Columna de Hatem Dasuky: Colombia castigó a Petro

El Presidente colombiano Gustvo Petro vota en las elecciones regionales en Bogotá, el domingo pasado. Foto: Reuters


Por Hatem Dasuky, periodista y exministro Consejero de la Embajada de Colombia en Chile

Luego de conocerse los resultados de las elecciones regionales en Colombia, en las que el partido de gobierno sufrió una humillante derrota, la pregunta es, ¿qué va a hacer Gustavo Petro? ¿Va a aceptar el fracaso de su proyecto político? ¿Qué reacción va a tener?

Sus más duros contradictores aseguran que Petro se radicalizará y tomará represalias contra la oposición, no sólo vía recortes presupuestales para las regiones, sino también a través de la persecución judicial, pues recordemos que en febrero de 2024 pondrá su Fiscal. Los más moderados apuntan a que el Presidente entrará en una etapa de ingobernabilidad que no le permitiría sacar adelante sus grandes reformas en materias de salud, laboral, tributaria, de tierras y pensiones.

En cualquiera de los dos casos, lo cierto es que Petro le perdió el pulso a Colombia prematuramente. A 15 meses de gobierno no ha logrado grandes avances, sus resultados de gestión son pobres e incluso hay embajadas como la de Chile donde nunca nombró embajador.

Los escándalos de corrupción en su círculo más íntimo, la presunta financiación irregular de su campaña, los constantes desplantes a los propios eventos convocados por su gobierno y sus ausencias permanentes e injustificadas, le pasaron la cuenta de cobro. Pero hay más.

Para los colombianos la seguridad y la paz son temas de la mayor trascendencia y la política de “pagar para no matar”, anunciada por Petro, que consiste en darle un millón de pesos a los jóvenes para que no vuelvan a delinquir, cayó bastante mal en todos los sectores, pues se considera que se está premiando al delincuente.

Lo anterior, sumado a la orden impartida a la Fuerza Pública de cesar sus operaciones contra las FARC y el ELN, la disminución de los golpes al narcotráfico y la caída en las erradicaciones de los cultivos de coca, fue castigado fuertemente por los colombianos y expresado en las urnas en las elecciones regionales.

Como si fuera poco, la pésima ejecución del presupuesto general, apenas del 15,7% con fecha de corte agosto de 2023, reflejan a un gobierno que no tiene capacidad administrativa y paupérrimos resultados de gestión.

Hoy se conformó un nuevo mapa político en Colombia, completamente contrario al de hace un año y medio, cuando algunos sectores de la sociedad, especialmente los jóvenes clamaban en las calles por un cambio que nunca llegó y que tiene desilusionados incluso a los mismos simpatizantes de Petro.

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