El papel de los médicos extranjeros en consultorios

Actualmente, un 32% de los profesionales contratados en consultorios y centros de salud familiar, son extranjeros. Los usuarios los prefieren por su calidez y cercanía, y sus pares chilenos valoran su trabajo. Sin embargo, tienen sus discrepancias.




No todos reconocen sus acentos, y muchos desconocen sus procedencias. Sin embargo, existe consenso entre los pacientes de consultorios de que los médicos extranjeros tienen un trato distinto. “Son más cercanos, se la juegan por la salud pública que es donde se necesita gente. Yo estoy a favor y tengo buena experiencia con ellos”, dice Mirta Muñoz, paciente de Recoleta.

En el Consultorio Amador Neghme de la comuna de Pedro Aguirre Cerda, bien lo saben. Ahí, de los 12 médicos que conforman la planta, ocho son extranjeros, seis provienen de Ecuador y dos de Cuba. Las visitas a domicilio de pacientes postrados las realiza Vicente Garzo, especialista en medicina familiar, que llegó a Chile desde Ecuador en 1997. “Hoy, la comunidad del Amador Neghme es atendida por médicos extranjeros y esa es una realidad”, sostiene la directora del recinto,  Patricia Saavedra.

La camiseta de Patricia está puesta con sus médicos. En sus 27 años en la atención primaria, fue testigo de la migración de profesionales de la salud ecuatorianos en la década de los noventa. “En ese momento se provocó un vacío de médicos chilenos, porque empezó muy fuerte el tema de la especialización. Muy pocos nos quedamos en la atención primaria de salud (APS). En ese momento los centros de salud se levantaron con los profesionales extranjeros. En lo personal, yo valoré mucho eso, porque fue una forma de sobrevivir”, dice.

En Chile existen, actualmente, 3.668 médicos en la APS, de los cuales 1.158 son extranjeros. Es decir, el 32% del total de profesionales proviene y se formó en otros países. Su capacidad de relacionarse con sus pacientes es claramente una distinción. Así también lo han reconocido sus pares chilenos. Enrique Paris, presidente del Colegio Médico de Chile destaca la facilidad que tienen de entablar “buenas relaciones afectivas” (ver entrevista).

“El se da el tiempo de atenderme. Me hace preguntas, responde las mías, yo noto que hay una preocupación de hacerlo bien, a diferencia de los médicos chilenos”, explica Blanca Araneda, paciente de Pedro Aguirre Cerda.

Una actitud que valoran las personas, en un contexto en el que se atienden 12 millones de ciudadanos: la atención primaria es considerada la puerta de entrada al sistema público de salud.

Un escenario en el cual los médicos chilenos prefieren realizar sus carreras y desarrollar sus formaciones de especialidad en hospitales y recintos de mayor complejidad, y donde los alcaldes, encargados de administrar la salud primaria, han tenido que optar por contratar a foráneos.

El Centro de Salud Familiar Pueblito Lo Espejo, ubicado en esa comuna, tiene en su planta seis médicos donde sólo uno es chileno: tres provienen de Cuba, uno de Ecuador, y el restante de Palestina, pero con formación en las tierras cubanas. O sea, el 85% de su dotación está conformada por extranjeros.

Los profesionales de la salud provenientes de Cuba son los segundos, después de Ecuador, en cantidad de facultativos en la Atención Primaria, según datos del Minsal.

Pero ¿por qué para un médico chileno trabajar en la atención primaria no es atractivo y para un extranjero sí lo es?

Lorena Véliz  es una de las ecuatorianas que llegaron en la década de los noventa a Chile. Desde su box, analiza la actual situación del sistema de salud. “Creo que los médicos chilenos se van de la atención primaria por los salarios y también porque no están acostumbrados a la cantidad de gente que llega acá,  a diferencia de los extranjeros. A nosotros, gracias a Dios, nos preparan en todas las especialidades, podemos ver pediatría, ginecología, atendemos partos, estamos preparados para todo”, señala.

El promedio del sueldo en la APS es de $ 1 millón y medio. Muchos de los profesionales nacionales, al querer optar a mejores remuneraciones y formación profesional, prefieren desarrollar una especialidad en los hospitales.

Desde el Minsal reconocen esa migración y desde este año que han impulsado estrategias para ofrecer mejores condiciones de formación y de salario a quienes prefieran la APS para desarrollar parte de sus carreras (ver entrevista pág. 4).

En el Centro de Salud Familiar Ignacio Domeyko en la comuna de Santiago, la dirección está a cargo de una cubana. Sandra León lleva en Chile 16 años y detalla sus razones para quedarse. “En nuestro caso, porque mi esposo y yo somos médicos y decidimos quedarnos acá, se trata de las condiciones laborales que tenemos. Los sueldos son buenos, no los podemos tener en Cuba. Además de la estabilidad que posee el país, el idioma, la posibilidad que se nos dio de tener residencia... conjugamos todo eso y decidimos quedarnos”, comenta.

León agrega que la formación cubana está centrada en lo familiar, experiencia que es aplicable 100 por ciento en la atención primaria de salud chilena.

Críticas al Eunacom 

Existe un consenso entre los médicos extranjeros, en que la aprobación del Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom), se ha transformado en un gran dolor de cabeza para ellos. El test, elaborado por la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (Asofamech), es el requisito legal establecido por el Estado, para que chilenos y extranjeros puedan ser contratados en el sistema de salud público. Dado el alto número de profesionales que ejercían en la APS en 2014 y que no contaban con su Eunacom aprobado, el Minsal, junto al Colegio Médico y la Asociación de Municipalidades acordaron que aquellos que estaban contratados al 31 de diciembre de ese año, tendrían una prórroga de dos años para normalizar su situación. No obstante, existen antecedentes que después de esa fecha, los municipios continúan contratando médicos sin Eunacom. Según el Minsal, actualmente hay 882 profesionales que trabajan en el sistema y no han aprobado el examen.

Los datos de Asofamech indican que en 2014, un 84,13% de los 1.065 titulados en el extranjero que rindieron el test, lo reprobaron.  Porcentaje que en 2013 llegó al 91,75% (ver infografía).

Las razones de esos resultados, según los médicos que han vivido esa experiencia, son claras. “Considero que está bien que se establezcan requisitos para probar que estás preparado. Lo que no está bien es la forma del examen, que a mi parecer, no mide conocimiento. La presión y las preguntas buscan enredarte más que evaluarte”, sostiene el doctor cubano Amaury Blanco.

Enrique Paris indica que ese nivel de reprobación, no necesariamente está relacionado con mala formación. “Hay que entender que una persona que está formada en otro país, obviamente que puede tener dificultades en el examen, ya que sus programas de estudio son distintos a los nuestros. Eso no significa que sean malos médicos del punto de vista de su actuar, sino que deben actualizar sus conocimientos para tener un buen desempeño. Actualizarse con el tipo de enfermedades que hay en Chile, uso de medicamentos, etc. Eso es lo que persigue el examen, medir calidad”.

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