El misterioso caso del inodoro de oro robado: acusan a cuatro hombres por hurto de obra de arte en casa de Winston Churchill

El misterioso caso del inodoro de oro robado: acusan a cuatro hombres por hurto de obra de arte en casa de Winston Churchill.

El retrete fue sustraído por una banda el 14 de septiembre de 2019, dos días después de que se inaugurara la exposición de arte de la que era parte.


Cuatro hombres han sido acusados de robar un inodoro de oro de 18 quilates que estaba en una exhibición en el Palacio de Blenheim (Oxford, Inglaterra), lugar de nacimiento y hogar de Winston Churchill.

El retrete, que fue sustraído en septiembre de 2019, está avaluado en 5,9 millones de dólares y corresponde a una obra de arte del artista conceptual italiano Maurizio Cattelan, quien la llamó América.

Según dio a conocer la Fiscalía de la Corona británica en un comunicado, los acusados son James Sheen, de 39 años, por robo, conspiración para transferir propiedad criminal y transferencia de propiedad criminal; Michael Jones, de 38 años, por robo; Fred Doe, de 35, y Bora Guccuk, de 39, ambos por conspiración para transferir propiedad criminal.

“Los procedimientos penales contra James Sheen, Michael Jones, Fred Doe y Bora Guccuk ya están activos y cada uno de ellos tiene derecho a un juicio justo”, detalló la Fiscalía.

Los hombres deberán comparecer ante un tribunal de Oxford, Inglaterra, el próximo 28 de noviembre.

Cabe destacar que, a pesar de los cargos, el inodoro de oro macizo permanece desaparecido hasta hoy.

El caso del inodoro de oro robado

Cattelan buscaba que el inodoro de oro fuera una sátira de la riqueza y los excesos del mercado del arte. La primera vez que fue exhibido públicamente fue en 2016, en el Museo Guggenheim de Nueva York. Allí llegaron casi 100.000 personas a visitarlo e incluso pudieron utilizarlo, pues era funcional como cualquier otro.

Un año más tarde, Donald Trump solicitó al Guggenheim que le prestara una obra de Vincent van Gogh para mantenerla en la Casa Blanca durante su mandato. El museo rechazó la petición de Trump, pero curiosamente le ofrecieron que tuviera el retrete de 18 quilates.

Hasta ahora, no han aparecido rastros del inodoro de oro creado por Maurizio Cattelan.

En 2019 fue instalado en el Palacio de Blenheim, el hogar de la familia Churchill. La pieza era parte de una exposición de las obras que había hecho Cattelan en su trayectoria, por lo que se planeaba que estuviera un mes en la casa señorial del siglo XVIII.

En esa instancia también se había permitido que las personas lo usaran libremente, pero tenían un tiempo límite de tres minutos, con el fin de evitar demasiadas filas.

“No será nada fácil de robar”, había expresado en esa época Edward Spencer-Churchill, fundador de la Blenheim Art Foundation.

“En primer lugar, está conectado y, en segundo lugar, un posible ladrón no tendrá idea de quién fue la última vez que usó el baño ni de qué comió. Así que no, no planeo protegerlo”, recalcó.

Sin embargo, solo dos días después de que se inauguró la exhibición, el retrete fue robado.

En ese entonces la policía local advirtió que una pandilla había llegado hasta el palacio inglés durante la madrugada del 14 de septiembre y robó el objeto. Dado que el inodoro estaba conectado al edificio, la extracción provocó que quedaran “daños e inundaciones importantes”, dijo la policía.

Aunque se ofreció una recompensa en ese entonces, nadie pareció estar interesado en dar alguna pista. Siete personas fueron arrestadas, pero no recibieron cargos.

El artista detrás de la obra dijo que cuando le comunicaron el robo, inicialmente pensó que se trataba de una broma. “‘¿Quién va a ser tan idiota como para robar un inodoro?’, pensé. Se me olvidó durante una fracción de segundo que era de oro”, expresó Cattelan.

El Palacio de Blenheim fue el último lugar en que estuvo el retrete de oro.

En lugar de pensar mal, el italiano explicó que prefería creer que los autores del delito estuvieron inspirados en “la ideología de Robin Hood”, personaje conocido por robar a los ricos para dar a los pobres.

El detective de arte Charley Hill, quien ayudó a recuperar la obra El grito de Edvard Munch, relató en 2019 a la BBC que era bastante probable que ya no hubieran rastros del retrete de oro como obra de arte, pues “no tendría sentido”.

Según Hill, la pieza puede haber sido destruida. “Lo único que saben es que está hecho de oro y que les ganarán unas cuantas chelines si lo cortan, lo funden y azotan el oro”, argumentó.

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