Jamaica Kincaid, Anne Carson y Can Xue: las apuestas del Premio Nobel de Literatura

La escritora Jamaica Kincaid, nacida en Antigua y Barbuda.

La Academia Sueca da a conocer este jueves el nombre de un nuevo ganador. Tras la polémica provocada en 2019 por la distinción del austríaco Peter Handke, se espera que este año el premio no esté sometido a polémica. Las apuestas parecen favorecer a una autora no europea.


En los imprevisibles pronósticos en torno al Premio Nobel de Literatura parece haber cierto consenso: Haruki Murakami no ganará. No es por un asunto de méritos: la obra del novelista japonés tiene innegables virtudes literarias, notoriamente superiores a varios premiados. Pero exhibe también ciertos aspectos eventualmente problemáticos para la Academia Sueca: es demasiado popular, es demasiado occidental, o insuficientemente japonés, y sus fantasías oscuras suelen alivianarse con escenas ligeras: un vaso de whiky, algo de jazz y sexo.

De los cinco premios creados por voluntad de Alfred Nobel, el de Literatura es por lejos el más popular, y el más controvertido. Entregado desde 1901, ha premiado a 116 autores, mayoritariamente hombres (101), europeos y blancos. En la nueva entrega que se da a conocer este jueves, hay quienes estiman que esa tendencia podría variar.

Nacida en Antigua y Barbuda en 1949 y radicada en Estados Unidos, la escritora Jamaica Kincaid es uno de los nombres que concita favoritismo. Autora de novelas que giran en torno a temas de raza y género, ha publicado una decena de títulos, entre ellos Autobiografía de mi madre, Mi hermano y Lucy, editados en Chile por el sello Lom.

“Esa sería una elección brillante en todos los sentidos”, dijo a The Guardian Björn Wiman, editor de cultura del periódico sueco Dagens Nyheter. “Este premio da legitimidad al autor ganador y a las opiniones de este autor. Es por eso que tanta gente estaba tan disgustada el año pasado con las opiniones tan turbias de Handke sobre el genocidio en Bosnia, y es también por eso que un premio para Kincaid este año sería en el momento adecuado”, agregó.

Suspendido en 2018 por el escándalo sexual en torno al esposo de una de las académicas, condenado por violación, el premio retomó el año pasado premiando a dos autores. Entonces se esperaba que tras la vergüenza pública, la Academia buscaría recuperar su reputación con un fallo inobjetable, que diera muestras inequívocas de calidad literaria, diversidad de género y geográfica.

De algún modo, la premiación de Olga Tokarczuk, notable escritora polaca, respondió a esas esperanzas. Pero el galardón al austríaco Peter Handke, un gran escritor simpatizante de Slobodan Milosevic, responsable del genocidio en Bosnia, fue recibido como una ofensa en los Balcanes y generó nuevos cuestionamientos hacia la Academia. Para algunos, fue un riesgo calculado.

“Creo que los miembros de la Academia estaban encantados de que resultara tan controvertido, ahogando así controversias anteriores y ampliando la brecha entre la Academia, involucrada solo en la búsqueda de la belleza abstracta, y los medios de comunicación, preocupados por cosas más terrenales”, especula el poeta y crítico Kristoffer Leandoer, ex miembro del Comité Nobel.

Con el recuerdo de la controversia aún fresco, el editor Björn Wiman piensa que este año la Academia evitará otro episodio conflictivo. “Le darán el premio a una autora, que no es europea y que es, en el sentido político, ideológico y de apariencia, lo opuesto a Handke”, afirma.

Junto con Jamaica Kincaid destaca también Anne Carson, la poeta canadiense y reciente ganadora del Premio Princesa de Asturias. Nacida en Toronto en 1950, la autora de La belleza del marido cultiva también el ensayo y es profesora de literatura clásica. La Academia no distingue a un poeta desde 2011.

La poeta canadiense Anne Carson.

Con ellas, figuran la novelista británica Hilary Mantel, autora de una celebrada trilogía sobre Thomas Cromwell (En la corte del lobo, Una reina en el estrado, El trueno en el reino); la francesa Annie Ernaux, autora de una obra de raíces autobiográficas ganadora del Premio Formentor (Una mujer, La mujer helada, Pura pasión); la china Can Xue, hija de una familia perseguida por el régimen, historia que ha delineado su obra (Dialogues in Paradise); la rusa Ludmila Ulítskaya, autora de relatos, obras de teatro y novelas, Premio Médici por Sóniechka, y la escritora francesa nacida en Guadalupe, Maryse Condé, autora de una vasta obra (Corazón que ríe, corazón que llora; La vida sin maquillaje) y ganadora del Premio Nobel alternativo en 2019.

Las apuestas alcanzan también a la novelista canadiense Margaret Atwood y a las norteamericanas Joyce Carol Oates y Joan Didion.

Desde luego, también están los eternos candidatos: el keniata Ngugi Wa Thiong’o, el coreano Ko Un, el chino Yan Lianke, el israelí Amos Oz, el checo Milan Kundera, el noruego Jon Fosse, y los norteamericanos Don DeLillo, Thomas Pynchon y Cormac MacCarthy.

De habla hispana, se menciona al español Javier Marías y Homero Aridjis de México. Entre las excentricidades están Michel Houellebecq y Stephen King.

Y acaso como un espejismo, entre la realidad y la ficción, también Haruki Murakami.

El escritor japonés Haruki Murakami.

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