Eduardo Engel: “Al postergar la fecha de la elección es importante no exacerbar la ventaja de los candidatos con más recursos”

Foto: Reinaldo Ubilla

"Contribuye más a nivelar la cancha que se suspenda la recepción de aportes hasta un mes o dos semanas antes de la nueva fecha de votación", opina el académico de la Universidad de Chile y director de Espacio Público al saber que el proyecto de ley ingresado hoy por La Moneda al Congreso propone mantener vigente el sistema de ingresos de privados vía Servel. Cree que a quienes tienen acceso a más dinero "les doy un mes más y pueden juntar aún más plata y tener una ventaja aún más grande respecto de sus contrincantes".


“Es lamentable que no se hayan adoptado medidas antes que hubiesen evitado este escenario. Pero ya estamos en él y, por lo tanto, ahora sí, hay que hacerlo bien y tomar todas las medidas para contener la pandemia con medidas efectivas y que en la fecha que se fije se pueda votar, y no tengamos que posponer de nuevo”, dice Eduardo Engel Goetz, ahora que ya estamos en pleno trámite legislativo flash para correr la megaelección para el 15 y 16 de mayo. Él estaba en contra de la idea diciendo que “no podemos poner la democracia en el congelador”, pero admite que la situación empeoró.

“Ojalá saquemos lecciones para anticiparnos mejor y no llegar a escenarios como el actual. Pero dado que estamos en él, tenemos que discutir cómo se hace para que al momento de posponer estas elecciones se puedan conjugar en la nueva fecha de votación un mejor escenario y no aumentar las grandes diferencias que hay en acceso a recursos de los candidatos. Es decir, no volver aún más dispareja la cancha electoral de lo que ya está”, apunta el académico de la Universidad de Chile y director de Espacio Público.

¿Muy dispareja? La oposición reclama que los candidatos de derecha reciben más, hemos visto los dineros que registra ingresados el Servel.

Los límites de gasto son demasiado altos. No es una restricción activa, de modo que las cifras disponibles -que son solo parte de la campaña- sugieren que hay candidatos que tienen financiamiento muy grande, pero que ni siquiera llega a los límites establecidos. Tenemos candidatos a convencionales, o en el caso de los que postulan al gobierno regional, que han recibido más de $ 700 millones de pesos. Como ha sido histórico en Chile, los candidatos de derecha reciben más que los candidatos de centroizquierda. Entonces, al postergar la fecha de la elección es importante no exacerbar la ventaja que tienen los candidatos con más recursos, independiente de donde sean. Acá el tema más grande son los candidatos independientes, que igual tienen toda la situación cuesta arriba, a lo cual se agrega esta postergación. Si vamos a postergar, cancha pareja, tema sanitario y promover la participación.

Mirando las cifras, esos $ 700 millones y la gobernación RM muestran que Catalina Parot llevaba hasta seis días atrás $ 760 millones, versus Claudio Orrego, con $ 412 millones. Pero también podría decirle que es la ley que hay no más.

La ley que hay no se va a cambiar hoy; a futuro sería bueno tener límites de gasto más bajos, pero con la ley que hay no quiero exacerbar la ventaja del que tiene más dinero tiene una campaña más larga. El tema no es solamente Catalina Parot con $ 760 millones, y no quiero personalizarlo. Pero esa plata está lejos del límite, entonces, les doy un mes más y pueden juntar aún más plata y tener una ventaja aún más grande respecto de sus contrincantes. En ese tema uno quisiera poder que tomen medidas.

¿Cómo?

Congelar la campaña, de modo que esa gente no pueda seguir gastando en estos días. Y volver a tener una campaña activa en dos momentos distintos. Yo volvería con la franja un mes completo antes, de nuevo, es una de las medidas que iguala la cancha: es gratuita, da acceso a todo el mundo, no será perfecta, pero claramente la iguala. Y tener de nuevo la campaña los últimos 15 días, tiempo suficiente para que los candidatos puedan volver a la cancha. Ni tan corto ni tan largo.

Si se hace eso, y si al final se suspenden los aportes, ¿cómo nos garantizaría eso que mientras se congele la campaña no haya candidaturas que sigan recibiendo dinero por otras vías?

El tema de recibir aportes por otras vías, por otros lados, ha estado siempre y ahí está el rol del Servel fiscalizando el gasto del terreno. Algunos candidatos me han mencionado que se han encontrado con supervisión del Servel; sería interesante saber cuán generalizado es eso. Es la única forma sistemática de enfrentar eso, el Servel tiene una estimación propia de cuánto gastaron en terreno, si gastan $ 500 millones y le rinden $ 200 millones le puede preguntar de dónde sacó los $ 300 millones restantes. Ese es el espíritu de la ley y ojalá lo esté haciendo, no hay mucha información pública. Lo otro es suspender los gastos; evidentemente, si vamos a postergar esto por una situación sanitaria, no es consistente que salgamos a la calle a hacer propaganda.

El proyecto de ley ingresado hoy propone mantener “vigente el sistema de recepción de aportes del Servicio Electoral para recibir los aportes” relativos al financiamiento privado. Entonces, ¿con esto no se suspende, no se cierra la llave de los aportes de privados aunque se congele la campaña? ¿Qué tipo de señal es?

Contribuye más a nivelar la cancha que se suspenda la recepción de aportes hasta un mes o dos semanas antes de la nueva fecha de votación.

Mientras la ley no llegue al Diario Oficial los candidatos que puedan seguirán recibiendo y gastando dinero en medio de esta incertidumbre, sabiendo que el período legal de campaña termina la próxima semana.

Es cierto, no hay nada que hacer más allá de la condena, el juicio social. Hay cuestiones legales que no son del todo presentables, éticas o fundamentadas. Un candidato tiene derecho a gastar millones y millones de pesos los próximos tres días en que el Congreso saque la nueva ley, que esperamos congele las campañas. Si la ciudadanía no lo estima relevante, no los castigará, y si lo estima, que eso no es cumplir con el fair play, los castigará con sus votos. Pero más que eso no se puede hacer.

¿Qué se hace con las candidaturas que se quejan a sus partidos que se les acaba la caja, que aunque estén en la papeleta no podrán seguir desplegados, y para qué decir los independientes sin partido?

Hay una buena idea a discutir, que se hace cargo en parte de eso; no de todo, porque no hay balas de plata. Para ayudar a los candidatos y candidatas, y a los que tienen más problemas con recursos, podría pensarse en que a cada candidato o candidata se le da un adelanto de $ 10 pesos por cada voto que hubo en su distrito -en el caso de la elección a convencionales constituyentes, por ejemplo- en el plebiscito de octubre. Diez pesos por cada voto que hubo. Y esto se devuelve primero, es decir, cada uno recibe una cifra no despreciable y el Fisco recupera buena parte de este préstamo. Este adelanto puede ayudar mucho a los candidatos con menos recursos. Es una medida simple, pareja y que contribuye a ayudar a los candidatos a tener que lidiar con por lo menos un mes más de campaña.

Que es mucho gasto.

Esto tiene costos. Partamos por lo del candidata o candidato que pidió vacaciones para campaña, y que ahora tendrá que pedir permiso sin goce de sueldo. Y tiene un equipo de gente trabajando al que no le puede decir que se vayan a la casa y vuelvan después; tendrá que seguir pagando. Busquemos una forma de ayudarlos, requiere recursos del Estado, pero son gastos relativamente pequeños. Es sobre todo para aquellos que no tienen los recursos que tienen los partidos políticos; a éstos se les da un adelanto muy sustancial del Estado, que es un adelanto entre comillas, porque en realidad no lo devuelven. Sería sumamente interesante para mantener competitividad en las carreras electorales y para que esta postergación no se transforme en algo que favorezca a quienes ya tienen ventaja por sobre los demás.

Lo que salga del Congreso, ¿puede quedar como precedente si alguna otra de las elecciones que quedan en el resto del año ha de aplazarse más tarde?

Debemos aprender la lección de cómo llegamos a esto: no solamente por una pandemia, porque nos faltaron los dos meses para que la vacuna hiciera un efecto grande. Nos faltó porque el gobierno no tomó las medidas que debió haber tomado en diciembre y enero para contener las nuevas variantes, para secuenciarlas, hacerles seguimiento y contenerlas durante el verano. El Consejo Asesor Covid-19 fue bien claro el fin de semana que lo que necesitamos es una comunicación convocante e inspiradora, y eso ha faltado. Es clave que el gobierno asuma el desafío de contener la pandemia: preguntémonos si realmente son necesarios todos los permisos que se han dado, vemos circulando automóviles casi como si fuera un día normal. La vacuna tiene efectos dos semanas después de la segunda dosis, y eso no se comunicó de forma clara. También el gobierno tiene que tomar con entusiasmo, como su labor y misión, una campaña comunicacional potente invitando a la gente a participar, convocada transversalmente.

O sea que ve que hubo responsabilidad del gobierno en no extremar antes las medidas para no llegar a esto a última hora.

Creo que sí. Es un escenario que se pudo haber evitado si se hubiese comunicado bien el riesgo y si se hubiesen tomado medidas para prevenir la diseminación rápida de las variantes del virus. Ahora es llorar sobre la leche derramada, pero ahora es importante que sí lo hagamos bien.

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