Ennio Morricone: "La popularidad me llegó como algo casual"

El director habla con La Tercera de los dos shows que dará en Santiago. Se refiere de su lazo con Hollywood y afirma: "Nunca voy a jubilarme".




Ennio Morricone (85) ataja de entrada: no quiere preguntas sobre Mike Patton -el cantante con el que mañana comparte espectáculo en el estadio Bicentenario de La Florida- y muestra distancia con las consultas que aluden a sus escalas previas en el país durante 2008 y 2011. "Fueron shows muy buenos, tengo excelentes recuerdos, pero siempre trato de estar más enfocado en el futuro. No pienso en lo que pasó, sino que más bien en el momento actual, en lo que vendrá", puntualiza acerca de su tercera visita a la capital, repartida entre el masivo concierto teloneado por Mondo Cane -proyecto de Patton consagrado al cancionero italiano- y la función de gala de este martes en el casino Monticello.

Una dualidad que ilustra todas las vidas del compositor: la docta y la popular. Aunque escribió cerca de 500 bandas sonoras -con cimas como La misión, Cinema Paradiso o Los intocables-, su herencia ha sido revitalizada por nombres  como John Zorn, Ramones, Massive Attack y Metallica, quienes convirtieron  The ecstasy of gold, parte de la cinta El bueno, el malo y el feo, en la obertura más tradicional de sus conciertos. Incluso, en 2007, Bruce Springsteen, Roger Waters y Celine Dion impulsaron el tributo We all love Ennio Morricone.

"En el rock hay muy buenas cosas, pero también hay otras malísimas. Los instrumentos eléctricos de hoy te dan la posibilidad de hacer tonteras y también creaciones excelentes. En el rock, yo  busco a los grandes ejecutores, independiente que la gente los recuerde por morir consumiendo drogas o cosas así. De las bandas nuevas que rescatan mi música, sólo les pido que lo hagan bajo su estilo y que no intenten imitar lo que hice yo", solicita desde un salón del hotel Hyatt.

FIEL A ROMA

Pero sí se trata de un nombre reciente asociado con su figura aparece Quentin Tarantino, quien, casi como un artesano del copy paste, ha usado distintos clásicos de Morricone en películas como Kill Bill o Bastardos in gloria. El autor sigue: "Me parece bien que lo haga, aunque mis temas elegidos para sus películas no tienen ninguna unidad o coherencia. Una pieza que escogió para una escena no se asocia con la que aparece en la siguiente. Yo he pedido componer para sus filmes, pero no hemos podido concretarlo. Me gustaría, aunque me costaría hacerlo, porque yo pienso la banda sonora como algo unitario y él no".

Pese a la reverencia de créditos como Tarantino, el hombre tras la música de Sacco y Vanzetti se ha ido alejando de manera paulatina del cine estadounidense, luego de convertirse en uno de sus compositores esenciales en los 80 y 90, período en el que incluso le ofertaron residir en Los Angeles.

"Hoy siento que la música tiene más protagonismo que nunca en el cine, básicamente por los avances tecnológicos. Pero nunca me he desesperado por trabajar en Hollywood. Si ellos vienen a Roma, yo feliz trabajo, pero no al revés. Tampoco he pensado en jubilarme. Nunca. Lo importante es el amor que uno tiene por la profesión y esto lo voy a seguir haciendo hasta que muera. Como Mozart, que escribió hasta sus últimos minutos. Voy a seguir siendo un hombre que compone, porque la popularidad  sólo me llegó por casualidad y añadidura", culmina.

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