Tras Supermartes, Trump y Biden miran más hacia noviembre

Cartel de campaña de Donald Trump en Yemassee, Carolina del Sur. Foto: Reuters.

Los candidatos más seguros a la próxima presidencial norteamericana están afilando sus estrategias. Biden estaría presionando en privado por un enfoque mucho más agresivo para 2024: "Ir por la yugular de Trump".


El menos súper de los Supermartes. Con 15 estados que acudieron a las urnas para votar en primarias, esta vez hubo muy poca expectación respecto al resultado. Por un lado, Biden competía casi en solitario, y lo único que podría “hacerle sombra” a su nominación como candidato presidencial es la cantidad de “sin preferencias” que aparezcan en los conteos de voto. Desde luego, nada que arriesgue su lugar en la papeleta de noviembre.

Eso es lo normal para un presidente en el cargo. Lo que no es normal es que, incluso en la oposición, las cosas parezcan decididas con tanta antelación: hasta ahora, en todas las primarias republicanas anteriores (excepto la de Washington), Donald Trump ha vencido a Nikki Haley, la única candidata a la nominación que todavía no se rinde ante el magnate. Con este panorama, las nominaciones de Trump y Biden parecerían inevitables, y eso lo refuerzan las encuestas.

Curiosamente, sigue siendo muy temprano para conseguir la “nominación matemática”. El umbral de “la mitad más uno” de delegados en cada partido se puede superar si todo sale al 100% para ambos candidatos, el 12 de marzo para Donald Trump y el 19 de marzo para Biden. Sea cual fuera el caso, podrían ser unas primarias particularmente rápidas.

Joe Biden en un evento en la Casa Blanca. Foto: Reuters.

Ayer se llevaron a cabo elecciones primarias republicanas en 15 estados, incluyendo los dos más poblados: California y Texas. Además se realizaron elecciones en el territorio de la Samoa Americana. Con 865 de los 2.429 delegados decidiéndose, el “Supermartes” es el día más importante de las primarias republicanas. Además de los territorios citados, se realizaron votaciones similares en Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont y Virginia, y se desvelarán los resultados de Iowa.

Ha habido Supermartes más reñidos. En la ocasión pasada, para la carrera electoral 2020, el actual presidente Joe Biden tenía una pelea que ganaba con amplitud, pero que no estaba del todo segura, contra Bernie Sanders. En el correspondiente Supermartes, Biden ganó 10 estados, pero Sanders ganó 4, incluyendo la poblada California, coronando una jornada de alta tensión.

Del lado demócrata, Sanders hace unos meses que ya dio su apoyo a Joe Biden, optando más por mantener el partido unido frente a un posible rival mayor: Donald Trump. Del lado republicano, Nikki Haley es hoy el único oponente del magnate, y a pesar de tener pocas opciones de llegar a la papeleta de noviembre, aseguró que sigue en carrera “porque los votantes tienen el derecho a hacer una elección real, no una elección soviética con un solo candidato”.

Con las cosas así dadas, Joe Biden y Donald Trump no están tan atentos a sus primarias, sino que buscan qué piezas mover para su posible gran final, el primer martes de noviembre. En una nota reciente de Axios, se conoció que Biden estaría definiendo su estrategia para ganarle al más probable rival, convencido de que pondrá nervioso a Trump si se burla de él a diario.

El medio norteamericano señaló: “Biden les ha dicho a sus amigos que cree que Trump es tambaleante, tanto intelectual como emocionalmente, y que explotará si Biden lo incita y lo incita sin piedad: ‘se vuelve loco en público’, como lo expresó un asesor. Otras fuentes nos dicen que Biden está buscando pelea”.

Según señalan desde el medio, la estrategia ya no estaría en hablar sobre “las terribles consecuencias” de un futuro mandato de Trump. En lugar de centrarse en el empleo y la economía, ambas áreas en las que las encuestas sugieren que los estadounidenses no le están dando mucho crédito, Biden haría que la contienda se centrara tanto en Trump como en sus propios logros.

Joe Biden y la primera dama, Jill Biden, en la Casa Blanca. Foto: Reuters.

Una posible ventaja de este enfoque: ayudaría a disipar las preocupaciones sobre la edad de Biden al demostrar que, a sus 81 años, todavía puede lanzar golpes en la arena política. De todos modos, habrá que estar atento al discurso del Estado de la Unión, que tendrá lugar este jueves, para ver si Joe Biden mostrará esa agresividad en instancias institucionales, o las reservará para el Joe Biden candidato.

Lo que sí se sabe es que, en el último tiempo, Joe Biden ha ido provocando a Trump llamándole “perdedor” en varias ocasiones. En una reciente entrevista al New Yorker, el Presidente aseguró: “Soy el único que lo ha vencido. Y lo venceré de nuevo”.

Por parte de Trump, este lunes la Corte Suprema falló unánimemente para permitir que esté en la papeleta de noviembre, luego de que algunos estados intentaran excluirlo. Con ese primer triunfo en los tribunales, empieza una etapa crítica para su campaña. Marzo empezó con el Supermartes y terminará con la selección del jurado en su primer juicio penal, en Nueva York, por pagos secretos a una estrella de cine pornográfico en 2016. Mientras tanto, se espera que Trump consiga efectivamente la nominación, tomando así el control operativo del Comité Nacional Republicano.

Refiriéndose a la campaña de Biden, Chris LaCivita, uno de los grandes jefes de la campaña de Trump, indicó: “Cualquier ventaja que tengan ellos en tiempo, nosotros la vamos a sobrepasar por la pasión de nuestros seguidores y nuestra habilidad de organizarse. Los otros tienen un problema de motivación, nosotros no”.

En esa dirección, precisamente este viernes se reúne en Texas el Comité Nacional Republicano, y se espera que ratifique a Michael Whatley, un escogido por Trump, como el presidente del partido. “Tendremos el control al 100% de las mecánicas que necesitamos”, dijo LaCivita. Desde el New York Times aseguran que el expresidente seguirá enfocando su discurso en la economía y la inmigración, además de protestar contra el uso como arma del Estado contra él. Esto último, considerando la cantidad de juicios que seguirá enfrentando.

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