Balas y niños muertos: el daño colateral que deja el crimen organizado

Fueron 38 niños que perdieron la vida por impacto de bala en 2023. De ellos, 25 en la RM.

En las últimas seis semanas, seis menores de edad han sido asesinados a tiros. Según los datos disponibles, no es una realidad aislada: durante 2023 murieron 38, 25 de los cuales perdieron la vida en la RM. ¿Qué explica esto? Todo apunta a que los jóvenes muertos son una consecuencia más del aumento de pistolas y violencia en las calles.


Anthony tenía cinco años cuando murió por una bala que se incrustó en su tórax.

Era el martes 5 de diciembre de 2023. Marco Antonio Navarro estaba junto a su nieto en el jardín de su casa. Cerca de las 20.30, un Kia Soluto color gris disparó una decena de veces contra el domicilio ubicado en el pasaje Violeta Parra, en la comuna de Padre Hurtado. Esas balas dejaron tres heridos: el propio Navarro, un vecino y su nieto Anthony. Rápidamente el niño fue trasladado hacia el Servicio de Atención Primaria de Urgencias (SAPU) de Santa Rosa. A pesar de los esfuerzos por reanimarlo, se confirmó su fallecimiento a las 21.00.

La mañana siguiente, desde la Brigada de Homicidios de la PDI, el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, señaló: “Todos los antecedentes disponibles permiten suponer, y la investigación lo va a confirmar, que esto se da en el marco de un ajuste de cuentas”. Este hecho no era un caso aislado en la comuna de Padre Hurtado. Si en 2011 registraban 3,6 homicidios por cada 100 mil habitantes, la misma cifra en 2022 había aumentado a 6,4.

El Subsecretario del Interior Manuel Monsalve.

Desde la municipalidad aseguran que este sector, en la Villa Las Aralias, es una zona conflictiva. Los datos lo confirman: según estadísticas de Carabineros, en esa zona los robos con violencia han aumentado un 300% en los últimos 28 días, en comparación con igual fecha del año pasado.

El alcalde de la comuna, Felipe Muñoz (PS), asegura que esta situación se salió de control y agrega: “No tengo herramientas para enfrentar esta crisis de seguridad”. Efectivamente, Padre Hurtado está bajo el promedio de dotación policial. Cuentan con un carabinero por cada 1.250 habitantes. El promedio en la RM es de uno por cada 537. Es decir, enfrentar los delitos con un déficit del 57% de policías uniformados respecto de otras comunas.

Esta es, según Arturo Urrutia, excarabinero y jefe de seguridad de la Municipalidad de Santiago, una de las razones por las que hoy nuestro país atraviesa por una crisis seria de seguridad: la falta de capacitación policial. “No hay un banco unificado de cifras, ni una buena investigación científica detrás de este tipo de delitos”, afirma.

Veinticuatro días después, la historia se repitió. Esta vez en Pedro Aguirre Cerda, donde su alcalde, Luis Astudillo, asegura que al menos una vez a la semana hay una balacera. Sin embargo, hace énfasis en que jamás había visto que estos conflictos terminaran con un menor muerto por una bala.

Ahora sí pasó. Fue en la población La Victoria. De acuerdo a información de Carabineros, en los últimos 28 días los robos con intimidación subieron un 118%; los robos con violencia, un 150%, y los robos en lugar habitado y no habitado, un 100%. Todo esto en comparación con la misma fecha de 2022.

El video de una cámara de seguridad de un vecino del sector muestra los hechos. El viernes 29 de diciembre, a las 21.15, el enfrentamiento entre dos grupos de hombres dejó cuatro heridos y tres fallecidos: dos adultos de nacionalidad colombiana y una niña de 13 años que se encontraba caminando en el lugar.

Frente a casos como estos, el excarabinero Arturo Urrutia pide que miremos atrás: “La violencia no es la misma de hace cinco o 10 años. Hoy la criminalidad es muchísimo más violenta”. Esto, explica, se debe en parte a la migración irregular, lo que trae consigo nuevos delitos, como el sicariato y el crimen organizado.

El alcalde Astudillo, además, hace una observación sobre la situación en su comuna: “Algunos sectores están tomados por el crimen organizado, por las bandas de delincuentes y de narcotráfico. Ahí los vecinos viven en un verdadero infierno. Acá, cuando hay enfrentamientos, generalmente responde a una disputa territorial”.

El resultado de esos enfrentamientos, cada vez más, es la muerte de víctimas con perfiles distintos a las que comúnmente fallecían en homicidios. En este caso, niños, como los 25 que fueron asesinados el año pasado en la Región Metropolitana. De hecho, según datos de la Defensoría de la Niñez, 38 menores de edad perdieron la vida por impactos de bala en 2023: 11 menos que en 2022, pero nueve más que en 2021.

Luis Toledo, director del Centro de Seguridad Pública de Crimen Organizado de la Universidad San Sebastián, tiene una explicación para esto: “Hoy los menores de edad son daños colaterales respecto de la mayor violencia que hay en los barrios, del aumento del número de homicidios en el país”.

Jóvenes armados

El siguiente fue en La Granja. Aunque este, según las autoridades municipales, era distinto: el adolescente que murió no fue daño colateral, sino que el objetivo. Y eso es parte del problema. Cuando el narco permea tanto en una sociedad, los menores de edad también pueden ser los enemigos a balear.

Fue así: faltaba media hora para el comienzo del 2024 cuando llegó una llamada al 133 de Carabineros. Una persona informó el ingreso de un menor de edad fallecido por un impacto de bala en el abdomen al SAPU de La Granja. Coordinados con seguridad comunal, se dirigieron a resguardar el centro de salud. Cuando llegaron una información les llamó especialmente la atención: el joven de 14 años portaba un chaleco antibalas.

Según explica Ángelo Venegas, jefe de seguridad de La Granja, “la gente que roba, la gente que trafica, les dan poder, les dan riqueza, les dan armamento a los jóvenes. Es un sistema que va mostrándoles estilos de vida que, a simple vista, es más llamativo. Viven una vida intensa, con harto beneficio durante cuatro o cinco años. Después los pillan y se van a la cárcel dos o tres años, donde adquieren más conocimiento del mundo delictual. Al final salen como grandes ladrones o traficantes internacionales”.

Levantaron más de 20 casquillos de bala en el sitio del suceso. El exfiscal Luis Toledo, director del Centro de Seguridad Pública de Crimen Organizado de la Universidad San Sebastián, agrega que no sólo existe un aumento en la cantidad de armas de fuego en la calle, sino en el tipo de arma que se encuentra: “Se incautan regularmente de calibre 9 milímetros, armas semiautomáticas, automáticas y también calibre .40. Son armas que antes no se veían en nuestro país”.

Destrucción de más de 25.000 armas incautadas o entregadas de manera voluntaria en diciembre de 2023.

Esa gran cantidad de balas percutadas volvió a sentirse una semana más tarde, tras el asesinato de dos hermanos en la comuna de La Cisterna. La tarde del domingo 7 de enero se escucharon más de 30 disparos en la intersección de las calle Lo Ovalle con Pasaje Dos. Un auto, con varios sujetos en su interior, baleó sin tregua una vivienda en la que se celebraba un cumpleaños familiar. El atentado dejó un par de hermanos muertos, de 14 y 17 años. También hubo dos heridos, de 16 y 17. Fueron trasladados al Hospital Barros Luco. Uno de ellos tenía al menos 10 balazos. El otro, dos proyectiles en el cuerpo.

Joel Olmos, alcalde de La Cisterna, asegura que en su territorio los homicidios aumentaron al doble en 2023 en comparación al 2022. De hecho, según datos de la Subsecretaría de Prevención del Delito, La Cisterna, con 7,9 homicidios por cada 100 mil habitantes, fue, proporcionalmente, la segunda comuna de la Región Metropolitana con mayor tasa de homicidios durante el primer semestre del año pasado.

No sólo los homicidios aumentaron ahí. Los robos con intimidación, en el cuadrante 70, crecieron un 50% en los últimos 28 días con respecto a la misma fecha del año pasado. Hay más: el robo por sorpresa subió un 150% y el robo en lugar no habitado, un 100%.

A esto el alcalde agrega una reflexión: “Es una expresión de una crisis social. Al parecer está fuera de la discusión por qué alguien de 15 años o 16 años está involucrado en lo delictivo. Es un problema social más profundo que tiene que ver con la pobreza, con falta de oportunidades, con un montón de situaciones que hoy día pasan y que están invisibilizadas”.

Seis de seis

La seguidilla terminó en Maipú: eran seis víctimas en seis semanas. Que sucediese en esa comuna no parecía una casualidad. De acuerdo a cifras de la Subsecretaría de Prevención del Delito, Maipú es la tercera comuna de la Región Metropolitana con más homicidios totales durante el primer semestre de 2023, con 15 asesinatos registrados. Este año no partieron mejor.

El sábado 13 de enero, Agustina, una niña de 10 años, falleció producto de cinco disparos. Viajaba en una camioneta con su padre, cuando un grupo de desconocidos abrieron fuego contra el vehículo. Una de esas balas le dio de lleno en su tórax, otra en su cuello: estas dos fueron las que terminaron con su vida. Según explican desde la municipalidad, el sector donde ocurrieron los hechos, la Villa San Luis V, “es uno de los sectores más complejos desde el punto de vista delictual”.

Carlos Aguirre, director de seguridad de la municipalidad, asegura que “en la Región Metropolitana existe un alza de los delitos violentos, y Maipú, al ser la segunda comuna más poblada, no está exenta de esa realidad”. Esto, Aguirre lo confirma con el siguiente número: “Durante 2023, en Maipú ocurrieron 24 homicidios, según Carabineros”.

Que esa cifra ascendente también incluya a niños muertos genera una rabia distinta, dice el exfiscal Toledo.

“Cuando los infantes son las víctimas, y esas víctimas se atribuyen a efectos colaterales en la lucha por territorio entre bandas rivales, el impacto social es mayor y provoca una sensación de injusticia enorme, porque no tienen ninguna participación en el acto delictivo, sino que simplemente son víctimas silentes de la violencia y el crimen organizado”.

Sobre esa nueva realidad, el exfiscal Toledo agrega: “Han aumentado los homicidios y ha aumentado la brecha entre el número de homicidios y la resolución de los mismos. Es decir, hoy hay más homicidios sin resolver”.

Esa posibilidad, justamente, era lo que más molestaba a Dante Chacón, el padre de la niña fallecida en Maipú, cuando CHV lo entrevistó afuera de su casa.

“Yo con la rabia que tengo podría tomar la justicia por mis manos, y se lo digo hasta al Presidente, yo lo voy a hacer. Si no lo hace el Presidente, nosotros mismos vamos a tomar cartas en el asunto, aunque sea lo último que haga en esta vida, porque me quitaron todo lo que me importaba para seguir luchando en un país que se escapó de las manos”.

Llegar a un punto en que esa forma de pensar sea transversal, cree Toledo, es el riesgo más grande.

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