Gravedad: la primera película chilena rodada en exteriores en tiempos de pandemia

Una escena de Gravedad, cortometraje de Gabriel Díaz rodado cerca de Putaendo, con Gastón Salgado y Daniel Antivilo (en la foto).

Ya está disponible en YouTube el cortometraje de Gabriel Díaz protagonizado por Gastón Salgado en el rol de un padre de familia que busca una cura para su hijo. La cinta, filmada en la Quinta Región, es parte del proyecto +81 y se une a Monstruo Herido y Hecho en Casa, otros dos trabajos realizados en cuarentena.


Con el código +81 se llama telefónicamente a Japón y aquel número es el título genérico de los tres cortometrajes que produjo el cineasta y videoartista nipón Kensaku Kakimoto (1982) en medio de la pandemia. Uno de ellos es, además, chileno: se llama Gravedad y lo dirige Gabriel Díaz. Filmado en el Norte Grande, el trabajo es la primera película chilena rodada durante la pandemia en exteriores. Desde el miércoles pasado se encuentra disponible en la plataforma de YouTube.

Con una duración cercana a los 10 minutos, Gravedad transcurre en el altiplano chileno, en un paisaje agreste y salvaje. La trama es simple y directa, con una fotografía omnipresente y la luz atrapante de las 6.45 AM. A esa hora y en medio de la nada, una familia viaja a toda velocidad en auto en busca del hospital más cercano.

El padre, interpretado por el actor Gastón Salgado, va al volante, mientras que en el asiento trasero la madre (Patricia Cuyul) cuida de su hijo pequeño (Diego Quezada), evidentemente afectado de una enfermedad que puede ser el Covid-19. Muy cerca de ahí, aunque ellos no lo saben aún, pastorea sus llamas un habitante de la zona (Daniel Antivilo).

La película de Gabriel Díaz, quien ha sido director de fotografía de Matías Bize, Sebastián Lelio y Sebastián Silva, fue filmada en el mes de julio durante tres jornadas de rodaje. Curiosamente no fueron demasiado lejos para recrear una historia que de acuerdo a la concepción original de Kensaku Kakimoto debe transcurrir en el altiplano chileno. “Lo hicimos en la Quinta Región, cerca de Putaendo. El sector cordillerano de esa zona sirve perfectamente, si uno lo quiere, para simular el Norte Grande”, comenta Díaz, quien también ha estado a cargo de capítulos de las series Bala loca y El presidente.

Escena de Flor de Campanilla, el segmento de +81 que fue realizado en Mongolia, junto a los de Chile y Reino Unido.

A diferencia de proyectos como Hecho en casa, concebido por la productora Fábula, o de la serie española Diarios de cuarentena, +81 es una propuesta que busca ir más allá de este tipo de rodajes domésticos, hechos generalmente con los recursos a mano. “Eso fue lo que me atrajo más de esta iniciativa: hacer algo que cumpliera las mismas condiciones de calidad de una película antes de la cuarentena”, dice Díaz.

Y añade: “Se trataba un poco de demostrar que se puede hacer un filme en exteriores, cumpliendo todos los protocolos necesarios y guardando las precauciones”. En efecto, su cortometraje Gravedad tuvo el apoyo de prevencionistas de riesgos, paramédicos en el set y una serie de medidas de acuerdo a la situación sanitaria del país.

“Obviamente todos usamos mascarillas en el set y había horarios cada dos o tres horas en que las cambiábamos junto con los guantes. El servicio de catering era estricto, con todo muy bien sellado y evitamos las aglomeraciones, salvo cuando no había otra alternativa, Los actores y técnicos nos alojamos separadamente”, específica Díaz.

El sector audiovisual ha sido uno de los más golpeados en medio de la pandemia y todos los rodajes se encuentran actualmente suspendidos en el país, sin un protocolo oficial por que el que los trabajadores del cine puedan regirse en el futuro. El propio Díaz estaba a punto de comenzar a trabajar en la nueva película de Matías Bize a mediados de marzo pasado cuando el rodaje fue suspendido.

La iniciativa del productor japonés Kensaku Kakimoto ha sido una suerte de respiro para los técnicos audiovisuales chilenos, quizás de la misma manera como lo puede haber sido para sus homólogos de Gran Bretaña en el corto Silencio y de Mongolia en el segmento Flor de campanilla. Los dos, siguiendo las regla de este proyecto, fueron rodados en exteriores y se centran en historias my diferentes: Silencio, de TJ O’ Grady Peyton, es totalmente urbano e incluso hace referencias al movimiento Black Lives Matter; Flor de campanilla, de Bat-Amgalan Lkhagvajav, se desarrolla en el entorno de una familia rural.

También en la plataforma de acceso libre de YouTube debutó este viernes el cortometraje Monstruo herido, del realizador chileno Daniel Peralta, responsable de cintas como Fiesta falsa y Andrés lee i escribe (sic). La película fue rodada en confinamiento y cuenta, a grandes rasgos, la relación familiar de Simón (Aldo Parodi) con sus hijos Renato (Fredy Araya) y Francisca (Fiamma Carranza). Pero al mismo tiempo los lazos se extienden hasta describir la interrelación entre Renato con su pareja Dania (Martina Sivori), separados por miles de kilómetros: Renato está en Santiago, mientras que Dania vive con una beca de estudio en Nueva York. A su vez, Francisca lleva su vida en Buenos Aires.

La película indaga entonces en las dinámicas familiares de un padre no demasiado amigo de la tecnología con hijos a los que nunca les dedicó tal vez el tiempo necesario. En fin, un drama familiar por zoom y en tiempos de cuarentena.

Estos dos trabajos de cine chileno se suman al mencionado proyecto Hecho en casa concebido por los hermanos Juan de Dios y Pablo Larraín, donde hay 17 cortos de directores de todo el mundo, incluyendo de Sebastián Lelio y del propio Pablo Larraín.

Fuera de nuestras fronteras destaca el largometraje Corona, del realizador canadiense Mostafa Keshvari: rodado en tiempo récord en abril, la cinta de 70 minutos transcurre en un ascensor donde todos temen ser infectados. Su estreno será en septiembre a través de la plataforma Apple TV Plus.

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