¿Cómo se contagia la meningitis y cuáles son los síntomas?

Revisa cuáles son los síntomas de la meningitis. Foto referencial.

La enfermedad, que puede afectar a personas de cualquier edad, requiere de atención médica inmediata.


La meningitis es una enfermedad que suele ser grave debido a que puede llevar a distintas complicaciones de salud.

De esta manera, la afección, según la Organización Mundial de Salud (OMS), ocurre cuando los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal se inflaman debido a una infección.

La enfermedad, que puede afectar a personas de cualquier edad, requiere de atención médica inmediata urgente, ya que puede llegar a causar la muerte del paciente.

¿Cómo se contagia la meningitis?

La meningitis no se contagia de una manera fácil, de acuerdo con el Ministerio de Salud, ya que indican que, para incubar la enfermedad se necesita de dos a diez días debido a que el contagio no surge de un contacto casual con la persona enferma.

De esta manera, el organismo explica que las “enfermedades meningocócicas se transmiten por contacto directo con personas infectadas, que pueden ser enfermos o portadores sanos asintomáticos, a través de gotitas y secreciones de las vías nasales y faringe”.

Por ende, se considera como “contacto” a quienes viven, duermen o permanecen más de cinco horas en un recinto cerrado con el infectado.

Conoce cuáles son los síntomas de la meningitis. Foto referencial.

¿Cuáles son los síntomas?

Entre los síntomas que puede presentar una persona con meningitis, según la Agencia Nacional de Salud Pública de Estados Unidos, están los siguientes:

  • Fiebre.
  • Dolor de cabeza.
  • Rigidez de cuello.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Fotofobia, lo cual significa que la persona tiene una mayor sensibilidad de los ojos a la luz.
  • Estado mental alterado, es decir, confusión.

Por otro lado, los recién nacidos o los bebés puede que no presenten los síntomas mencionados, por lo que se debe prestar atención a los siguientes signos que podrían indicar una posible meningitis:

  • Están lentos o inactivos.
  • Están irritables.
  • Vomitan.
  • No comen bien.
  • Tienen la fontanela abultada, zona blanda de la cabeza del bebé.
  • Tienen reflejos anormales.

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