El teléfono de Cachiyuyo aún tiene tono

Al norte de La Serena y al sur de Vallenar, justo al lado de la carretera Ruta 5 Norte, se encuentra un pequeño pueblo llamado Cachiyuyo, de “220 amigos”, según reza su viejo y oxidado cartel de bienvenida. La localidad  ingresó al mapa de la cultura popular gracias a la instalación de un teléfono público y un comercial que este año cumplió un cuarto de siglo. Producido por Telefónica, -en esa época llamada CTC-, la secuencia muestra a un hombre mayor, don Raimundo, conduciendo una vieja camioneta por el pueblo y sus peculiaridades. Al ver la cabina, se desvía y utiliza el teléfono para llamar a su hijo. Aunque no se oye, se presume que éste pregunta dónde está. Don Raimundo responde una sola frase: “Aquí, de Cachiyuyo, pueh…”.

¿Pero cómo es el pueblo? Pequeño, pero amistoso, según recalcan sus habitantes. “Todos nos conocemos, somos casi una familia”, cuenta Cristián Tapia, alcalde de Vallenar, la comuna a la que pertenece Cachiyuyo. Edith Godoy (68), agrega con cierto orgullo que en el pueblo no hay ni asaltos: “A veces los vecinos se pelean, pero nada más grave”. Ella ya vivía en el pueblo cuando el comercial apareció en televisión. “Toda la gente que iba pa’l norte pasaba a ver el teléfono”, dice. ¿Y ayudó a la economía local?  “Sí, hasta me puse con un restorán para atender a los turistas”, cuenta Ana Rojas, otra vecina de Cachiyuyo, quien apareció en la publicidad. “Salgo tendiendo una sábana con mi hija, y soltamos la gallina por debajo de la camioneta”, recuerda con una sonrisa.

Tal como hace 25 años, el pueblo, al que fue invitado La Tercera por Movistar, vuelve a protagonizar un hito de conectividad. Ya no se trata de líneas, sino que de banda ancha inalámbrica. Ayer el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, junto a Movistar, inauguraron una señal experimental 4G en Cachiyuyo, de una banda de 700 MHz, convirtiendo al pueblo en el lugar con la velocidad de internet más alta de todo Chile, 10 veces superior a las comunes. De aquella arcaica cabina, pasaron a la mayor mejora de la tecnología móvil.

“El hecho que a esta comunidad llegara un teléfono público rural, fue un ícono de las telecomunicaciones ”, comenta el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo. Y agrega: “Lo que hemos instalado ahora, pone al pueblo en las fronteras tecnológicas de las comunicaciones”.

Para Roberto Muñoz, gerente general de Movistar, Cachiyuyo es un lugar especial. “Esta localidad en el norte la pudimos conectar una vez, y ahora hemos podido reafirmar aquel compromiso con la tecnología 4G”, remarca.

La cabina original del teléfono público se ha cambiado periódicamente, la última hace 18 meses. El teléfono todavía funciona, para casos de emergencia, aunque la llegada de la telefonía celular le robó el protagonismo que alguna vez tuvo. De todas formas, los amigos de Cachiyuyo le tienen estima a aquel símbolo y lo cuidan y mantienen. “Para los más jóvenes, el aparato es un símbolo, desde pequeños nos enseñan a respetarlo y mantenerlo limpio”, dice tímidamente Johana de 14 años.

De hecho, aún se mantiene el libro de visitas. “Aquí encontramos a 200 amigos, es otra la acogida”, se puede leer en la primera página, escrito por Fabián Valle, en 1991, el año en que comenzó a funcionar ese registro, que no ha parado nunca.

Juan Alvarez (82), ex presidente de la junta de vecinos de Cachiyuyo, vive hace más de 50 años en aquella comunidad y fue el encargado de administrar el libro por años. “Me gustaba tenerlo, porque la gente venía y llamaba a todos lados, y nos dejaban los comentarios. Venían buses completos”, relata.

¿Y si tuvieran que sacarlo? “Nunca”, responde Ana Rojas. “Sería como que nos cortaran un brazo, porque es nuestro”. El teléfono ya no suena, pero aún le da el tono a Cachiyuyo.