Chilena de 98 años es mujer más longeva del mundo en usar implante para el oído

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Marta Rodríguez minutos después de encender su implante. Foto: Marcelo Segura

Se trata de un aparato electrónico diseñado para detectar sonidos y transformarlos en impulsos eléctricos que son transmitidos al nervio auditivo para que después el cerebro los interprete como sonidos.


Marta Rodríguez cumplirá 99 años el próximo 29 de julio. Fue visitadora social y conoció al Padre Hurtado. Hoy vive en Chillán y su mayor deseo es ir a la playa y volver a escuchar el sonido de las olas; algo que no hace desde el año 2000, cuando su sordera se hizo más profunda.

Probablemente hoy cumplirá su nuevo sueño, porque desde ayer ya puede oír, después de que el implante coclear que recibió hace un par de semanas fue encendido exitosamente. Marta se convierte así en la mujer más longeva en recibir un implante coclear en el mundo. Se trata de un aparato electrónico diseñado para detectar sonidos y transformarlos en impulsos eléctricos que son transmitidos al nervio auditivo para que después el cerebro los interprete como sonidos.

Marcos Goycoolea, otorrinolaringólogo de Clínica Las Condes, fue el cirujano que realizó la cirugía después de que Marta pasó la evaluación del cardiólogo (tiene un marcapasos), neurólogo y anestesiólogo. A los 65 años, el 30% de las personas tiene algún grado de sordera y a los 85, el 50%, dice Goycoolea.

El especialista dice que la sordera no solo impide escuchar sino que además aísla a las personas, algo que la familia de esta mujer no quería que ocurriera. "Física, cognitiva y mentalmente la señora Marta está perfecta. Antes de la cirugía fue evaluada por un grupo multidisciplinario de especialistas, porque por su edad era necesario abordar a esta paciente desde distintos ámbitos, un tipo de medicina que dado el envejecimiento de la población se hará más habitual", señala el otorrino.

El anestesiólogo Jorge Rufs, también parte del equipo, dice que en su caso y considerando que la cirugía duró poco más de dos horas, se aplicó una anestesia liviana que ella toleró muy bien.

Una vez encendido el implante la mujer agradeció la oportunidad. "Me siento contenta, más integrada. Hoy escucho más natural, ahora los pelambres van a ser grandes", dice riéndose. "Voy a estar más en confianza en reuniones con mi familia, ya no me voy a sentir como una intrusa. Voy a poder escuchar la tele, no solo verla, la vida será mucho más interesante y no voy a tener muchas ganas de morirme más luego", dice siempre entre risas.

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