Libro relata 85 historias de personas que pasaron por el Sename

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Huellas Imborrables recoge el testimonio de niños, jueces, gendarmes, directores y funcionarios de centros del Sename. Publicación intenta demostrar que la crisis del sistema de protección de menores en el país tiene muchos responsables.


El 11 de abril se cumplen dos años de la muerte de Lissette Villa en un centro del Sename, deceso que desembocó en una profunda transformación del sistema de protección de menores en el país.

Es precisamente este episodio el que impulsó a la periodista Rosario Moreno y cinco alumnos de periodismo de la U. del Desarrollo a publicar Huellas Imborrables, texto que recoge el testimonio en primera persona de 85 niños, jueces, gendarmes, directores y funcionarios de diferentes centros del Sename a lo largo de Chile.

La autora dice que la historia de Lissette fue sólo el punto de partida. "El caso me marcó, por lo que a los alumnos los mandaba a reportear el tema. Nos dimos cuenta que había mucho material. Trabajamos inspirados en el estilo de la Nobel de Literatura 2015, Svetlana Aleksiévich, que relata las historias a través de las personas. La idea era incluir no solo a niños, sino a padres, jueces y gendarmes, para que el lector sacara conclusiones en 360 grados. Esto es inédito en Chile".

De las historias que la marcaron, resalta la de María, una adolescente de 16 años. "Ella terminó en el Sename tras reiteradas violaciones de su padre. Me llamó la atención su sabiduría. Me dijo que si el Estado quiere mejorar el Sename, tiene que tomar en cuenta lo que ellos viven y no hacerlo en base a académicos que no están en el día a día".

Dice que María le contó que la llevaron al Sename porque lo estaba pasando mal, pero nadie se preocupó de por qué. "Pude ver en su cara una pena atroz. Ella quería trabajar pero no tenía papeles, no tiene carnet, son verdaderos NN".

También destaca la historia de la Jueza de Familia, Mónica Jeldres. "En 2010 recorrió Chile para ver la realidad en los centros. Realizó un informe muy completo. Curiosamente la Corte Suprema lo guardó en un cajón. Contó que muchas veces se dictaba sentencia y no se cumplía. La justicia no estaba funcionando".

Muchas veces sindicados como carceleros, los gendarmes también tienen una historia que contar, dice Moreno.

"Su calidad de vida también es deplorable. En un día de visitas, un gendarme vio un saludo afectuoso entre un hijo y una madre. Pero después empezaron a tratarse como amantes, algo más de pareja. Como no lo podía creer, fue a confirmar al libro de visitas que fueran madre e hijo, y su sorpresa fue mayúscula, al confirmarlo. Lo que hacían no era maternal", relata sobre el testimonio de un gendarme en uno de los centros de jóvenes que delinquen.

Varios culpables

Asegura que tras la investigación, se dieron cuenta que el Sename no es el único culpable. "Los primeros responsables son los padres de los niños, que muchas veces abandonan a sus hijos. Son padres drogadictos, alcohólicos y hay violencia intrafamiliar. La pobreza no es excusa, hay gente muy pobre a la que no le quitan los niños para llevarlos al Sename".

Dice que el segundo responsable es el Sename, que tiene fallas sistémicas. "Hay que hacer un cambio radical, porque se violan derechos humanos de niños y jóvenes en plena democracia".

Agrega que la jornada laboral es terrible. Los funcionarios tienen sueldos bajos, pero se pagan muy bien las horas extras, que muchas veces llegan a 48 horas seguidas: "Es un incentivo perverso".

Moreno dice que el Sename cuida niños, pero no los forma: "Las actividades buscan matar tiempo, pero no formar. Hay TV, PlayStation 4, piscina, baby fútbol, pero no hay bibliotecas".

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