporada, las decisiones, el armado del plantel, la indeferencia frente al campeonato local, el descanso de las principales figuras. La UC todo se hizo por y para el desenlace de esta noche. Y a la fecha en rojo del calendario llegan los de la precordillera con la soga al cuello: sólo les sirve ganar. O ni siquiera. El triunfo no suficiente para el premio mayor de avanzar a los octavos de final de la Libertadores (sí garantiza el consuelo de incorporarse a los diecisavos de la Sudamericana). Para clasificarse en la Copa, además de tumbar al Paranaense, la UC necesita que Flamengo le ayude, que San Lorenzo no gane.

"La energía está destinada acá, el partido en Buenos Aires influye, pero no podemos hacer nada. Puede pasar que allá se dé el resultado que queremos y acá nosotros no ganemos", dice Mario Salas. Y añade:. "No sé si es imperativo mantenernos en campeonatos internacionales, pero sí es es importante. Desde que estamos acá hemos competido internacionalmente".

Pero el destino es cruel o caprichoso. Pese a que Católica lo supeditó todo a la competición internacional, llega a la cita afectado por ausencias dolorosas. César Fuentes y Enzo Kalinski, los dos hombres favoritos de Salas para la zona de quite, están lesionados. Serán reemplazados por la dupla Manzano-Espinosa, portador de un zurda exquisita. El central Lanaro sí se recuperó y ha sido convocado. Dependiendo de las pruebas a las que lo someterán esta mañana estará en la banca o incluso podría arrebatarle el puesto de titular a Kuscevic. Salas debe decidir si privilegia su experiencia por sobre su poca actividad. El otro que no podrá estar es Juan Carlos Espinoza, suspendido por acumulación de amarillas.

A pesar de las bajas, Paulo Autuori, técnico del Paranaense, no se confía: "El fútbol chileno está en un muy buen nivel. Desde hace mucho tiempo son equipos competitivos. Salen a jugar de local o de visita. Ahora nos toca enfrentar a un equipo que juega muy bien, sobre todo como dueño de casa y que tiene mucha calidad individual y colectiva", dijo.

Además del orgullo y las exigencias dentro de la cancha, Católica se juega ganar o no un suculento botín: hasta ahora el cuadro de Las Condes se ha embolsado de parte de la Conmebol US$1.800.000 (600 mil por cada duelo de local) por el sólo hecho de disputar la fase de grupos. Esto, claro, sin contar los ingresos por venta de entradas. Acceder a los octavos de final implica que la Conmebol le entregue inmediatamente un premio extra de US$750.000. El club sólo mejoró sus números rojos del último ejercicio económico por la venta de Castillo al fútbol mexicano. Asegurar la Sudamericana significaría menos de la mitad del botín: US$300.000. Terminar último del grupo, lógicamente, deja con las manos vacías a la UC: sin torneos internacionales y sin un tricampeonato que, a la vista del rendimiento de sus competidores, quizás habría ganado de nuevo usando siempre sus mejores elementos y la máxima atención competitiva.

La Libertadores, la Sudamericana, los millones, la ilusión del sufrido hincha cruzado se juegan hoy. En dos canchas. Pero sobre todo en San Carlos.

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