Remontada épica en Melbourne: Jannik Sinner conquista el Australian Open tras una batalla de cinco sets frente a Medvedev

Jannik Sinner celebra su triunfo en Australia. Foto: Issei Kato/Reuters.

Con 22 años el italiano gana su primer Grand Slam luego de ir dos cero abajo ante el ruso, quien ya suma tres finales perdidas en la Rod Laver Arena.



Jannik Sinner (4° ATP) se hace grande en Australia. Firmó dos semanas de ensueño y conquistó su primer Grand Slam dejando en el camino a estrellas como Andrey Rublev (5°), Novak Djokovic (1°) y Daniil Medvedev (3°). Este último, su víctima en una final donde comenzó dos sets abajo. 3-6, 3-6, 6-4, 6-4 y 6-3 el marcador para la consagración del jugador de 22 años que revolucionará el circuito de aquí en adelante.

Jugar una final de Grand Slam no es fácil para nadie y ni Medvedev o Sinner escapaban de esa realidad. Para el italiano porque era su primera. Para el ruso porque ya sabía lo que era perder en dicha instancia en Melbourne. En 2021 y 2022 se quedó a un paso del título, siendo la segunda de estas la más traumática, ya que llegó a estar dos sets a cero en el duelo frente a Rafael Nadal. Pesadilla que volvió a vivir este domingo.

Esas dos historias, la del joven debutante y del sufrido campeón del US Open de 2021, se juntaron este domingo en una final acostumbrada a tener a otro jugador como protagonista. Y fue por eso mismo que el nuevo campeón apareció como el gran favorito en la previa. Eliminar a Djokovic en Australia es algo que pocos pueden contar y que inevitablemente aumentó los réditos del italiano, quien venía jugando un tenis supremo sobre el cemento azul.

Pero Medvedev es un animal silencioso. Sin ruido y con mucho sacrificio, remontando dos partidos en donde estuvo 0-2, logró llegar a su sexta final de Grand Slam. Quería su segundo título y jugó a lo que sabe. Devolvió todo lo que pudo, provocando puntos largos y el cansancio mental de un Sinner que incluso siendo uno de los grandes defensores del circuito, tuvo un momento de flaqueza en el primer set. Eso fue suficiente. El moscovita necesitó un quiebre tempranero para marcar la diferencia. Jugó con eso a favor y volvió a castigar en el noveno juego, ganando el primer set por 6-3.

La joya de Trentino-Alto Adigio no logró replicar el nivel extraordinario de la semifinal ante Djokovic en el arranque y terminó sufriendo de sobremanera ante un Medvedev que castigó todos los servicios del cuatro del mundo. El ruso estuvo mucho más afilado que el serbio hace dos días y se abrió paso con autoridad en el segundo set. Tuvo cuatro chances de quiebre en su segundo juego de devolución y quebró en el tercero y el cuarto. El chico de Candido devolvió una ruptura, pero la herida ya estaba hecha. El tipo de la ropa Lacoste y raqueta Tecnifibre no estaba para sorpresas (al menos eso parecía). Volvió a clavar un 6-3 y quedó a seis juegos de su segundo grande.

Situación soñada para muchos, pero no definitiva y Daniil eso lo sabe. Estuvo en la misma posición, en ese mismo estadio, hace dos años y el título se le escapó entre los dedos ante un Nadal que terminó levantando su grand slam 22. De seguro el 6-2, 7-6, 3-2 y triple punto de quiebre que tuvo en aquella oportunidad volvió a dar vueltas en su cabeza.

REUTERS/Tracey Nearmy

Sinner en cambio, entendía que en el tercer set tenía que dar un paso adelante. Seguir igual era entregar su primer grande sin dar batalla. Subió a un 68% de primeros servicios en sus primeros cinco juegos de saque y ganó el 89% de ellos. En el primero solo había conseguido 54% con 80% de efectividad y en el segundo un 65% con la mitad de esos puntos como ganados. Aquella alza evitó los quiebres y le dio el oxígeno necesario para ganar el set tras un décimo juego extremadamente trabado.

Y con la confianza a tope, el guion cambió. La derecha explosiva de Jannik comenzó a causar estragos y los fantasmas de Medvedev dijeron presentes. Mientras uno subía en intensidad y precisión, el otro ya erraba más golpes y perdía ritmo en las piernas. Pese a aquello las diferencias fueron mínimas en en el cuarto set. Todo se definió nuevamente en el décimo juego y con el tres del mundo al servicio. La final se extendía hasta el quinto set, algo que no pasaba en Australia desde 2022 cuando Daniil sufrió (hasta la de hoy) la derrota más dura de su carrera.

Perder cuatro finales de grand slam ante Djokovic y Nadal es algo muy distinto a caer derrotado estando 2-0 frente a Sinner, por más que el italiano haya dejado claro que su nombre estará en lo más alto del tenis de aquí en adelante. Medvedev sufrirá, pero no todo es su culpa. La estrella de la nueva generación jugó un tenis espectacular desde el tercer set y mostró espíritu de leyenda. Es especial y ya nadie puede decir lo contrario. ¿Señal de aquello? es el campeón del Australian Open más joven desde Novak Djokovic en 2008.

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