Keiko Fujimori acude a la figura de su padre en la recta final de su campaña

La candidata presidencial peruana por el partido Fuerza Popular, Keiko Fujimori, asiste al mitin de clausura de su campaña este jueves en el distrito de Los Olivos en Lima. Foto: AFP

La líder de Fuerza Popular ha tenido un desempeño sombrío en las encuestas, a diferencia de lo que ocurría en las campañas de 2011 y de 2016.


Recorriendo las calles de Lima de norte a sur en una caravana y reforzando su mensaje de “mano dura para volver a rescatar a Perú”, Keiko Fujimori cerraba este jueves su campaña en el barrio de Villa El Salvador, para luego sostener un mitin virtual. De la misma forma se esperaba que los otros 17 candidatos que disputan la presidencia de Perú en las elecciones de este domingo concluyeran oficialmente sus campañas durante la jornada.

La eterna candidata de Fuerza Popular, que se presenta por tercera vez a presidenciales, ha tenido una campaña más bien sombría. Si bien los sondeos la ubican con un 8% de intención de voto, existe el consenso de que en los comicios de este domingo no está todo dicho. De hecho, un estudio del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), dado a conocer el fin de semana por el diario La República, la mostró encabezando la intención de voto con 9,8%, junto con el candidato de Avanza País, Hernando de Soto.

Atrás parece haber quedado la época de gloria de la política de 45 años, cuando en sus campañas gozaba de un buen desempeño electoral, como ocurrió en 2011 o en 2016. En esta última elección, Fujimori ganó la primera vuelta con un 39,86% de los votos y luego en el balotaje perdió la presidencia frente a Pedro Pablo Kuczynski: por 49,88% contra 50,12%. Este año su candidatura está lejos de concentrar el interés y el respaldo de los peruanos, de hecho, según algunos sondeos, es la aspirante que concentra el mayor porcentaje de rechazo: 62%.

Simpatizantes participan en el acto de clausura de la campaña de la candidata presidencial Keiko Fujimori, este jueves, en Lima. Foto: Reuters

Su campaña se ha visto ensombrecida debido al descrédito que sufrió como líder de la oposición peruana al propiciar la caída del gobierno de PPK en 2018 -hito que para muchos en Perú derivó en la actual crisis que sufre el país-, como también por el paso de una temporada en prisión acusada de lavado de dinero al recibir aportes de Odebrecht para su campaña de 2011. En este sentido, sus problemas aún no han terminado. A mediados de marzo, un fiscal solicitó 30 años de cárcel para Fujimori y la disolución de su partido por supuestamente lavar dinero de la constructora brasileña.

Según algunos analistas, Keiko provocó una debacle al interior de su partido, Fuerza Popular, que ya no ostenta la mayoría en el Congreso. Aquello explicaría, en parte, el “antivoto” respecto de su candidatura. Durante su campaña ha prometido “mano dura”, aunque ha recalcado que aquello “no es dictadura, sino que una ‘demodura’”.

Como estrategia de campaña la candidata ha decidido recurrir a la figura de su padre, Alberto Fujimori, quien cumple una condena de 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad. “Yo ratifico en que el tema de mi padre, si es que se me da la confianza, yo voy a indultar a mi padre”, afirmó en diálogo con el canal Latina desde Piura. El exmandatario debería estar en la cárcel hasta 2032.

Alberto Fujimori es aún una figura que divide a Perú. Sus simpatizantes lo recuerdan como un líder de mano dura que salvó al país del terrorismo. Pero sus detractores dicen que fue un dictador que disolvió el Congreso en 1992, juzgó a sus enemigos de movimientos rebeldes ante tribunales encapuchados y violó los derechos humanos para mantenerse como presidente durante una década.

“Agradezco a mi padre no solo por el cariño que se siente, sino también por su respaldo político. Él me da consejos, sin duda, pero él no va a ser funcionario, eso sí quiero aclararlo. Para mí es un motivo de orgullo tener el consejo de mi padre”, señaló. Como si fuera poco, la prensa ha destacado que Keiko ha defendido la Constitución de 1993, escrita en el gobierno de su padre, y que candidatos como Yonhy Lescano, de Acción Popular, han prometido cambiarla en caso de ser elegido presidente. “¿La Constitución de 1993 qué generó? Paz y prosperidad”, afirmó.

La candidata presidencial Keiko Fujimori saluda a sus partidarios en Lima. Foto: Reuters

Para el analista peruano Fernando Tuesta, Keiko “ya es una candidata constante”. “Esta es su tercera candidatura presidencial, pero ha ido zigzagueando. El año pasado se distanció de Alberto Fujimori, pero hoy se acercó nuevamente a él, reivindicando el período pasado. Tiene un núcleo duro de votos, pero no entusiasma más. Es como si hubiera pasado ya el momento del fujimorismo”, indicó a La Tercera.

Mientras que para Luis Benavente, director de la encuestadora Vox Populi, Keiko “representa lo opuesto al cambio”, que es lo que piden los peruanos.

Para los observadores de la política peruana, el problema que enfrenta Keiko Fujimori en la actualidad es la fragmentación del fujimorismo, que se encuentra dividido en tres, y eso explicaría el bajo apoyo que tiene en las encuestas. Así, están quienes la respaldan, quienes le dan su apoyo al candidato de Avanza País, Hernando de Soto, y los que se inclinan por el aspirante de Renovación Popular, Rafael López Aliaga.

En este sentido, la misma Keiko Fujimori ha pedido a De Soto que “deje de piratear los logros de Alberto Fujimori” y le recordó que él fue “solo un asesor” del gobierno de su padre. “Hemos escuchado no solo en el debate atribuirse logros del gobierno de mi padre (Alberto Fujimori), sino en una entrevista internacional señalando que él convirtió a mi padre, que era un hombre de izquierda. La verdad me parece tan absurdo”, manifestó la candidata de Fuerza Popular en el programa Ampliación de Noticias, de la emisora RPP.

La líder de Fuerza Popular también ha criticado a López Aliaga por sus declaraciones contra una periodista. “Sabemos que le gusta pelearse con todos los periodistas, sabemos que es parte de su campaña, pero tiene que ser respetuoso con las mujeres”, indicó.

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