Phoenix en Lollapalooza Chile 2024: garantía de diversión

Phoenix en Lollapalooza Chile 2024: garantía de diversión. Fotos: @GARYGOPHOTO / @CASIMARIA

A diez años de su debut en la versión chilena del festival, la banda francesa se erigió como uno de los números más redondos de la jornada de cierre. Le cargaron la mano a sus mayores éxitos y volvieron a demostrar que son uno de los grupos más fiables para este tipo de instancias.


La última vez que Phoenix estuvo en Chile fue en noviembre de 2017. En calidad de plato fuerte de Fauna Primavera, la agrupación salió cerca de la medianoche a cerrar uno de los escenarios principales y no defraudaron: brindaron un impecable show sostenido en Ti amo (2017), el álbum que venían de estrenar, y Wolfgang Amadeus Phoenix (2009), su imbatible cuarto disco de estudio.

Siete años después, y con un nuevo LP bajo el brazo (Alpha Zulu, 2022), la banda liderada por Thomas Mars selló su retorno al país con una presentación en Lollapalooza Chile. Programados en el penúltimo turno del Cenco Malls Stage, los oriundos de Versalles arrancaron su espectáculo con Lisztomania y Entertainment. Un doblete que prácticamente cualquier grupo contemporáneo desearía tener en su catálogo para ejecutar en sus primeros minutos en vivo. Hits de pop rock que en manos de Mars y compañía siguen sonando frescos y contundentes, sin importar el contexto ni el paso del tiempo.

Lasso y Too young (pegada con Girlfriend) les permitieron alargar un inicio impecable, evocando los mejores recuerdos de sus diversas visitas a Santiago, incluyendo su debut en la versión nacional de Lollapalooza, en marzo de 2014, acaso una de las ediciones más descollantes de toda la historia del evento.

Phoenix es un conjunto en el que cada uno de sus integrantes desempeña su tarea con calificación destacada: Christian Mazzalai y Laurent Brancowitz en las guitarras, Deck d’Arcy en el bajo y los teclados, y Thomas Mars en la voz. Los cuatro miembros estables cuentan, como de costumbre, con el respaldo en batería del gran Thomas Hedlund, mientras que Robin Coudert asume la percusión y teclados.

Alpha Zulu, una canción rica en texturas en su versión de estudio, es interpretada con aplomo por todos los músicos. La buena acogida del primer single de su disco más reciente le permite al frontman de la agrupación recordarle al público que han pasado nada más y nada menos que diez años desde que se presentaron por primera vez en la versión chilena de Lollapalooza. En aquella ocasión Bankrupt! (2013) fue el álbum que sostuvo su set de 75 minutos. Este domingo, en cambio, consagraron la mayor parte de sus 60 minutos (finalmente fueron cerca de 55) a sus éxitos desprendidos de su disco lanzado en 2009.

Tras Ti amo y Armistice, Mars hizo hincapié en los 25 años que han transcurrido desde que crearon If I ever feel better, una de las joyas de su primer LP, United (2000), y se detuvo por un segundo en la bella postal que se configuraba en ese horario: los últimos rayos de sol caían sobre el escenario mientras cantaban ese tema que marcó sus orígenes como banda. Pegaron esa canción con Funky Squaredance, un infaltable de su repertorio en vivo, que nuevamente les permitió apelar a su veta más rockera.

En ese momento decidieron incluir el segundo tema emanado de su trabajo más reciente, Tonight, una composición que originalmente es interpretada junto a Ezra Koenig (líder de Vampire Weekend). Los que prematuramente abandonaron el escenario durante ese tramo se perdieron un cierre vibrante, con Rome, Trying to be cool / Drakkar Noir (donde Mars se calzó unos binoculares) y 1901.

Cuando se pensaba que se retirarían con un show bastante más corto de lo anunciado, Mars bajó del escenario y se dirigió hasta el público. Tenía contemplado realizar uno de sus gestos favoritos para cada oportunidad en que toca en vivo junto a sus compañeros: lanzarse sobre el público y permitir que los asistentes lo llevaran hasta donde se les antojara (el conocido crowd surfing que tanto goza).

Durante su viaje por la masa lo mojaron, lo tironearon y le dieron de probar de diversos vasos. Partió en el sector más alejado del escenario y terminó casi al lado. La euforia se prolongó por varios minutos y sólo volvió junto a sus colegas para dedicar un último saludo a sus seguidores.

Fue una conclusión vibrante para uno de los números más redondos de la última jornada de Lollapalooza. Afortunadamente, para el siguiente concierto de Phoenix en el país no tendrán que pasar otros siete años, sino que apenas un día: este lunes 18 el grupo concederá un sideshow en el Teatro Coliseo (entradas a la venta por Puntoticket).

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