Qué es una obstrucción intestinal, la afección que dejó a Raquel Argandoña hospitalizada

Qué es una obstrucción intestinal

De acuerdo a un urgenciólogo, ante la sospecha de tener este problema de salud, la señal más clara es el dolor abdominal. "Puede manifestarse de diferentes formas, pero siempre está, es constante”, asegura.


Hace unos días trascendió que Raquel Argandoña estaba atravesando por un delicado estado de salud.

La conductora se encontraba de viaje por México cuando comenzó a sentir intensos dolores estomacales. En su regreso a Chile, tuvo que ser hospitalizada de urgencia luego de que identificaran cuál era el problema: una obstrucción intestinal, afección que la obligó a someterse a una intervención quirúrgica.

No es la primera vez que la animadora de Tal Cual enfrenta este problema de salud, pues en 2021 también tuvo que realizarse una operación por la misma razón.

Qué es una obstrucción intestinal

La obstrucción intestinal corresponde a una alteración o bloqueo del tránsito normal que tiene el intestino, lo que se traduce en que alimentos, líquidos o gases no puedan circular. Puede ocurrir tanto en el intestino grueso como delgado, así como solo en una parte o de manera completa.

“En la población que nunca se ha intervenido quirúrgicamente o se ha operado el abdomen, es muy baja la probabilidad de tener este problema”, dice a La Tercera Ricardo González, urgenciólogo de la Clínica Alemana.

En ese sentido, algunas de las causas que pueden provocar esta complicación de salud son:

  • Bandas de tejido cicatricial, que se forman luego de haber pasado por una cirugía abdominal o pélvica.
  • Hernias.
  • Tumores.
  • Cálculos biliares.
  • Cáncer de colon.
  • Vólvulo intestinal.
En una obstrucción intestinal, los alimentos y líquidos no pueden circular con normalidad.

Cuáles son los síntomas de una obstrucción intestinal

De acuerdo a González, ante la sospecha de tener este problema la señal más básica es el dolor abdominal, que “puede manifestarse de diferentes formas, pero siempre está, es constante”.

“Los pacientes también podrían presentar distensión abdominal, es decir, que sienten el abdomen muy abultado. Obviamente es porque el intestino está creciendo”, cuenta el urgenciólogo de Clínica Alemana.

Otros de los indicios más frecuentes son vómitos, cólicos, falta de apetito y estreñimiento.

Durante esta afección, explica González, “se pueden producir alteraciones de la circulación propia del intestino. Y esto genera isquemia, se traduce en que no llegue sangre con oxígeno a este órgano”.

Dado que las obstrucciones intestinales podrían derivar en complicaciones, es clave que sean vistas como una emergencia y reciban atención lo más pronto que sea posible. En casos más severos, si no se trata a tiempo podría ser mortal.

“Siempre es importante consultar al médico, ya sea en la urgencia o consulta. Cuando los pacientes tienen un dolor abdominal que no se pasa, y que llega casi a dejarlos como un ovillo en la cama, lo primero es asistir a un centro de salud para que evalúen qué está ocurriendo”, detalla el profesional.

En gran parte de los casos cuando se presenta esta condición se necesita hospitalización. Una vez que esté en el recinto de salud, se suele colocar al paciente una vía intravenosa con el fin de que reciba líquidos y electrolitos tras los vómitos.

Usualmente también se utiliza sonda nasogástrica, que va desde la nariz hasta el estómago, para descomprimir la presión que hay en el estómago.

La intervención quirúrgica no es necesaria para todos los pacientes, aunque por lo general se suele realizar cuando el bloqueo en el intestino es completo.

Sentir dolor abdominal de manera constante es el síntoma más claro de la obstrucción intestinal.

Cómo prevenir

Hay algunas maneras de reducir el riesgo a sufrir de una obstrucción intestinal. El urgenciólogo de Clínica Alemana plantea que una de las medidas puede ser de ayuda es contar con una dieta balanceada, pues “mientras más se mueva mi intestino, las probabilidades de tener una obstrucción son más bajas”.

No solo lo que comemos puede aminorar el riesgo, sino que también la forma en que lo hacemos: optar por porciones más pequeñas y masticar bien los alimentos antes de tragar.

Otras acciones que igualmente pueden ser de utilidad son beber más agua durante el día, dejar el tabaco y hacer ejercicio con regularidad.

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