El plástico reemplazará a las tradicionales urnas de vidrio y madera en futuras elecciones

El Servel aprobó una nueva norma que podría permitir un millonario ahorro en los municipios en la compra de las nuevas urnas. <br>




El Servicio Electoral aprobó un proyecto presentado por la Asociación Chilena de Municipalidades, que recomendaba el cambio de las urnas de vidrio y madera por urnas de plástico, las que tienen un menor costo.

De acuerdo a los antecedentes, una urna de madera tiene un valor de $25.440; mientras que las plásticas, $5.420.

Dado que las elecciones presidenciales y parlamentarias se realizarán el 17 de noviembre, esta normativa puede comenzar a funcionar en esta oportunidad, por lo que cada municipio es libre de elegir si se suma a la iniciativa o se mantiene con las urnas tradicionales.

El vicepresidente de la Asociación Chilena de Municipalidades, Christian Vittori, explicó a La Tercera que "todo el costo de las urnas, las cámaras secretas y los colegios es para las municipalidades, por ejemplo en Maipú, nos ahorraremos cerca de $100 millones".

El alcalde detalló que se realizó un estudio con 34 comunas, y se llegó a la conclusión de que se ahorrarían $1.100 millones.

EL FUTURO DE LAS URNAS DE VIDRIO Y MADERA

Dado que para estas elecciones son más votos, es decir: presidencial, parlamentaria (senadores y diputados en algunos casos), son más urnas las que se necesitarán por mesa. Ante este escenario, las municipalidades tendrán que decidir si las urnas que necesitan serán de las tradicionales o las cajas plásticas.

Y la duda que surge es obvia,

¿qué pasará con las urnas tradicionales que serán reemplazadas por el plástico?

Esto será decisión de cada comuna. Sin embargo, el alcalde de Maipú Christian Vittori adelantó que son varias las opciones que están analizando. Una puede ser entregarlas a municipios más pequeños que las necesiten; o donárselas  a organizaciones que también realizan procesos eleccionarios, como clubes de fútbol, centros de alumnos de colegios, y juntas de vecinos.

Además, dado el valor histórico de las urnas, ya que muchas provienen de la época del plebiscito de 1988, tampoco se descarta el vender o rematar las urnas.

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