Tarde y confuso




La determinación del Frente Amplio (FA) de apoyar a Alejandro Guillier llegó tarde y, lo peor, fue confusa. ¿Qué no hubo tal apoyo? La declaración que sacaron indica que sí: después de precisar que no son dueños de los votos que recibieron en primera vuelta y que la gente es libre de decidir -una obviedad-, expresa que "esperamos que quienes nos apoyaron concurran a las urnas este 17 de diciembre" y luego les recuerda a éstos que "Sebastián Piñera representa un retroceso" en todo lo que importa al movimiento. De acuerdo a la lógica, si se llama a concurrir a votar y se proclama que no se debe hacer por uno de los dos candidatos, entonces se está llamando a sufragar por el otro. Pero eludieron manifestarlo; un típico juego de piernas propio de la política que dicen aborrecer.

¿Por qué actuaron así? Hay más de una razón posible. Que en el fondo les conviene que gane Piñera, lo que precipitaría el ocaso de la Nueva Mayoría y pasarían a ocupar su lugar, su verdadero objetivo político, algo que sin embargo es difícil reconocer abiertamente. O que son un grupo tan heterogéneo que es imposible que concuerden posiciones nítidas, sin provocar reyertas que los desangren. O bien, que temieron ser accionistas de una eventual derrota de Guillier.

Cualquiera sea la razón, no jugarse claramente puede que no sea gratis. Primero, porque si bien es cierto que el ciudadano toma sus propias decisiones, resulta sorprendente que un movimiento político renuncie a influir u orientar con claridad a sus bases de apoyo. Eso es negar el objetivo primordial de tales organizaciones y al objetivo de lograr poder político. Entonces, si finalmente Guillier gana, no podrán atribuirse la calidad de partícipes del triunfo, como no sea argüir que matemáticamente sin sus votantes no se hubiera logrado, cuando se negaron a motivarlos efectivamente a dar la victoria. Más aún, si no aparecen liderando a sus votantes, existirá la duda que el FA mantenga el favor de éstos en futuras elecciones y no será tan atractivo negociar con su flamante bancada en el Parlamento. Menos aún, si la Nueva Mayoría sospecha que siempre tendrán un cuchillo bajo el poncho.

A lo anterior se agrega que llegaron bastante tarde con su equívoca declaración, lo que demuestra que no tienen sentido de oportunidad política. Pasaron casi dos semanas para mostrar solo una "pseuda posición", cuando seguramente los ciudadanos ya habían decidido que sí irían a votar y por quién. La demora la presentan como una nueva forma de hacer las cosas -primero hay que consultar a las bases-, que en realidad puede ocultar una incapacidad de acordar una posición común (basta ver el encontrón Boric/Jiles).

Sostengo que se está sobrevalorando el resultado obtenido por el FA. Lograron el 16,5% en la elección de diputados, no despreciable, pero está por verse si sabrán administrar y acrecentar ese activo. Si no se muestran capaces pronto, valdrá muy poco.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.