Javiera Mena:"Lo que pasó con Sanz me sirve para tener una garra súper fuerte con mi show"

El pasado miércoles cerca de las 23 horas, Javiera Mena culminó su primera vez sobre la Quinta Vergara, se bajó del escenario tras cantar Corazón partío junto a Alejandro Sanz, observó su celular y el mundo ya no era el mismo: “Me bajé muy tranquila, muy contenta, dije ‘se me olvidó un pedacito de la canción, pero todo bien’, pero cuando comienzo a ver mi twitter, fue como ‘gua, ¿qué pasó?’. Preferí no leer más, no he visto nada más en redes sociales hasta ahora, porque me di cuenta que la lapidación era tan grande que lo más sano para mí era desconectarme de todo, no tener idea de lo que hablan del Festival”.

Lo que pasó fue que la cantautora local olvidó de manera evidente las primeras líneas del tema del español, en un par de segundos que merodearon el bochorno por televisión y los rostros ruborizados en la Quinta Vergara, y que detonaron una serie de virulentas críticas a través de las más diversas plataformas de internet.

La artista, santa patrona del indie nacional y que mañana tiene su debut en solitario en el certamen, aguanta las balas: “Son gajes del oficio. Rechazar la invitación no me parecía válido, tenía que atreverme, tenía que hacerlo para saber cómo me iba. Y lo que pasó fue por varios elementos: la presencia de Sanz era algo tan grande que, en el momento de agarrar esa parte de la estrofa, me perdí totalmente. Además, era una canción que yo no tenía totalmente internalizada en mi ADN, lo que se suma al impacto de estar en la Quinta y tener a Alejandro cerca. En un momento lo miré y me dejé llenar por él y, de pronto, ya estaba cantando y fue como rarararara, y ahí recién me subí a la canción. Cuando miras de frente ese lugar es impactante, ves como una muralla de personas. Mis pensamientos se pusieron juguetones justo en el momento en que no debían serlo. Pero al final hubo una empatía grande y siento que fue algo muy bonito”.

¿Fue esa mezcla de elementos lo que provocaron sus nervios?

Sí, además es una canción flamenca que tenía mucha síncopa y había mucho rebote. Creo que en Viña, si pasa un pequeño error, todo se amplifica al máximo. Yo no he conectado mucho con los troleos, prefiero la compasión a la crítica. Rescato por un lado que tengamos libertad de expresión y que cada cual diga lo que quiera, pero, por otro lado, no me gustan ese tipo de reacciones que ya tienen que ver con los egos de quienes escriben: quién tira el tuiteo más gracioso, quién hace el meme más chistoso. Como dice Taylor Swift: “Haters gonna hate” (“los odiosos van a odiar”)

¿Cómo se gestó la invitación?

Alejandro siempre está muy atento a lo nuevo, a los países que va invita a artistas emergentes y él tiene mucha conciencia de que hoy no es fácil acceder a un lugar así. Me llamó su management el martes por la tarde y casi me enteré en el anuncio que hizo en la rueda de prensa, por lo que accedí de inmediato. A partir de ahí, transcribí la letra y la ensayé en mi pieza, pero es muy distinto hacer eso que pararse en un escenario.

¿Se arrepiente?

No, al contrario, es un aprendizaje, es parte de estar expuesto, tener momentos muy buenos y otros que no son de tu agrado. Lo volvería a hacer, incluso con este percance, porque los errores te sirven para crecer, ir sondeando, y uno se equivoca porque se atreve a hacer cosas. Además, Alejandro me dijo que era una artistaza.

Esta experiencia, ¿condiciona su show de mañana?

La gente siempre va a opinar alguna cosa de lo que haga y cito de nuevo la frase de Taylor Swift. Pero lo que pasa en la Quinta es muy diferente a lo de las redes sociales. De alguna manera, esta experiencia me sirvió mucho para tener una garra súper fuerte con el show que viene. De verdad estoy contenta, me sirvió para comprobar que, por ejemplo, ahí arriba hace mucho frío. Mi show está súper listo, pero esto le agregó una inyección.

¿Cómo ha sido finalmente participar de un show como éste?

Muy bien, lo más complejo ha sido sólo el frío. Es interesante estar en un evento que tiene que ver más con la TV o ir a visitar un hogar de ancianos y que las abuelitas te pregunten por los instrumentos que me robaron. Ha sido lindo, en serio.