“Decía que quería morir con el pincel en la mano y así fue”: cómo fueron los últimos días de Botero

“Decía que quería morir con el pincel en la mano y así fue”: los últimos días de Botero

El artista colombiano, reconocido mundialmente por sus obras con figuras voluptuosas, falleció a sus 91 años. Su hija Lina dio pistas de lo que hizo en sus últimos días de vida.


Colombia está de luto. El pintor y escultor más famoso en toda su historia, Fernando Botero, falleció el viernes a sus 91 años de edad. Su deceso se produjo en su hogar en el principado Mónaco, donde se estaba recuperando de una neumonía que lo había afectado y que lo había llevado a estar hospitalizado.

Nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín, Botero consiguió en casi siete décadas que sus dibujos, pinturas y esculturas estuvieran esparcidas en diversas partes del mundo. Su sello más característico era crear figuras voluptuosas.

No solo es posible observarlas en los museos de mayor importancia, sino que también varias de sus piezas están esparcidas en plazas y otros lugares públicos de las grandes ciudades como Roma, París, Barcelona, Singapur, Tokio y Dubai. Su natal Medellín es la ciudad que alberga la mayor cantidad de sus obras.

Hasta en Chile dejó una de sus huellas: en las afueras del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) se ubica “El Caballo”, una escultura de bronce que llega a medir casi cuatro metros de altura. La donó el propio artista en 1992 a la Municipalidad de Santiago.

Distintas personalidades de la política y la cultura han salido a lamentar el fallecimiento del célebre artista en las últimas horas. “Ha muerto Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono”, fue el mensaje que dejó el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, en su cuenta de Twitter.

Lina Botero, hija del pintor, también salió a referirse públicamente al deceso de su padre. Fue ella quien entregó un panorama más clarificador de lo que hizo en sus últimos días de vida.

Fernando Botero fue uno de los artistas latinoamericanos más relevantes del siglo XX.

Así fueron los últimos días de Fernando Botero

En diálogo con el programa radial La FM, Lina confesó que su padre había enfrentado complicaciones de salud durante las últimas jornadas. Lo anterior, “porque había desarrollado una pulmonía de la cual era muy difícil salir adelante. A sus 91 años su salud estaba delicada”, explicó.

El deceso del artista se dio precisamente a cuatro meses de que falleciera su esposa, la artista griega Sophia Vari, con quien se había casado en 1978. “Confío que está con ella y lo está abrazando donde quiera que estén”, dijo Lina.

Hasta un par de días antes de fallecer, Botero continuó trabajando arduamente en sus pinturas. Se quedaba en eso alrededor de cuatro horas diarias. Tenía que hacerlo sentado, dado que en el último año le costaba mantenerse de pie.

De acuerdo al relato de Lina, en estos meses solo trabajó con la técnica de acuarela en sus obras. “Todo lo que mi papá quería hacer, lo hizo en vida. No dejó nada pendiente, él decía que quería morir con el pincel en la mano y así fue”, aseguró.

Fernando Botero celebrando su cumpleaños número 80 en el Museo de Botero en Bogotá, Colombia. Foto: AP/William Fernando Martínez.

La hija de Botero señala que desde hace una década que lo afectaba el Parkinson, pero esto no lo hacía temblar, sino que le provocaba problemas para moverse o hablar. “Decía que era una suerte no tener el Parkinson que lo hacía temblar, porque podía seguir trabajando”, comenta.

“Estaba trabajando en una serie extraordinaria que próximamente verá la luz”, cuenta.

Durante otra entrevista con el programa televisivo RCN Noticias, Lina confiesa que vivió la mayor parte del último año al lado de su padre y que incluso pasaron juntos los instantes más duros de la enfermedad de Sophia, hasta que ella falleció. Eso les permitió compartir momentos “de manera más íntima y entrañable”, lo que ella considera “el regalo más grande” que podría haber recibido.

“Las conversaciones que tuvimos, las horas que pasé en el estudio con él. Lo que él compartió conmigo de su vida, de su trabajo y su confianza”, asegura.

La partida de su Botero se dio en completa tranquilidad, cuenta Lina, pues estuvo rodeado de su familia: hasta el último minuto ella se quedó acompañándolo con su hija. Ambas se quedaron agarradas de la mano de Botero “durante más de una hora y media, hasta que él dio su último suspiro”.

Escultura de Botero en Time Warner Center, Nueva York. Foto: AP/ Mark Lennihan.

La heredera del artista más reconocido de Colombia incluso dio pistas de la última pintura que hizo antes de fallecer, que consistía en “una pareja bailando en un bar”. Al fondo de la pareja se apreciaba una “rockola y a la izquierda se ve una mesa con una botella y un vaso”.

El pintor también habría extrañado un poco su natal Colombia. Lina dice que recientemente había llegado a su casa de Mónaco una mujer que venía de Colombia, quien le cocinaba algunas de las preparaciones más clásicas del país, como frijoles y arepas.

“Mi papá quería que sus restos permanecieran en Pietrasanta, que es el lugar en La Toscana que es tan entrañable para nosotros. Ahí trabajó y tiene una casa donde estuvo casi 40 años de su vida. Sobre todo porque están los restos de Sophia, ellos querían quedar juntos. Quería que su lápida simplemente dijera ‘Fernando Botero, pintor y escultor’”, concluyó Lina.

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