La última jugada de Daniel Ortega: disolver la Academia Nicaragüense de la Lengua por no declararse “agente extranjero”

El Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, en una reunión del grupo ALBA en La Habana, Cuba. Foto: Reuters

La medida a discutirse hoy en el Legislativo, de mayoría oficialista, ha sido recibida con protestas por parte de intelectuales y escritores.


El Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, solicitó al Parlamento nicaragüense el cierre de 83 organización no gubernamentales, que según el régimen estarían incumpliendo la ley al no declararse “agentes extranjeros”. Entre estas ONG, la más defendida ha sido la Academia Nicaragüense de la Lengua, la institución que vela desde 1928 por la regularización y el impulso de la lengua española y su uso en el país centroamericano.

Con esto, se le quitaría la personería jurídica a la institución, imposibilitándola de seguir funcionando como lo hace hasta el día de hoy. Desde la Real Academia Española se presentó un comunicado de “profunda preocupación por la noticia del posible cierre”.

El gobierno nicaragüense alega que las instituciones que no se acreditan como “agentes extranjeros”, usaban donaciones venidas de afuera para colaborar en el derrocamiento del régimen, luego de la revuelta popular de abril de 2018, que dejó con las alarmas encendidas a Ortega y sus seguidores.

Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, en una marcha en Managua, Nicaragua. Foto: Reuters

El régimen de Managua solicitó el cierre de la Academia Nicaragüense de la Lengua, junto con otras 82 organizaciones sin fines de lucro, debido al incumplimiento de una ley que les solicitaba declararse “agente extranjero”. Esta iniciativa está siendo discutida en el Parlamento, que cuenta con una mayoría afín al régimen de Ortega, por lo cual se espere que el Poder Ejecutivo apruebe sin problemas la iniciativa.

La propuesta para cancelar la personalidad jurídica de las 83 organizaciones fue presentada en específico por el presidente de la Comisión de Justicia y Gobernación, el sandinista Filiberto Rodríguez, que en los motivos alega la no inscripción de estas instituciones.

Además de la Academia Nicaragüense de la Lengua, otra ONG conocida que está pronta a cerrar sería la Fundación Enrique Bolaños, conocida en el país por mantener una de las bibliotecas virtuales más importantes y completas del país.

El escritor Sergio Ramírez, ganador del Premio Cervantes y miembro de la Academia Nicaragüense de la Lengua. Foto: Reuters

Distintas academias de la lengua alrededor de Hispanoamérica mostraron su desacuerdo con la medida, partiendo por la Real Academia Española, que en un comunicado advirtió que, luego de 94 años de historia, su par nicaragüense quedara abocada irremisiblemente a la desaparición en cuanto pierda su personalidad jurídica, impedida así a manejar cuentas bancarias ni pagar salarios. “La Academia desarrolla una labor incansable en beneficio directo del pueblo, que es el dueño del idioma, y cumple una función imprescindible en el concierto internacional como parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), a cuyo trabajo mancomunado contribuye de manera ejemplar”, indica la organización de Madrid, pidiendo apoyos tanto públicos como privados para detener este cierre.

Por su parte, la Academia Chilena de la Lengua hizo propio el llamado español, publicando un comunicado en el que “condena con toda energía el cierre de la Academia Nicaragüense de la Lengua ordenado por el gobierno de ese país”. “Esta acción, dirigida contra una entidad que durante casi un siglo ha contribuido al cultivo de la lengua y la literatura y al vínculo entre las naciones hispanohablantes, es un atentado en contra de la cultura y la libertad de pensamiento”, señaló el documento firmado por Guillermo Soto y Victoria Espinosa.

Similar fue el caso de la Academia Argentina de Letras, que criticó la medida, “con lo cual el gobierno de dicha Nación manifiesta su intolerancia y falta de respeto a las instituciones y a las personas. Nuestra solidaridad con los colegas y escritores del país hermano”.

Manifestación en San José, Costa Rica, de nicaragüenses en contra del régimen de Ortega y sus elecciones. Foto: AFP

La escritora nicaragüense Gioconda Belli, desde su segundo exilio en Madrid, tampoco se mantuvo indiferente a la decisión del orteguismo. “¡La Academia Nicaragüense de la Lengua tiene personería jurídica desde 1928! Y ahora salen con que no ha llenado requisitos y que le suspenderán personería a una academia que es apolítica por naturaleza. Ni Somoza lo hizo”, publicó la autora en Twitter.

Dentro de la composición de la Academia Nicaragüense de la Lengua se encuentra el escritor Sergio Ramírez, exprimer ministro de Nicaragua durante los primeros gobiernos de Daniel Ortega, pero que fue condenado a cárcel y exiliado en noviembre de 2021.

Con las 83 organizaciones no gubernamentales que tendrían que cerrar el día de hoy, se aumenta a más de 200 las entidades canceladas desde 2018. A causa de la crisis que vino con una serie de protestas antigubernamentales, en las que murieron 355 personas y se exiliaron miles, el régimen de Ortega ha puesto más ahínco en perseguir a distintos organismos, sobre todo los relacionados con la defensa de los Derechos Humanos. A estas instituciones las acusa de utilizar las donaciones que reciben para intentar derrocar su gobierno, con el apoyo de Estados Unidos.

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