Las cinco claves del “sofisticado” secuestro del teniente (R) Ojeda

Ronald Ojeda Moreno (32).

Para la Fiscalía y el gobierno las hipótesis en torno al caso son muchas y todas responden a características distintas, manteniendo por ahora sólo una certeza: lo atípico de un modus operandi para ejecutar delitos de este tipo.


Una operación de la inteligencia venezolana; un autosecuestro o un ajuste de cuentas por parte del crimen organizado. Estas son las líneas investigativas que trabaja el Ministerio Público y la PDI para destrabar las interrogantes que todos comenzaron a hacerse el miércoles al mediodía en La Moneda, la Fiscalía, las Fuerzas Armadas (FF.AA.) y las policías: ¿Por qué secuestraron al teniente coronel (R) Ronald Ojeda?

Fue la propia ministra del Interior, Carolina Tohá, quien evidenció la perplejidad que existe entre las autoridades a partir del caso. “Sería muy poco serio de nuestra parte descartar de antemano alguna (hipótesis). Pero no tenemos tampoco de antemano ningún juicio armado de que una es la verdadera y otra no”, dijo. En el gobierno no saben por qué Ojeda desapareció.

Si bien la interrogante es compartida por todas las autoridades, la única certeza que existe también es compartida por detectives, policías, fiscales y ministros. Este no es un caso cualquiera: el modus operandi utilizado para sacar a Ojeda de su departamento en Independencia, a las 3.10 de la mañana, fue planificado con tiempo, estudiado en todas sus etapas y ejecutado casi a la perfección.

Hasta ahora, estas son las claves de un “sofisticado” secuestro con muchas interrogantes y pocas respuestas.

1)Cuatro falsos detectives

Poco antes de las 3.10 de la mañana del miércoles 21 de febrero, cuatro personas vestidas de detectives llegan hasta la calle El Molino N°1755, en Independencia. Ingresan por el estacionamiento de visitas, dejan una baliza azul encendida -imitando un vehículo de la PDI- y tres de ellos suben hasta el piso 14. Tocan la puerta del departamento 1403 y en dos minutos sacan desde allí al teniente (R) Ojeda, refugiado venezolano en Chile y opositor al régimen de Nicolás Maduro.

Fuentes del caso -y policías dedicados a investigar secuestros y delitos asociados al crimen organizado- advierten que la manera de ejecutar la “extracción”de la víctima no es común. La pasividad con la que ingresaron y salieron del edificio les llama la atención, dado que si fuera un caso vinculado, por ejemplo, al narcotráfico, buscarían dejar otra señal. “Lo matan en la calle o ahí mismo”, relata un policía encargado de pesquisar al crimen organizado.

2)Autos que no dejan huella

Con la víctima a bordo del automóvil Nissan Versa 1.6 -que no tenía encargo por robo- inician la huida, y una hora después el vehículo apareció en la comuna de Renca, a un costado de la Costanera Norte. En su interior: un arma con 14 cartuchos sin percutar, un casco y un chaleco antibalas con estampados que imitaban los logos de la PDI.

En la primera revisión de las cámaras de la autopistas, ni la víctima ni los delincuentes se ven. Solo se advierten movimientos extraños asociados a dos patentes de otros automóviles que fueron utilizados esa noche. Al igual que el primer vehículo usado, no tienen encargo por robo, por lo que habrían sido clonados.

3)El perfil de la víctima

A 72 horas del secuestro, el perfil de Ojeda Moreno está totalmente estudiado por las autoridades. Sólo detectaron un antecedente penal, vinculado a una condena por infringir el estado de excepción durante la pandemia del Covid-19, en abril del 2023.

También se conoce que mantiene una relación con otra residente venezolana, con quien tienen un hijo de seis años. Ojeda, además, es un activo opositor a Maduro, y durante el año pasado protagonizó una solitaria protesta enfrente de La Moneda.

En la indagatoria, además, se ha establecido -a partir de las declaraciones de sus cercanos- que no había sido víctima de amenazas. Tampoco registra detenciones asociadas a delitos graves.

4)No hay llamado extorsivo

Las primeras horas de un secuestro son claves en la investigación. A poco de concretarse estos delitos, la familia de la víctima siempre recibe un llamado con alguna solicitud de dinero.

En el caso de Ojeda, eso -hasta ahora- no se ha concretado. Ni su esposa ni nadie de su familia, menos las policías, han recibido un llamado en que se solicite dinero a cambio de su liberación.

Este es otro de los antecedentes que hacen pensar a los fiscales y policías que no se trata de un secuestro común. Hasta el momento, y por lo que se ha podido concluir, los delincuentes que sacaron al teniente (R) de su departamento no querían dinero.

5) ”Controles ciegos”

Siempre que se pide la ayuda de los servicios de tránsito de Carabineros para este tipo de casos se emite una alerta con la foto, la ropa y el auto en que la víctima fue vista por última vez. Además de otros vehículos que podrían haber participado y que hayan quedado registrado en el radar de las cámaras de seguridad en Santiago. Esto, hoy, no existe.

Lo único que tiene Carabineros en su poder es la foto y el nombre del secuestrado, con la cual se encuentran haciendo “controles ciegos”, es decir, detener un auto al azar y verificar que entre los ocupantes no esté alguien parecido a Ojeda. Eso, además del resguardo de las zonas fronterizas.

El que no exista ningún rastro más de Ronald Ojeda, además del video en que lo sacan de su departamento, inquieta a todas las autoridades. No se sabe qué pasó, quién operó ni las motivaciones de un limpio y pulido secuestro.

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