2024: el año en que más personas votarán en el mundo

La democracia verá el próximo año el paso de un cuarto de la población del globo por las urnas. India, Taiwán, Estados Unidos, Rusia, Ucrania y México son algunos de los territorios que elegirán a sus autoridades. Los expertos apuntan a que no está en juego si el mundo girará hacia la izquierda o la derecha, sino si hacia más nacionalismos, populismos o guerras.


Como nunca antes en la historia del mundo, las urnas de países y territorios en los distintos continentes se preparan para recibir a la mayor cantidad de votantes habilitados para sufragar, alcanzando 2.000 millones que elegirán a su Jefe de Estado o de Gobierno durante 2024.

Si se ampliara la lista hasta considerar las elecciones parlamentarias y las nacionales, serían 70 países, equivalentes al 49% de la población global, la mitad del planeta. Esto se traduce en 3.700 millones de habitantes que podrían votar. La cifra baja a más de 40 países cuando se trata solo de comicios nacionales, lo que de igual modo equivale a poco menos de un cuarto de la población global y gran parte del PIB mundial, detalló el periódico británico The Guardian.

Algunas de las grandes incógnitas de cara a 2024 tienen que ver sobre cómo saldrá parado el sistema democrático luego del gran número de comicios, considerando que encuestas de EE.UU. y Europa revelan altos niveles de insatisfacción con el funcionamiento del sistema. También si se dará un giro en la geopolítica mundial, con Ucrania, Rusia y Taiwán –la isla que China reclama como propia– en la lista de territorios que elegirán autoridades. O cuál será el estado real del modelo de representación, con ejemplos como el de Nayib Bukele, que logró sortear las reglas de la Constitución de El Salvador para repostularse a la Presidencia, o Vladimir Putin, en una elección en la que barrió con gran parte de sus opositores en Rusia.

El presidente ruso, Vladímir Putin, durante una reunión con miembros del Consejo de Seguridad, en octubre de 2023. Foto: Sputnik vía REUTERS.

En opinión de Michael Shifter, expresidente del think tank Diálogo Interamericano, “es importante recordar que en los asuntos mundiales en particular hay enormes incógnitas, como aprendimos en 2022 y 2023. Nadie, ni siquiera los servicios de inteligencia israelíes o estadounidenses, predijo el ataque de Hamas en octubre, ni nadie anticipó la invasión rusa contra Ucrania en febrero de 2022. Este es un período oscuro, y es difícil imaginar que 2024 vaya a ser un año marcado por la renovación democrática”, señaló a La Tercera.

Elecciones complejas

El poblado calendario electoral se inicia en Asia, cuando el 7 de enero Bangladesh lleve a cabo sus comicios. Sin embargo, solo días después, el 13, se realizará una de las elecciones más importantes del año, y no se trata de una superpotencia. Taiwán, la isla autogobernada de 24 millones de habitantes que China reclama como propia, elegirá mediante sus 19,5 millones de ciudadanos habilitados para sufragar a sus gobernantes. Según The Economist, el evento democrático podría convertirse en un “momento crítico” para la relación de Taipei con Beijing.

La revista aseguró que es probable que el oficialismo –liderado por la Presidenta Tsai Ing-wen, quien no puede ser reelecta al haber cumplido dos períodos– se mantenga en el poder de la mano del Partido Progresista Democrático, de corte progresista, anticomunista y que aboga por la identidad taiwanesa.

The Guardian advirtió que “si el Partido Progresista Democrático vuelve a ganar, Beijing podría ir más allá de las habituales amenazas militares. Esto, a su vez, podría atraer rápidamente a Estados Unidos y a los aliados regionales”.

Lai Ching-te, vicepresidente de Taiwán y candidato presidencial del gobernante Partido Democrático Progresista (DPP), y Hsiao Bi-khim, candidato a vicepresidente del DPP, asisten a un acto de campaña en Taipéi, Taiwán, el 29 de diciembre de 2023. Foto: REUTERS.

En una columna para La Vanguardia, Josep Colomer, politólogo y economista, planteó que “las elecciones de los próximos 12 meses nos darán la pauta de si el mundo gira, no hacia la izquierda o la derecha, sino, sobre todo, hacia un reencuentro democrático internacional o hacia más nacionalismos y populismos, más inestabilidad y más guerras”.

Ejemplo de esto es El Salvador. Golpeado por las pandillas que azotaron el país por años, el ascenso del Presidente Nayib Bukele significó una revolución mediática y política. Mediante su dominio del Congreso, hasta hace poco gobernaba un país que vive en estado de excepción desde marzo de 2022, cuando declaró la “guerra” a las maras.

El uso de la palabra “gobernar” en pasado no es azaroso. Según la Constitución salvadoreña, el mandatario no podía reelegirse, pero una resolución de 2021 de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema le permitió volver a postularse para las elecciones de febrero. La condición era dejar el poder seis meses antes de los comicios, por lo que él y su vicepresidente pidieron una licencia a la Asamblea Legislativa, cumpliendo milimétricamente con la exigencia. El 4 de febrero, 6,2 millones de salvadoreños decidirán su continuidad. Claudia Rodríguez de Guevara gobierna El Salvador de momento, como “designada”.

Ucrania y Rusia, actualmente en medio de un conflicto bélico, deberán votar en 2024. Sin embargo, sus situaciones difieren del resto del mundo. Mientras los ucranianos se encuentran bajo Ley Marcial, lo que pospone la realización de los comicios programados para el 31 de marzo, lo de Moscú es catalogado por Occidente como una “elección fallida”, donde no se respetan los estándares mínimos de transparencia y democracia.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, habla con la prensa tras una reunión con el Fondo Monetario Internacional, el 11 de diciembre de 2023. Foto: REUTERS.

Los 35 millones de ucranianos habilitados en 2019 debían elegir Presidente en los próximos meses, cargo que actualmente ocupa Volodymyr Zelensky. Si bien no se descartan del todo las elecciones, un quinto del territorio nacional se mantiene bajo control ruso, con millones de ucranianos desplazados. Además de la complejidad logística, una derrota en las urnas podría ser catastrófica para las aspiraciones de rechazar la invasión rusa.

En la otra vereda, el gigante de Eurasia lleva como su firme candidato a Vladimir Putin, quien posiblemente alargará su gobierno por un quinto período. Un Presidente solo podía estar dos ciclos de cuatro años al mando de Rusia, pero una enmienda de 2008 extendió los bloques a seis años, y otras en 2020 abrieron la puerta a otros dos períodos.

Si los 107 millones de ciudadanos habilitados le dan su voto, Putin podrá mantenerse anclado en el Kremlin hasta 2030, superando la marca de 18 años de Leonid Brezhnev, y quedando solo detrás de Josef Stalin en la lista de gobernantes con más tiempo en el poder. Los comicios están programados entre el 15 y el 17 de marzo.

Los gigantes del mundo

Rusia no es el único gigante que votará en 2024. El país más poblado del mundo, India; el tercero, Estados Unidos, y el cuarto, Indonesia, se preparan para sufragios que, considerando los habilitados para votar en sus últimas elecciones presidenciales, suman la cuantiosa cifra de 1.350 millones de personas. En otras palabras, un sexto del total mundial.

Con una población total de 1.300 millones y más de 900 millones que pueden sufragar en los comicios que se realizarán entre abril y mayo, India se alista para elegir a 543 miembros de la Lok Sabha, la Casa del Pueblo.

La Constitución vigente exige su renovación cada cinco años, y las encuestas apuntan a que el partido conservador Bharatiya Janata (BJP), liderado por el actual primer ministro Narendra Modi, continuaría en el poder, en conjunto con la Alianza Democrática Nacional.

El primer ministro de la India, Narendra Modi, llega el primer día de la sesión extraordinaria de cinco días en Nueva Delhi, el 18 de septiembre de 2023. Foto: REUTERS.

Siempre en el foco planetario, las elecciones de Estados Unidos se desarrollarán el 5 de noviembre y es probable que se reedite el escenario de 2020, cuando el entonces Presidente Donald Trump se enfrentó a Joe Biden. El próximo año los roles se invertirán, pero la atención global será igual de importante, solo que esta vez Trump llega asediado por problemas judiciales –aunque igual de fuerte electoralmente– y Biden lo hace con un manto de dudas relacionadas con su edad, pese a tener solo cuatro más que su predecesor. Ese 5 de noviembre, unos 160 millones de estadounidenses decidirán el futuro del país y, a la vez, el curso global.

Shifter planteó a este periódico que 2024 podría traer consigo “un cambio geopolítico radical en Occidente”, especialmente si es que Trump gana la Casa Blanca. “Es posible, aunque de ningún modo seguro, que un gobierno de Trump respalde plenamente el objetivo de Netanyahu (en Israel) de expulsar a Hamas y avance hacia un conflicto directo con Irán. También podría detener toda ayuda a Ucrania, con enormes implicaciones para la paz y la estabilidad en Europa. Las tensiones con China podrían intensificarse, EE.UU. podría retirarse de la OTAN y, en las Américas, podría haber una retórica al menos más agresiva y amenazadora dirigida a Venezuela, Nicaragua y Cuba”, aseguró.

Joe Biden y Donald Trump durante el segundo y último debate presidencial de octubre de 2020. Foto: REUTERS.

En el mismo continente americano, 97,5 millones de personas en México se alistan para votar el 2 de junio, en unas “megaelecciones”. Además de Presidente –donde las dos principales fuerzas políticas llevan a una mujer como su carta–, se renovará la totalidad del Congreso: 128 senadores y 500 diputados federales.

Para Shifter, estos comicios “marcarán de forma significativa la política en las Américas. Parece muy probable que Claudia Sheinbaum, del partido Morena de Andrés Manuel López Obrador, gane las elecciones de junio. En ese escenario, la gran pregunta es hasta qué punto AMLO, que ha presidido el retroceso democrático en México, llevará la voz cantante y tomará las decisiones clave”.

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