Alborán retornó consagrado ante una Quinta rendida a sus pies

Tras presentarse como futuro talento y ser jurado en Viña en 2013, el malagueño superventas se subió al escenario del Festival frente a un público juvenil absolutamente incendiado con sus canciones.




Las expectativas juveniles estaban altas: las entradas de la noche festivalera de ayer fueron las primeras en agotarse cuando salieron a la venta. Y es que la mezcla del romántico superventas español Pablo Alborán, en su regreso a Viña, y del reggaetonero del momento Nicky Jam, atrajo a las gargantas jóvenes dispuestas a gritar por sus ídolos.

La noche comenzó con un nuevo video: mientras Nicky Jam hacía una fiesta llena de “perreo” en el hotel, animadores incluidos, Alborán iba en pantuflas a reclamarle por el ruido; la alcaldesa Virginia Reginato también participó.

El monstruo estaba prendido, y gritaba expectante por Alborán, el malagueño que estuvo cuatro años como el artista más vendido de España. Si en 2013 visitó la Quinta Vergara como talento nuevo, ahora aterrizó como  consagrado, abriendo la noche. “Viene a conquistarlas nuevamente”, dijo Rafael Araneda, pero la verdad es que la Quinta estaba rendida ante el español, antes de que empezara a cantar.

Alborán comenzó su show en Viña con La escalera y Pasos de cero. Comenzaron a llegar los primero tributos al escenario, en forma de osos de peluche.

“Aquí empezó todo hace tres años, hicisteis posible que mis sueños se hicieran realidad”, dijo el cantante, antes de sentarse a la guitarra y entonar Perdóname, acompañado a coro por todas las presentes. Durante la presentación también tocó caja flamenca, y hasta hizo “la colita”, cuando el público le dio las gaviotas. “Gracias a vosotros se construyen carreras”, dijo, “sin vosotros no sería nada”.

Siguió con Te he echado de menos, Miedo, Quimera, Solamente tú, entre otras, y un dueto con la chilena Francisca Valenzuela, a quien conoció cuando compartieron labores de jurado en Viña 2013. Como con tantos ídolos juveniles en las décadas anterioes, la Quinta se venía abajo de tanta emoción adolescente en el público.

El acto que siguió fue el humor, cambiando la tónica de stand-up de los días anteriores, con Gabriel Artigas y Hugo Silva, la dupla conocida como los Locos del humor, que comenzaron su carrera en el transporte público. “¡No se escucha!”, demandó el joven monstruo, que después de la exigencia, se entregó a la risa.

Entre las 21:45 y las 00:53, CHV marcó 31,8 puntos. Con el humor fue escalando, llegando a un peak de 47. Nicky Jam fue el encargado de hacer bailar a la Quinta en el cierre de la penúltima noche festivalera.

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