Reuters
7 feb 2018 10:36 AM
Rio Tinto, empresas chinas, y una vieja conocida en el Salar de Atacama, Albemarle, están detrás del 32% en la minera no metálica que busca enajenar la canadiense. Sin embargo, todas estas presentan pros y contras para la compañía.
La anglo-australiana se reunió con la máxima autoridad de la Corfo para abordar potenciales inversiones en el país.
Ello en medio del proceso de venta de la participación que la canadiense Potash tiene en la minera y de la cual debe desprenderse como parte de las condiciones para concretar su fusión con Agrium.
Credit Suisse y Rothschild están asesorando a la firma sobre la posible oferta, para lo cual la canadiense tiene hasta abril de 2019.
La minera reportó que su producción global de cobre cayó 37% el primer trimestre debido al paro de trabajadores de la mina.
La producción de cobre de la compañía descendió 37% el primer trimestre debido a la paralización en Escondida y el menor aporte del yacimiento Grasberg en Indonesia.
El objetivo del acuerdo, que rige hasta 2020, es trabajar en conjunto en el desarrollo de tecnologías de interés común.
"Si aparece alguien con una chequera grande y hace una oferta atractiva, claro que la consideraremos", dijo el presidente ejecutivo de Rio Tinto, Sam Walsh.
Lo anterior, con el objetivo de aumentar los márgenes y exprimir la capacidad adicional. La empresa pretende trasladar unos 290 millones de toneladas el año que viene en su red ferroviaria, lo que se transformaría en el mayor motor para la reducción de costos en su unidad de mineral de hierro.