Lo que realmente ocurrió en el laboratorio de Wuhan: nuevas revelaciones sobre el origen del Covid

Lo que realmente ocurrió en el laboratorio de Wuhan: nuevas revelaciones sobre el origen del Covid. Foto: Johannes Eisele/AFP.

Una investigación advierte que fue desarrollado por China con el plan de crear armas biológicas. Aún así, esas no fueron las únicas afirmaciones del escrito.


Han pasado más de tres años desde que la pandemia del coronavirus comenzó a expandirse por todo el mundo. Si bien, por estos días el panorama sanitario es mucho más alentador que en un inicio, el contexto en el que se produjo la enfermedad que dejó a millones de víctimas fatales sigue siendo explorado e investigado por los expertos.

Ahora, el diario británico The Sunday Times acaba de publicar una investigación periodística que entrega datos alarmantes sobre los factores que llevaron a que apareciera el Covid-19.

Basándose en cientos de documentos y comunicaciones confidenciales, además de entrevistas a investigadores del Departamento de Estado de Estados Unidos (especializados en China, pandemia y otros temas relacionados), se llegó a la conclusión de que el virus se originó al interior del Instituto de Virología de la ciudad de Wuhan, en China.

Tras un accidente en el laboratorio, este se expandió al resto de la ciudad y el mundo.

Lo anterior descarta que el Covid-19 haya nacido en el mercado mayorista de productos animales, como se había planteado cuando se desencadenó la pandemia. Pero el surgimiento del virus dentro del laboratorio de Wuhan no habría sido simplemente al azar, sino que tiene una explicación mucho más profunda.

“Cada vez está más claro que el Instituto de Virología de Wuhan participó en la creación, promulgación y encubrimiento de la pandemia del Covid-19″, afirmó uno de los investigadores.

Armas biológicas

Según explica The Sunday Times, el equipo de científicos de Wuhan había estado trabajando junto al ejército chino en un proyecto secreto que combinaba diferentes tipos de coronavirus, de los más letales que existían hasta ese entonces, para poder crear armas biológicas. Todo eso se hizo dentro de las cuatro paredes del recinto científico.

La importancia de las armas biológicas radicaba en que, si una nación podía tener la posibilidad de vacunar a sus habitantes “contra su propio virus secreto, podría tener un arma para cambiar el equilibrio del poder mundial”.

Pese a que el Instituto de Virología de Wuhan es considerado una institución civil, Estados Unidos plantea que este “ha colaborado en publicaciones y proyectos secretos con el ejército chino”, advirtieron los investigadores del Departamento de Estado de Estados Unidos en un documento.

Fotografía temática de laboratorio con muestras Covid-19
El Covid-19 habría nacido dentro del Instituto de Virología de Wuhan, en China. Foto referencial.

“Ha participado en investigaciones clasificadas, incluidos experimentos con animales de laboratorio, en nombre de los militares chinos desde al menos 2017″, añadieron.

Desde antes de la pandemia, plantea el periódico británico, el laboratorio en cuestión estuvo realizando estudios y experimentos muy estrechamente con la Academia de Ciencias Médicas Militares, que corresponde a una área de investigación del Ejército Popular de Liberación (EPL). Algunos militares también habrían sido vinculados en “puestos de responsabilidad” dentro del instituto.

Cabe destacar que en el año 2015 la academia militar china publicó un libro donde se detalla que los virus Sars pueden abrir una “nueva era de armas genéticas”.

Estas podrían ser “manipuladas artificialmente en un virus de enfermedad humana emergente, luego convertidas en armas y desatadas”, destaca el reportaje.

¿Por qué no se sabía sobre los experimentos?

A pesar de la relevancia de estos documentos, no es de sorprender que muchos se pregunten por qué no se sabía públicamente y en mayor medida sobre los experimentos que se estaban realizando en China.

Según los investigadores entrevistados por el citado medio, aquello se debe al presunto financiamiento del ejército chino y al objetivo de concretar armas biológicas.

Aún así, el trabajo de los científicos del Instituto de Virología de Wuhan no siempre tuvo un carácter clasificado.

Documentos revisados por el periódico británico detallan que se empezaron a buscar los orígenes del virus Sars en 2003, momento en que el gobierno estadounidense les brindó apoyo a través de una organización benéfica asentada en Nueva York.

El Instituto de Virología comenzó a estudiar el origen del virus Sars a inicios de los 2000. Foto: Reuters.

En un inicio, los especialistas publicaron sus descubrimientos en torno a las muestras que recogían en cuevas de murciélagos en el sur del país asiático, mientras que también subrayaban que esos análisis eran importantes para el desarrollo de vacunas.

Pero el escenario dio un vuelco en 2016, según el citado medio, después de que encontraran un nuevo tipo de coronavirus en una mina de cobre del condado de Mojiang, ubicada en la provincia de Yunnan.

Hay registros que afirman que ahí ya habían fallecido personas que experimentaron síntomas similares a los del Sars.

Asimismo, tales virus figuraron como los únicos familiares directos del Covid-19 de los que se sabía hasta antes de la pandemia, pero en vez de informar sobre las muertes, según las fuentes consultadas por el citado medio, los científicos tomaron las muestras y las llevaron al Instituto de Virología de Wuhan.

Fue en ese preciso momento cuando su trabajo pasó a adquirir un carácter clasificado.

¿El motivo? Según los investigadores de Estados Unidos, porque buscaban hacer que dichas muestras de virus encontradas en la mina de Mojigang fueran más infecciosas para las personas.

El presunto origen de la pandemia

Los especialistas estadounidenses consultados por The Sunday Times manifestaron que ese pudo haber sido el detonante de la creación del Covid-19 y su posterior expansión tras el accidente en el laboratorio.

De hecho, afirmaron tener evidencia de que hubo científicos —que trabajaron en esos experimentos— que padecieron síntomas muy similares en la segunda semana de noviembre de 2019, lo que incluso desató que fueran llevados al hospital. Todo eso ocurrió en una fecha clave, pues los investigadores la han atribuido como el inicio de la pandemia.

“Estábamos seguros como una roca de que probablemente se trataba de Covid-19, porque estaban trabajando en investigaciones avanzadas de coronavirus en el laboratorio. Eran biólogos formados de entre 30 y 40 años”, dijo una de las fuentes al diario británico, para luego añadir que “los científicos de 35 años no enferman mucho de gripe”.

A ello se le suman documentos que sugieren que el brote inicial fue en las cercanías del laboratorio del instituto y no en las del mercado mayorista de Wuhan, el cual es conocido por su comercialización de pescados, además de carne y piel de otros animales.

El laboratorio de Wuhan en 2017. Foto: Johannes Eisele/AFP.

De la misma manera, los estadounidenses aseguraron tener pruebas de que ya estaban trabajando en una vacuna poco antes de que se iniciara el brote, es decir, en noviembre de 2019.

En palabras de uno de ellos: “Entrevisté a científicos de Asia que mantienen estrechas relaciones con el Instituto de Virología de Wuhan (...) dijeron que es su creencia que había investigación de vacunas en curso en el otoño de 2019, pertinente a la vacunación Covid-19″.

En esa misión de crear un antídoto capaz de combatir el virus habría estado involucrado Zhou Yusen, un científico militar. En febrero de 2020 el especialista presentó una patente para una vacuna contra el Covid, lo que de inmediato presentó sospechas por su rapidez en lograrlo.

Poco después, en mayo de ese mismo año, Zhou murió en extrañas circunstancias: algunos testigos aseguraron que se cayó desde el techo del Instituto de Virología de Wuhan. Tenía 54 años y su muerte apenas fue abordada por los medios de comunicación.

El caso de los científicos que han tratado de investigar

Son numerosos los científicos que se han dedicado a analizar y estudiar el origen de la pandemia del Covid-19. Si bien, algunos lo han hecho desde aristas que no implican un trato directo con las autoridades chinas, otros de origen extranjero han tratado de hacerlo estando en el país asiático.

Un caso es el de la experta en murciélagos y profesora de la Academia China de Ciencias, Alice Hughes, quien aseguró que ella y su equipo enfrentaron la prohibición de hablar públicamente sobre sus investigaciones, además de que ella empezó a ser vigilada por las autoridades.

Cabe destacar que el mencionado recinto académico es el encargado de supervisar el Instituto de Virología de Wuhan, según informó The Sunday Times.

Tales restricciones llevaron a que se fuese de China para buscar un espacio en el sector de Hong Kong.

El científico del Instituto Waksman de Microbiología de la Universidad de Rutgers, Richard Ebright, analizó algunos de los experimentos revelados por el citado medio y los describió tajantemente como “la investigación más imprudente y peligrosa sobre coronavirus —o de hecho, sobre cualquier virus— de la que se tiene constancia”.

Dicha descripción, según describió, aplica para cualquier momento histórico y lugar geográfico.

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