Papa Francisco llega a Chipre en una visita centrada en plena crisis migratoria en Europa

Papa Francisco visita Chipre y Grecia. Foto: La Tercera/Archivo

Se trata de la segunda visita de un sumo pontífice a Chipre, una isla poblada especialmente por cristianos ortodoxos, tras la realizada por Benedicto XVI en 2010. Francisco, que el sábado acudirá a Grecia, trasladará con él a Italia a 50 migrantes, según indicó el presidente chipriota Nicos Anastasiades, en un anuncio no confirmado por ahora por el Vaticano. “Su simbólica iniciativa es, ante todo, una señal fuerte de la necesidad de la revisión de la política migratoria de la UE”, dijo Anastasiades.


El Papa Francisco lanzó el jueves en Chipre un llamamiento a la “unidad”, en plena crisis migratoria en Europa y en una isla dividida en dos, durante la primera etapa de un viaje de cinco días que incluirá también a Grecia.

Se trata de la segunda visita de un Papa a Chipre, una isla poblada especialmente por cristianos ortodoxos, tras la realizada por Benedicto XVI en 2010.

El avión del pontífice argentino, de 84 años, aterrizó en el aeropuerto de Larnaca, al sur de Chipre, entre cánticos de “le queremos, Papa Francisco”, de un grupo de niños.

A su llegada al aeropuerto, las autoridades chipriotas recibieron a Francisco con una banda de música y la alfombra roja desplegada bajo un sol resplandeciente.

El sumo pontífice se dirigió justo después a la catedral maronita de Nuestra Señora de la Gracia, en Nicosia, donde se reunió con el patriarca de esta iglesia católica oriental (que representa a menos del 1% de la población chipriota, pero está presente en Siria y Líbano), el cardenal Béchara Rai.

“Para construir un futuro digno para el ser humano hay que trabajar juntos, superar las divisiones, tirar los muros y cultivar el sueño de la unidad”, declaró en la catedral.

Francisco, que el sábado acudirá a Grecia, trasladará con él a Italia a 50 migrantes, según indicó el presidente chipriota Nicos Anastasiades, en un anuncio no confirmado por ahora por el Vaticano.

“Su simbólica iniciativa es, ante todo, una señal fuerte de la necesidad de la revisión de la política migratoria de la UE”, dijo Anastasiades.

En 2016, el pontífice ya llevó a Roma a tres familias sirias tras visitar la isla griega de Lesbos.

“Caminar juntos”

“Necesitamos acoger e integrarnos, caminar juntos”, añadió refiriéndose a la crisis de los migrantes en el Mediterráneo, “un mar que fue cuna de tantas civilizaciones, donde aún hoy desembarcan personas, pueblos y culturas de todas partes del mundo”.

A pocos metros de la catedral, en un café maronita, decenas de personas seguían el discurso del Papa por televisión.

“He venido para escuchar su corazón, un corazón que está con el respeto, la dignidad y los derechos humanos. Que busca abordar el problema de los migrantes”, contó Avril Fortuin, de 57 años, una mujer cristiana que vive en Limasol (sur de Chipre).

En cuanto al Líbano, país vecino de Chipre, el Papa dijo estar “muy preocupado” por la crisis social, económica y humanitaria: “Siento el dolor pueblo cansado y afectado por la violencia y el sufrimiento”.

Responsables de la Iglesia dijeron que más de mil libaneses viajaron a Chipre para la visita del Papa.

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