Erika Olivera busca su fondo político

La plusmarquista corrió el maratón, donde no alcanzó la marca para clasificar a los JJ.OO. Comenzó su retiro definitivo del deporte. Llegar al Congreso es su nueva motivación.




Tras su fallido intento en el Maratón de Santiago, las pretensiones de Erika Olivera eran claras en estos Juegos: terminar la prueba antes de las 2 horas y 42 minutos, el tiempo mínimo requerido para entrar a los Juegos Olímpicos de Río.

Sin embargo, su idea original se derrumbó cuando en el kilómetro 6 del maratón femenino se topó casi de frente con un cerro. “Fue como subir de Pío Nono al San Cristóbal”, ejemplificó la fondista. De hecho, terminó los 42 k en 2 horas, 52 minutos y 27 segundos. Se pausa el sueño por ahora.

“Hay que ver en qué maratón buscar la marca. La idea era acá, pero en la primera vuelta vislumbramos que sería imposible. Hice 2.36’ el año pasado y este año en el Maratón de Santiago, 2.44’”, se lamentó.

La plusmarquista nacional transita en una larga y muy simbólica despedida a su carrera deportiva. Comenzó en los Sudamericanos pasados, en Perú, el mismo país donde consiguió su primer título internacional,  el Campeonato Sudamericano Junior; y continuó ayer en Canadá, donde fue oro en los Panamericanos de Winnipeg 1999.

Pero lejos de las pistas de asfalto o rekortán, a Erika aún le queda una carrera por correr. Sus pretensiones políticas son un hecho confirmado, lo que la mantiene motivada desde hace años. “En 2012, después de los Juegos de Londres, me di cuenta de que muchas de las decisiones del deporte deben pasar por la política y donde, lamentablemente, el deporte es la última necesidad para Chile”, recuerda.

Desde 2012 que Olivera busca la mejor fórmula para ingresar al Congreso como diputada. Y quiere legislar porque “nosotros, los deportistas, conocemos a fondo el asunto, no vamos a inventar nada, lo vivimos y creo que somos los más idóneos para proponer y decidir en esa clase de asuntos”.

“Muchos me preguntan por qué quiero ingresar a la política, donde es todo muy sucio, pero no es tan así. Si esto resulta, me gustaría que otros deportistas también se motivaran y se sumaran”, anuncia entusiasta.

En cuanto a acercamientos políticos, Erika reconoció que ha conversado con personas de distintos partidos, pero que es con “Renovación Nacional donde más me han escuchado, donde están más dispuestos a trabajar”. Eso sí, aclara que ella no tiene color político. Tampoco tiene en claro su distrito y aún se debate entre el 19 (Recoleta) o el 29 (Puente Alto). “En Puente Alto es donde crecí y donde he vivido gran parte de mi vida, pero en Recoleta he desarrollado mi carrera como entrenadora y conozco a mucha gente de allí”.

Veintiocho años de una destacada carrera deportiva que, ahora sí, comienza a llegar a su fin. “Estoy satisfecha y, pese a todas las carencias y trabas que tuve, me siento bendecida. Me siento feliz por todo lo que he conseguido”, remata.

Corriendo o no, el deporte chileno tiene Erika para rato.

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