4 tipos de apego que desarrollamos desde niños y que pueden afectar en nuestras futuras relaciones de pareja

4 tipos de apego que desarrollamos desde niños y que pueden afectar en nuestras futuras relaciones de pareja. Foto: referencial.

Los rasgos de algunas de estas categorías pueden complejizar el florecimiento de vínculos sanos, por lo que ahí es fundamental el apoyo de un especialista.


Las experiencias que tenemos desde nuestros primeros años de vida influyen en cómo será nuestra personalidad a medida que crecemos.

Así se desarrollan fenómenos como los temores, las motivaciones, cómo percibimos el mundo y, por supuesto, las maneras en que interactuamos con el resto.

Aquello aplica en múltiples ámbitos, lo que también incluye las relaciones de pareja que se tienen en la posteridad.

A mediados del siglo pasado, el psicoanalista británico John Bowlby lideró investigaciones para tratar de comprender cómo las separaciones de los padres influyen en los niños.

Según rescató la BBC, la premisa central de su teoría era que los pequeños requieren de un vínculo de apego con un cuidador principal, para así poder desarrollarse de forma adecuada tanto emocional como socialmente.

Ese apego también se hace presente y se manifiesta con el paso de los años.

Bajo esa idea, psicólogas como Mary Ainsworth también efectuaron estudios para conocer con mayor profundidad cómo influye ese lazo entre padres e hijos.

Y con el tiempo, se han ido sumando otros trabajos académicos que han analizado este tópico.

De esta manera, hoy es usual que varios expertos se refieran a cuatro tipos de apego que se desarrollan durante la niñez.

El especialista en esta área del University College of London, Marinus van IJzendoorn, explicó al citado medio que “las primeras relaciones de apego se interiorizan en representaciones mentales o esquemas cognitivos a lo largo de la infancia”.

“Estas configuran las expectativas de los niños sobre las relaciones posteriores con sus iguales, sus parejas sentimentales y sus propios hijos”, agregó.

Sin embargo, precisó que “es imposible que los individuos se clasifiquen a sí mismos en una categoría específica de apego, a pesar de que en internet hay todo tipo de cuestionarios”.

Para evaluar cada caso particular y los mejores caminos para abordarlo en caso de que sea requerido, lo más recomendable es acudir a la consulta de un experto.

Asimismo, subrayó que “no se trata de leyes inamovibles”, por lo que existe la posibilidad de que estas categorías de apego cambien en una persona con el transcurso del tiempo.

A continuación encontrarás un repaso con cada una de ellas y cómo se manifiestan en las relaciones de pareja en la adultez.

4 tipos de apego que desarrollamos desde niños y que pueden afectar en nuestras futuras relaciones de pareja. Foto: referencial.

1. Apego ansioso

Las personas con este tipo de apego destacan por perseguir altos niveles de intimidad y aprobación de parte de la persona con la que tienen un vínculo amoroso.

Pese a que un cierto grado puede ser considerado normal, en estos casos se trata de individuos que se sienten extremadamente dependientes de la pareja.

Es por esto que cuando piensan en la idea de un eventual quiebre de su relación, aumentan sus niveles de ansiedad. De ahí viene el nombre de esta categoría.

Para disminuir esa presión, tienden a buscar los cuidados de la otra persona.

Sin embargo, cuando sienten que ya no tienen esa atención, suelen preocuparse, aferrarse más o, incluso, imponer lo que ellos interpreten como una represalia.

Aún así, tanto en esta categoría como en las siguientes, las características pueden variar dependiendo de cada caso.

2. Apego evitativo

A diferencia del de tipo ansioso, las personas que clasifican dentro de este tienden a buscar una mayor independencia y a evitar la intimidad con la pareja.

De la misma manera, su percepción de sí mismas es de autosuficiencia emocional y un escaso nivel de vulnerabilidad, por lo que no se sienten dependientes de tener relaciones cercanas con otros.

Tampoco suelen mantener los grados de cercanía que puedan llegar a forjar.

Una de las sensaciones más usuales entre estas personas, según explicaron expertos a la BBC, es que se sienten amenazados cuando alguien se les acerca emocionalmente.

Además, tienden a ver más valor en sus logros personales que en la aceptación que les puedan entregar otros individuos.

3. Apego seguro

Las personas en esta categoría se caracterizan por manifestar sus emociones de manera más abierta, pedir apoyo cuando lo necesitan y tener un buen nivel de autoestima.

Suelen tener habilidades para la comunicación y la resolución de conflictos, mientras que no tienden a resistirse a la idea de generar vínculos cercanos con otros.

En este sentido, a nivel general, tampoco llegan a depender emocionalmente de la persona con la que tienen una relación ni tienen miedo a estar en solitario.

4. Apego desorganizado

Esta cuarta categoría fue presentada posteriormente a las tres primeras y destaca porque los individuos presentan signos del apego ansioso y el evitativo en distintos escenarios.

A grandes rasgos, suelen tener el deseo de generar un vínculo cercano y de intimidad, pero al mismo tiempo se sienten incómodos ante esas situaciones.

Es por esto que, cuando están en pareja, pueden pasar por momentos en los que se alejan y otros en los que muestran un grado notorio de dependencia.

Tanto este como los dos primeros son considerados como tipos de apego inseguro, debido a que pueden generar complicaciones en el desarrollo de relaciones sanas.

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