La epidemia que no se hace humo

Las cifras del tabaquismo: 9,7 millones de chilenos fuman y 16 mil mueren al año por esta causa.




Celso Muñiz, Encargado Oficina de Tabaco (Minsal): "Adictos al tabaco pueden acceder a consejerías"

No basta con subir el precio. Enseñarles a los niños los daños que causa el cigarro es clave para prevenir su consumo. Por Cecilia Yáñez

Reducir la prevalencia del consumo de tabaco entre los chilenos es el objetivo. Disminuir en 5% esa cifra al año 2025 es la meta. Ambas son parte del objetivo número 3 de la Estrategia Nacional de Salud, que está orientada a desarrollar hábitos y estilos de vida saludables para la población del país.

Celso Muñiz es el encargado de la Oficina de Tabaco (División de Políticas Públicas Saludables y Promoción) del Ministerio de Salud y una de las personas que trabajan con ahínco para que objetivo y meta se cumplan.

¿Cuál creen que será la medidas más efectiva de las que se están discutiendo o implementando para reducir el consumo del tabaco: el aumento del impuesto, restricción en lugares públicos, restricciones a la publicidad o terminar con los estantes de cigarrillos a la vista?

Es difícil pensar en una sola. Son todas acciones complementarias. El aumento de impuesto no implica necesariamente una disminución de consumo por si sola. Todas las medidas son importantes; es el impulso de éstas de manera coordinada. Ninguna de ellas puede dar solución por si misma a la epidemia del tabaco. Tampoco hay estudios que permitan cuantificar "la" o "las" medidas que tienen un mayor impacto en la población.

¿Qué acciones está tomando la autoridad para disminuir la prevalencia de consumo de tabaco en los más jóvenes?

En el caso de los jóvenes, tanto para hombres y mujeres, se cuenta con estrategias asociadas a campañas de prevención del consumo de tabaco para jóvenes en edad escolar. En las indicaciones a la Ley del Tabaco que actualmente se encuentran en revisión por parte de la Comisión de Salud del Senado, se ha realizado énfasis en la regulación de los aditivos utilizados, como ocurre con el mentol, usado para disminuir la sensación de aspereza al momento de fumar, que influyen en un uso precoz por parte de los jóvenes.

Ejemplo de lo anterior son los talleres y despliegue de información en los colegios. Desde séptimo y hasta segundo medio se desarrollan habilidades de resistencia a la presión de grupo para que los adolescentes no se inicien en el hábito por influencia de sus compañeros. Hacer el cigarro más caro es otra de las estrategias que ayudan a disminuir el consumo en los más jóvenes.

En Nueva York se elevó la edad de compra de cigarrillos y tabaco a los 21 años. ¿Sería esa una buena medida a aplicar en Chile?

En la actualidad no se ha evaluado realizar un aumento de la edad legal para la compra de estos productos. En teoría, hoy en Chile sólo los mayores de 18 pueden comprar cigarrillos en locales establecidos, pero en la práctica es difícil exigir que se cumpla. Hoy, el inicio del consumo se ve en niños de séptimo básico, acceden a los cigarrillos incluso en sus casas y, para evitar eso, lo que se necesita es educación.

Quienes ya son adictos al tabaco pueden acceder hoy a consejerías breves en el sistema público de salud, y para que esta medida tenga éxito se está capacitando a los funcionarios de salud. Cuando se avance en esta etapa, se lanzará un programa de cesación que incluye farmacoterapia para los pacientes más crónicos. La consejería breve es ya un tratamiento de salud y es fundamental contar con un grupo capacitado que la realice.

Miguel García Martín "Don Miguel": "Buscamos incluir el tabaquismo en el Auge"

En 2006 fue el rostro de la primera advertencia contra el tabaco en cajetillas. Hoy se dedica a evitar que escolares fumen. Por Carlos González Isla

"Sigo en la lucha hasta donde me dé el cuero", dice Miguel García Martín, más conocido en todo Chile como "Don Miguel", el rostro de la primera advertencia antitabaco que circuló en las cajetillas del país, en 2006.

Su adicción de 20 años al tabaco le valió un cáncer a la laringe; de ahí que el Ministerio de Salud lo eligiera para enviar una señal potente sobre los efectos del cigarro.

Don Miguel abandonó las cajetillas al año siguiente, pero nunca dejó su lucha contra el tabaco. Hoy da voluntariamente charlas en colegios para advertir a los escolares que no se inicien en el consumo.

Su experiencia en terreno le permite advertir que todavía existen temas pendientes para enfrentar la epidemia. Dice que el tema del tabaco no se ha incorporado en los planes de estudio, como manda la legislación vigente. No se han implementado los planes antitabaco en los currículos de los colegios y faltan tratamientos para dejar de fumar.

¿Qué ha faltado para reducir el consumo de tabaco en Chile?

Hay dos grandes deudas que no se saldan: una, el alza de impuestos en valores que impida que los niños y niñas tengan cigarrillos a su alcance tan fácilmente; y otra, la oferta de tratamientos para dejar de fumar.

¿Cuánto podría impactar un alza de impuestos?

Hay un estudio hecho en Chile que dice que si el precio del cigarrillo sube un 20%, caería más de 6% el riesgo de los jóvenes que empiezan a fumar.

Si se compara la Encuesta Nacional de Salud 2003 con la de 2010, se aprecia que la prevalencia de los fumadores se redujo de 42,4% en 2003 a 40,6% en 2010. Sin embargo, el promedio de cigarrillos fumados al día aumentó de 8,1 a 10,4. ¿Significa que quienes siguen fumando están fumando más?

Así es, y lo más grave es la diferencia enorme según el nivel de educación de las personas, puesto que quienes tienen menos años de estudio fuman 14 cigarrillos diarios de promedio, y los que tienen más años de estudio fuman ocho. Esto revela que las estrategias de las tabacaleras han sido especialmente exitosas, no sólo con los más jóvenes, sino también con los más pobres.

¿Cifra suficiente para transformarse en adicto?

Quien consume 10 cigarrillos diarios o más al día claramente es adicto. La mayoría de fumadores y fumadoras quiere dejar de consumir tabaco, pero el sistema público de salud no tiene programas de apoyo, salvo lo que es la excepción, algunos consultorios cuyas salas ERA/IRA (de enfermedades respiratorias) ofrecen medios profesionales, técnicos y materiales, pero nada sistemático con lo que se pueda contar. Nuestra propuesta es incluir el tabaquismo como enfermedad cubierta por el Auge.

Uno de los puntos que se discute hoy en el Congreso, en el marco de la modificación a la Ley del Tabaco, tiene que ver con que la industria tabacalera responda "solidaria y objetiva por todo el perjuicio, salvo que acredite haber realizado acciones para rehabilitar a las personas de la adicción".

¿Qué opinión tiene sobre este punto?

Es muy claro cuántas y cuáles son las enfermedades causadas por el tabaco y cuánto le cuesta al país. ¡Sería cosa de mandar la factura y que paguen!

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