Explotación sexual y abusos: el escándalo en las plantaciones que suministran té a conocidas marcas

Explotación sexual y abusos: el escándalo en las plantaciones que suministran té a conocidas marcas. Foto referencial: Neil Palmer / CIAT.

Tras los testimonios de más de 70 trabajadoras que aseguraron haber sido víctimas de explotación sexual en plantaciones de té, una reportera encubierta se infiltró ahí para conseguir pruebas que acreditaran sus dichos. Esto fue lo que descubrió en los campos de las empresas involucradas.


Esta semana se destapó un caso controversial en el mundo de las empresas, luego de que se conocieran los testimonios de más de 70 mujeres, quienes dicen haber sido víctimas de explotación sexual en sus trabajos en plantaciones de té.

Tales acusaciones ocurrieron en Kenia (África) e involucran a campos vinculados a las empresas Unilever y James Finlay & Co, responsables de la distribución de marcas  como PG Tips, Lipton y Red Label, entre otras.

El caso fue investigado por la BBC en colaboración con Panorama, medios que consiguieron grabaciones que demuestran las violentas prácticas de los empleadores.

Según detallaron las entrevistadas, la crisis ha dificultado que se puedan encontrar trabajos en el territorio, por lo que muchas se ven acorraladas a someterse para seguir recibiendo ingresos.

Plantaciones de té. Foto referencial: Tuul Morandi / Bruno Morandi/ Alamy.

“No puedo perder mi empleo, porque tengo hijos”, dijo una de ellas, mientras que otra relató que su jefe le contagió VIH tras obligarla a tener relaciones sexuales con él.

El escándalo por explotación sexual en las plantaciones de té

Una reportera encubierta de la BBC se hizo pasar por una obrera para trabajar en las plantaciones de estas compañías, con el objetivo de reunir registros para la investigación.

Primero se contactó con un reclutador de Finlay & Co llamado John Chebochok, quien ha trabajado con la firma por más de 30 años y que cuenta con un extenso historial de acusaciones como “depredador” sexual.

Té. Foto referencial: 9DragonsTea.

Tras conocer su interés, él accedió a entrevistarla presencialmente. El lugar de la reunión: una pieza de hotel.

Una vez que llegó, le pidió que se desvistiera y que tocara su cuerpo.

“Te daré algo de dinero, luego te daré un empleo. Te he ayudado a ti, ayúdame a mí”, le dijo, “nos acostamos, terminamos y nos vamos. Después vienes y trabajas”.

Ella le insistió incontables veces que no quería tener relaciones con él, por lo que un miembro de la producción del medio —quien estaba en las cercanías para reaccionar antes posibles riesgos— la llamó por teléfono para que Chebochok supiera que no estaba sola y la reportera encubierta pudiese irse sin levantar sospechas.

Reportera encubierta. Foto: BBC.

Tras el traumático episodio, aseguró estar “tan asustada y conmocionada” que entendió parte de la rutina “realmente difícil” de las mujeres que trabajan bajo su mando.

Posteriormente, la BBC se contactó con representantes de James Finlay & Co para informarles sobre la situación, por lo que despidieron a Chebochok, denunciaron el caso a la policía local y empezaron una investigación interna para revisar si se trata de “un problema endémico con la violencia sexual” al interior de la planta.

Los mecanismos de acoso en los campos de las empresas

Durante la investigación, la reportera también vivió otro desafortunado momento en una sección que —en ese momento— era propiedad de Unilever.

Ahí, un gerente llamado Jeremiah Koskei, quien era el encargado de dar charlas sobre la política de “tolerancia cero” hacia el acoso, la invitó a que se juntaran en el bar de un hotel. Sus intenciones eran las mismas que las de Chebochok.

En otra oportunidad, un supervisor conocido como Samuel Yebei le ofreció tener sexo con él a cambio de que se le aplicaran menos exigencias, en una jornada laboral que ya era extensa (seis días a la semana).

Cuando ella se acercó al área correspondiente para denunciarlo, no se tomaron medidas en contra de su jefe, a pesar de sus constantes insistencias.

Plantaciones de té. Foto referencial: Neil Palmer / CIAT.

Frente a estos casos, desde Unilever dijeron estar “profundamente conmocionados y entristecidos”, mientras que los nuevos propietarios del campo que antes les pertenecía, Lipton Teas and Infusions, confirmaron la suspensión inmediata de dos gerentes y el inicio de una investigación.

Por su parte, los supermercados británicos que reciben productos de té suministrados por James Finlay and Co, Sainsbury’s y Tesco, manifestaron su descontento.

“Estas horribles acusaciones no tienen cabida”, dijeron desde el primero, mientras que desde el segundo afirmaron que tomarán “medidas sólidas” tras la controversia.

De la misma manera, desde la cadena de preparaciones con café y té, Starbucks, declararon que están “profundamente preocupados” con estas informaciones, por lo que no comprarán más artículos provenientes de esa plantación.

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