Las claves del fallo que lapidó el “liderato” de Llaitul en la Macrozona Sur y que lo sentencia a pasar 23 años en la cárcel

Mario Quilodran/Aton Chile

El exlíder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul, fue condenado a más de 20 años de cárcel como autor de delitos de orden público bajo la Ley de Seguridad del Estado, además de hurtos y atentados contra la autoridad. La Fiscalía Regional de La Araucanía logró demostrar que el acusado incentivó la realización de más de 50 ataques incendiarios.


La tarde del 22 de agosto del 2022 Héctor Llaitul Carrillanca (56) ingresó a un restaurant en la comuna de Cañete, Región del Biobío, para almorzar. Minutos más tardes, quien fuera uno de los fundadores y líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) sería detenido por funcionarios de la PDI. Ese sería el último día de libertad del también vocero de la organización y el inicio de la caída de quien este martes fue condenado a 23 años de cárcel.

La detención de Llaitul hace casi dos años se materializó tras una extensa y compleja investigación llevada adelante por la Fiscalía Regional de La Araucanía, la que desde el 2021 ya tenía las comunicaciones intervenidas del líder de la CAM. Llamadas que -entre otras cosas- fueron clave como parte de las pruebas que este martes permitieron que el Tribunal Oral en lo Penal de Temuco lo condenara a 15 años como autor delito consumado y reiterado contra el orden público, contemplado en la Ley de Seguridad del Estado; 5 años como autor del delito consumado de hurto (más el pago de 11 UTM) y 3 años como autor del delito consumado de atentado en contra de la autoridad.

Tras el término de la audiencia, el fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido aseguró que “el señor Llaitul declaró la guerra al Estado de Chile y le declaró la guerra a personas de la Región de La Araucanía”. En esa línea, el persecutor regional sostuvo que el líder de la CAM “atacó a personas inocentes, trabajadores, víctimas que declararon en el juicio, que dieron cuenta de cuál era la afectación que ellos sufrían. Respecto de eso es que se ha dictado hoy día una sentencia condenatoria”, sostuvo.

“Creo que es una sentencia muy importante, marca un precedente relevante en la persecución de las orgánicas criminales que ocurren en la Macrozona Sur y en ese sentido creo que podemos estar satisfechos del trabajo realizado”, remarcó el fiscal regional.

Mario Quilodran/Aton Chile

La condena del líder de la CAM generó una serie de reacciones en el mundo político. Desde el gobierno, la ministra del Interior Carolina Tohá aseguró que la condena es “una señal de que el Estado de Chile le está cerrando la puerta por todas las vías a la violencia como forma de procesar los conflictos”. Además, aseguró la sentencia “está mostrando que hay otros caminos para hacerlo a través de la paz, a través de la institucionalidad, a través del diálogo”.

El delegado presidencial de la Región de La Araucanía, José Montalva, afirmó que “creemos que este es un mensaje muy claro a la no impunidad”. El gobernador regional, Luciano Rivas, sostuvo por su parte que “terroristas como Llaitul no deben salir más de la cárcel. Si es necesario construir una mega cárcel para ellos, estamos disponibles en la Araucanía a debatirlo”.

Desde el mundo privado, el presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), Juan José Ugarte, también valoró la sentencia: “se ha llegado a la verdad jurídica y descorrido el velo”, sostuvo.

La acusación

El juicio en contra de Héctor Llaitul, el cual se extendió por casi dos meses, comenzó luego de que la Fiscalía lo acusara de cinco hechos. El primero de estos porque el líder de la CAM, tras el juicio de otro comunero el 2021, hizo llamados a la alteración del orden público.

“Las declaraciones de Héctor Llaitul incitan, promueven y fomentan a otros a una lucha contra las forestales, toda vez que tales expresiones motivan a la realización de una serie de conductas que implica destrucción”, sostuvo la Fiscalía ante el tribunal. En esa línea, también agregó que “la defensa de estos métodos violentos cumple con la idea de apología, con una incitación indirecta, específicamente, con la referencia a enfrentamientos armados futuros”.

Lectura de sentencia en contra de Héctor Llaitul.

A juicio de la Fiscalía, los llamados a alterar el orden público, penados bajo la Ley de Seguridad del Estado, generaron 54 atentados en diferentes zonas de la Macrozona Sur. Ataques que se materializaron, entre otras cosas, con atentados incendiarios y toma de terrenos.

“Héctor Llaitul no sólo hace el o los llamamientos que les imputamos, no sólo hace la apología de la violencia, sino que además es quien decide, donde, cuando, quienes y con qué tipo de armamento se cometerán los atentados incendiarios y luego es quien define a quien o donde se envían los comunicados de prensa” expuso la Fiscalía.

Esto último es otro de los hechos clave por los cuales la Fiscalía acusó al líder a la CAM, a quien el tribunal también lo condenó por la usurpación de fundos en la Región de La Araucanía. Predios agrícolas desde donde también Llaitul habría extraído la madera.

Ante el tribunal, el Ministerio Público sostuvo que “en estas actividades de ocupación del predio se enmarcan dentro de las acciones de control territorial promovidas por el imputado, participó activamente Héctor Llaitul, a través de coordinaciones, concurrencia al predio, la ocupación del mismo y ataque a Carabineros”.

Las pruebas contra Llaitul

Para lograr la condena de más de 20 años, la Fiscalía tuvo que presentar una serie de pruebas en contra del líder de la CAM. Una de las diligencias claves que permitieron condenar al vocero de la organización fueron las escuchas telefónicas, las que permitieron recoger más de 200 mil datos de este tipo de comunicaciones.

En estas escuchas Llaitul realizó una serie de coordinaciones con los otros miembros de la organización, habló respecto de los ataques en los que participaron y dio cuenta de la utilización de armas de fuego en estas acciones. Además, desde el teléfono del líder de la CAM también se pudo recoger una serie de imágenes y videos de los atentados a los cuales él hizo llamados y también participó.

Fotografías obtenidas desde el celular de Héctor Llaitul.

Para la Fiscalía, estas pruebas “da cuenta de valiosa información del acusado, imágenes e incluso fotografías que él mismo tomó desde diferentes lugares, sus conversaciones por aplicaciones Signal y WhatsApp (...) vimos diversas fotografías con armas de fuego largas y cortas, tomadas según los metadatos del celular del propio acusado, videos de atentados, fotografías en donde el imputado porta un fusil AKA, otro en donde viste chaleco antibalas y una pistola, en otra un fusil M-16″.

Durante el juicio también se expuso como pruebas claves las citas en la prensa y redes sociales de sitios web vinculados a la causa mapuche, en los cuales el líder de la organización hacía un llamado a realizar atentados en contra de las forestales y que incidieron en los desórdenes públicos. En esa línea, también se consideraron los comunicados de prensa que la CAM publicó reivindicando los atentados. También se presentaron los registros de entrevistas que realizó desde los propios fundos tomados.

Otra de las pruebas que presentó la Fiscalía y que fueron parte de los antecedentes para condenar al líder de la CAM, están los testimonios entregados por testigos -varios de ellos protegidos- de los que dieron cuenta de cómo Llaitul habría participado en los hechos. Uno de los testigos, incluso pudo situar al líder de la organización en uno de los ataques.

Fotografías obtenidas desde el celular de Héctor Llaitul.

En el juicio también se presentaron imágenes que vincularon la reivindicación de la CAM en los diferentes atentados, los cuales se pudieron obtener por medio del análisis de las fotografías de los lienzos de estos hechos.

La caída del líder de la CAM

Pese a que este último golpe de la justicia en contra de Llaitul lo condena a más de 20 años de cárcel, este no es su primer paso por los tribunales. Y es que el líder de la CAM comenzó a militar en grupos subversivos mientras cursaba la carrera de trabajo social en la Universidad Católica de Valparaíso, a fines de los ochenta y en medio de la dictadura.

En ese contexto, militó en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y luego en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Por aquel entonces, el ahora condenado a 23 años de cárcel era conocido como “comandante Héctor y ‘El Negro’”. En 1988 fue detenido por Carabineros y denunció haber sido torturado, lo que significó que el Estado fuera condenado el año pasado a pagar $200 millones tras haber sido sometido a apremios ilegítimos.

11.07.2017. Hector Llaitul Vocero CAM, en Seminario en Temuco. Seccion nacional. Foto Richard Ulloa / La Tercera

Otra de las veces por las cual el padre de cuatro hijos, dos de ellos también en prisión, estuvo preso fue luego de que la justicia lo declarara culpable de haber atentado en contra del fiscal Mario Elgueta en Tirúa el 2008, pasando cinco años en la cárcel.

En los grupos subversivos durante la dictadura, Llaitul estuvo ligado hasta 1993, cuando comenzó a involucrarse en la causa mapuche. En 1998, el condenado este martes, junto a un grupo de comuneros, fundaron la Coordinadora Arauco Malleco (CAM). Rol que habría aumentado con el tiempo hasta llegar a ser el líder de la organización.

De su vinculación a este grupo, el comunero dio cuenta en el libro que escribió junto a Jorge Arrate, “Weichan: Conversaciones con un weichafe en la prisión política”. En este texto, Llaitul sostuvo que “yo no soy un jefe militar, soy un dirigente ideológico y político. Este estigma de jefe militar me lo cuelgan para desvirtuar la lucha mapuche y criminalizarla”.

Ricardo Ulloa/Aton Chile

Durante el juicio es precisamente ese rol el que Llaitul dijo tener en la CAM. Sin embargo, a juicio de la Fiscalía, el comunero no era un simple vocero de la organización, sino que “él organiza, gestiona personas y armamento; en concreto el no sólo hace los llamados a actuar y luchar frontalmente, sino que tiene conocimiento, previo, coordina, define medios, para luego de recibir los reportes, redactar y difundir diversos comunicados con adjudicaciones”. Todo lejos de un rol de vocero, sino más bien el de líder.

Pero la condena a 23 años de cárcel de Llaitul también abre otra interrogante para los investigadores. ¿Qué pasa con la CAM tras la sentencia en contra de su líder? El fiscal Garrido dio algunas luces de aquello: “Es probable que continúen en la misma senda y por eso nuestro desafío es reorganizarnos también”.

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